XXV. Cosas de las estrellas

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—Vale, no vas tan mal.

— ¡SI!

—Ahora hazlo en serio Nam, la pobre se está ilusionando demasiado. —Namjoon ve a su hermana y niega con la cabeza. Para Jeonggoo es raro verlos en el sentido opuesto.

Namkyung más pendiente de leer y Namjoon en entrenar físicamente hablando. Volviendo a la realidad y haciendo recuento de ese último pedido, abre los ojos y y deja caer la mandíbula con ligereza.

—¿¡Me estabas dejando ganar!? —se lleva las manos a la cabeza, tirándose el cabello. Sudada a más no poder, las cintas de sus manos y pies cayéndose. Varios rasguños en las rodillas, brazos y codos.

—No exactamente, te estaba dando el modo más simple y principiante que se puede. Si fallabas en esto también, consideraría no seguirte enseñando nada—explica Namjoon moviendo su hombro—. Tienes buenos reflejos y también tienes mucha fuerza, pero no sabes para nada cómo distribuirla a lo largo de tu cuerpo.

—Además de eso no tienes equilibrio. Te pueden derribar muy fácil—acota Namkyung llevándose una uva a la boca y cruzando las piernas—. Puedes hacer equilibro y mantenerte en lugares angostos, pero cuando se trata de combate careces de postura.

—También de idea. No estás adaptándote en nada a lo que te estamos mostrando.

— ¿Qué estilo de combate intentas replicar?

—No lo hemos visto nunca.

—M-me están mareando. —balbucea con una mano en la frente. El que puedan completarse las ideas así la deja tonta muchas veces. Es casi desagradable así como impresionante.

Por no decir que muy contadas veces los ha visto diferir de opinión. Parecen una sola mente en dos cuerpos.

— ¿Qué son ustedes? —pregunta Jeonggoo. En el rostro de Namjoon se hicieron notables pequeñas marcas brillantes y ya está harta de no entender nada. Namkyung y Namjoon se ven un instante antes de señalarse—. Desde la primera vez que los vi tienes pecas, pero no se notan.

—Te dije que usáramos maquillaje. —regaña Namkyung.

—Se corre con el sudor.

—Porque tú sudas demasiado.

— ¿Por lo dices como si soy culpable de algo? No puedo controlar sudar.

—Puedes evitar ser tan activo. Reemplazarte me cuesta demasiado-

— ¡No se desvíen! ¡¿Qué son?! —reclama Jeonggoo llamando la atención. Namkyung se aparta un mechón de cabello que le cae en la cara.

—Somos niños de las estrellas—Jeonggoo deja caer la cabeza a un lado—. Literalmente caímos del cielo.

—Pensé que no existían...

—Sí que existimos. No somos muchos, pero...

Namjoon se acerca a su gemela y la toma del cabello, deslizando los dedos por el mismo y que al quedar suelto y liso como es, sea posible de ver como ondea con suavidad. Una estela brillante y tenue que ondea incluso hacia su rostro. Los pómulos con las pecas que destellan como pequeñas estrellas. Namkyung da una risita por la mirada de Jeonggoo.

—También podemos flotar, pero cuando el cielo está despejado.

—Yo diría que es hacernos ligeros—Resalta Namjoon frotando sus manos, ahora llenas de esa brillantina extraña que suelen desprender—. Por eso somos gemelos. Somos dos estrellas.

—Es decir... No son hermanos.

—Ay claro que sí, todas las estrellas son hermanas, así como todos los humanos lo son. Vienen del mismo inicio. Decir que no hay parentesco es la absurda necesidad de ser especial. —repone Namkyung y Jeonggoo arruga la cara. Cuando se ponen filosóficos, se pierde.

Queen Ilsig || YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora