XXI. Intimidad iniciada

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— ¿No ha podido dormir bien?

—Sí, tan solo es agotador tener que pensar que tal vez...

Jimin guarda silencio y las doncellas se ven entre sí, sabiendo que quiere decir: Sabiendo que quizá mi prometido está muerto y yo no me he enterado. No solo el invierno se extendió y por un mes, también el conflicto que a simple vista se veía sencillo de resolver. Jimin levanta de su lugar y se masajea las sienes con cansancio.

—Alteza, sobre el baño-

—Alteeeeeeeeza...

—Nos ignoró—resopla Jeonggoo encorvándose—. Anda con la cabeza en otro lado ¿Eh? A cada segundo parece perderse más. —Hace un pronunciado puchero y Hosook se ríe encogiendo de hombros.

—Está ocupada y está teniendo mucho tiempo con la reina, quizá tiene mucho en que pensar—Justifica la doncella pelirroja y Jeonggoo continúa con el puchero—. Mira el lado bueno~ Ya se lleva bien con la reina. Eso es de por si un autentico milagro.

—Que suerte que ya se lleven bien, considerando lo del baño. —ríe nerviosa.

. . .

Jimin se quita la bata y la deja tirada a un lado, entrando en la enorme tina de agua caliente que llena el lugar de vapor. Hecha con mármol negro y plateado. Su cabello recogido en un moño alto para impedir que se moje. Esto es para relajar los músculos y poco más. Sentada en el escalón que tiene para reposar.

La habían invitado varias veces a entrar aquí, principalmente el rey. Se negó en todas. No puede estar mucho tiempo en el agua caliente. Hasta para eso es un desastre. Su rostro se torna de un rojo furioso al notar que a la otra esquina está Yoonji.

—L-lo siento-

— ¿No sabias que era un baño común? —Niega con la cabeza y Yoonji abre los ojos—. Es natural entrar todos aquí. Solo es buscar calor durante esta estación del año. A Taehyung le gusta mucho entrar aquí.

—Oh... —murmura bajando la mirada—. El rey me pidió venir aquí—Yoonji entorna la mirada hacia ella—. Me negué todo el tiempo, pensé que solo era por lo grande, no porque me iba a acabar bañando con él.

—Cualquier propuesta de mí marido implicará algo así. No esperes nada más. —suelta como recomendación y la ve de reojo.

Si bien Jimin usa vestidos escotados a veces, es la primera vez que la mira así. Notar lo largo que es su cuello y lo pequeños que son sus hombros. Su palidez conjunta con lo rojos que están sus labios, pómulos y la punta de su nariz. Suspira inclinando la cabeza, un mechón de cabello que escapa de su peinado y se pega a su piel por la humedad.

— ¿No extrañas tu reino? —pregunta Yoonji en voz baja. Jimin niega con la cabeza.

—No lo conocí mucho. Estaba casi siempre en mi habitación así que... —Encoge de hombros—. ¿Y usted?

Se muerde los labios, discreta y compungida. Yoonji tiene ojos pequeños, pero miran tan fijamente que punzan como mil miradas clavadas en su persona. Esos ojos dorados similares a los de un felino o una serpiente. La propia forma de su rostro, tan simétrica y cortante que ayudan a esos rasgos felinos.

—A veces—responde Yoonji suave—, pero no he ido en mucho tiempo. Quizá cinco años. Estoy aquí desde mis catorce años, cuando me casé—Echa la cabeza atrás—. Mis padres querían deshacerse de mí, supongo. No me hace ilusión visitarlos, a pesar de qué tengo dos hermanas allá. Una se llama Suga y la otra Gleam.

— ¿Son muy menores a usted?

—Sí, aunque ya son adultas. Están allá.

Jimin suspira, viendo cual es la intención implícita de resaltarlo: A mí me casaron a los catorce y ellas, siguen libres sin problema ninguno. Relame sus labios y se quita un corto mechón del rostro.

Queen Ilsig || YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora