Queen Ilsig || YoonMin

XLVIII. Loba de estrellas

— ¿A dónde vamos? —pregunta extrañada de que Namjoon la ayude a subir al caballo.

—De paseo nada más. —Casi se ahoga de ver a Namkyung, la mujer con una capa cubriéndole la cabeza y así ser al menos un poco discreta. No hay nadie en el establo por lo que tampoco hay mucho problema.

Namjoon sube al caballo tras Jeonggoo y Namkyung monta sola. Los tres salen a todo galope.

Jeonggoo no pregunta nada en todo el camino, limitándose a disfrutar el paseo. No tiene mucha oportunidad de salir del palacio, así que esto es especialmente bonito. Además, a cada poco que se alejan, el bullicio se acaba, el cielo luce incluso más brillante y amplio de lo que era hace poco.

Llegan hasta un área medio boscosa en la que Jeonggoo consigue notar que hay una tienda armada. Namkyung se baja primero, quitándose la capa de la cabeza y dejando su cabello negro y largo moviéndose en un ondeo continuo. Nunca ha entendido por qué son renuentes a salir de noche sin tener nada en la cabeza. Sea un sombrero o incluso tratar de apurarse a no estar del todo bajo el cielo.

Asume que esto pasa mucho cuando duran demasiado. Queda expuesto lo que son. Incluso en Namjoon se nota y él suele tenerlo más discreto por el cabello corto. Baja del caballo, quitándose los zapatos y avanzando con estos en la mano.

—Que lugar tan bonito.

—Tenemos semana libre y es natural que salgamos de vacaciones cuando la recibimos, así que pensamos que sería buena idea tener un tiempo aquí afuera ¿Te gusta? —cuestiona Namjoon dándole un empujón con la cadera que Jeonggoo imita segundos después.

—Me encanta—Sonríe arrugando la nariz—. Se parece mucho a mí casa... o lo que era.

—Lo supusimos—admite Namkyung orgullosa de haber conseguido esa parte—. ¿Quieres ver algo impresionante?

Namkyung junta las manos y las separa, mostrando un pequeño destello de luz. Jeonggoo frunce las cejas, acercándose a verlo con curiosidad e incredulidad por igual. No consigue tocarlo, pues apenas acerca un dedo el calor la obliga a apartarse. Namkyung sonríe y lo sopla, causando que el destello salga disparado.

— ¿Eso es una estrella?

—No, es parte de nosotros—dice Namjoon con una mano en la cintura—. Las estrellas son personas que han fallecido, ocupando el cielo para acompañar a sus seres queridos y a quienes están solos—explica viendo arriba como las dos mujeres—. La diferencia es ellos dejan caer lentamente sus memorias, hasta que caen en el mar, lo más profundo.

—Luego, caen ellas, limpias y volviendo a nacer—Concluye Namkyung—. La diferencia es que nosotros somos estrellas. Somos luz. Somos recuerdos y sensaciones que se mueven aquí, pero volverán arriba en algún momento.

—Wow...

Jeonggoo guiña repetido, eso es complicado, pero fascinante al mismo tiempo.

—Poco a poco nos disolveremos, volviendo arriba y para no dejar nada aquí, debemos lanzarlo cada día un poco más—suspira Namkyung cerrando los ojos—. Así, indiferentemente a que pasen milenios, recordaremos todo lo que vivimos aquí. Incluso si bajamos de nuevo.

—Entonces, eso fue una memoria, pero ¿De qué?

—De la forma en que sonríes y te quedas con todas las estrellas en los ojos.

Jeonggoo mira alrededor con cara de estar perdida ¿Habla en serio? Suena en serio y le da vergüenza. Demasiada vergüenza. Se cubre la cara con los brazos y se tropieza, cayendo al piso en la misma posición. Namjoon y Namkyung se acuestan a cada lado, ríen de lo tierna que es la muchacha.