XVIII. Para la niña floreada

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—Van varios días y no se marchitan.

—Quizá ella les puso algo.

—O es especial. —silba Sujin, impresionada de qué el ramo que Hosook le dio no luzca ni un poco marchito. Los pétalos suaves y aromatizantes como siempre. Taehyung toma una de las flores en su mano, están en su punto álgido de apertura. Aun con tantos días de haber sido cortada, está en perfectas condiciones. Cuanto menos impresionante.

—También me dejó uno—Anuncia a su prima que se muestra sorprendida—. Lo puso en mi habitación con una pequeña nota. En realidad, fue muy tierno.

— ¿Ella tiene permiso de pasar?

—En teoría, no, pero si Jimin le da permiso para entregarme algo o buscar algo, puede hacerlo—explica el príncipe—. Sé que nunca me buscara en un mal momento. Se nota que hizo esto por gusto y durante tiempo libre—Balancea la cabeza, aun así le llama la atención—. Supongo que ella está igual.

— ¿En qué sentido?

—El magnetismo.

—Ah.

—Es que considero imposible que ella no lo esté sufriendo por igual—dice Taehyung apartándose un par de pasos—. Yo quiero mirarla y posiblemente ella a mí también.

—Ay Taehyung—Lo toma del rostro y acaricia las mejillas del príncipe que hace un pronunciado puchero—. ¿Quién no querría verte? ¿Qué no te has dado cuenta de lo gallardo que eres? Es natural que cualquiera se quede mirando hasta el punto de caer tonto por ti—Sujin da un par de palmadas en las mejillas de Taehyung—. Que lo haga una sirvienta no es tan extraño. Mucho menos que te dé un regalo. Eso lo hace todo el mundo. Incluso hombres.

—Sujin, ya—pide abochornado y Sujin se ríe, acomodando uno de los mechones de su cabello—. ¿Por qué te importa tanto entonces? A ti también te regalan cosas a diario. Eres una niña bella. Literalmente vives de ser halagada.

—Ah, porque ella salió huyendo cuando la bese. Es claro que cuando se trata de mí, es distinto. Soy más importante que tú. Además ¿Qué no me notas? Obviamente me va a preferir—Guiña un ojo y lanza un beso a Taehyung, quien la mira con cansancio—. Soy mujer.

— ¿Y? Por regla, debería-

—TAE-HYUNG—Llama alto riéndose—. ¿Reglas de qué? —pide saber—. ¿Naturales? ¿De nuestras religiones? Porque hasta donde YO recuerdo, lo más precioso que puedes tener, es una mujer linda que te quiera, apoye y haga feliz: Nunca especifica que sea a los hombres.

—Bueno... —Taehyung sobre aire. Realmente no especifica, pero duda que a nadie le guste. Por algo a sus tíos les saca de quicio que Sujin ande de flor en flor indiferentemente a como sean dichas flores.

—Bueno~ Le gusto a esa tierna niña, hasta el punto en que me regalo un ramo y a ti después. En conclusión, es mía—sonríe amplia—. ¿Cómo no estar con una mujer como yo? Seríamos perfectas como pareja. —Taehyung blanquea los ojos. Ahí va de nuevo...

—Sujiiiin, no puedes estar con una sirvienta.

— ¡¿Según quién!?

— ¡Según cualquiera!

—Eso no importa. Importa lo que yo diga y si la quiero, la quiero. Así que, con permiso, tengo que corresponder su tierno e inocente afecto.

Taehyung la persigue solo por miedo de qué haga un caos. Sujin siempre ha sido una mujer extraña. que hable de regalo luego tras tan reveladora conversación, puede ser cualquier cosa. Lo sorprende que se trate de pedirle a otros sirvientes que muevan un montón de ramos de flores a la habitación de Hosook. Antes de darse cuenta, el cuarto parece un invernadero. Al menos la mitad que pertenece a Hosook.

La otra la dejaron intacta. Sujin suspira con una sonrisa triunfante y Taehyung estira los labios. Vale, si es un gesto tierno, queda ver cómo reacciona.

. . .

—Uh, te los puso la princesa Sujin. —dice Jeonggoo al encontrar la nota en la maceta en la mesa de noche. Hosook enrojece.

—No esperaba que hiciera algo así. —balbucea Hosook.

—Es lindo—opina Jeonggoo—. Además, como la miras tanto, es como una correspondencia... ¡Que genial! —exclama con ojos brillantes y emocionados—. ¿Cómo vas a responder? Puede ser como una plática a través de detalles.

— ¿Qué? Nonono, eso no-

— ¡AY VERDAD QUE TAMBIÉN ESTÁ EL PRÍNCIPE! —Se lleva las manos a las mejillas—. Primero deberías decirle a la princesa sobre eso—Hace puchero—. Ella se va a casar con él y tiene que saber que te lo quedas viendo-

— ¡Jeonggoo no! —lloriquea Hosook—. S-son solo tonterías. No importan tanto.

—Claro que sí—Insiste Jeonggoo—. Te cuesta desviar la atención ¿No es cierto? ¡Eres una niña de verano! —Hosook se arregla uno de los rizos naranjos—. Y Jimin dijo que el príncipe Taehyung es un niño de equinoccio. Por naturaleza, ustedes se atraen. No se va a enojar porque suceda algo natural.

—Eso no importa. No puedes decírselo. Prométemelo—Exige y Jeonggoo no tiene más remedio que aceptar—. Agradeceré las flores y listo—medita a sí misma—. Darle el ramo fue un error.

Se frota la cara con ansiedad. No supo ni por qué lo hizo exactamente. Lo que cruzó por su mente inicialmente. El simple comando de hacer un ramo a Sujin. Porque es linda ¿Tal vez? ¿Por el beso? No, por eso no.

Y bien, Taehyung es un tema aparte que no sabe cómo tomar. Es inevitable no saber que recibe su mirada y por otro lado, observarlo cada vez que aparece en su campo de visión. Es una situación demasiado enredada que no tiene como afrontar. No sabe cómo hacerlo. Le da vergüenza decirle a Jimin sobre esto.

Duda que se lo tome bien. Sería decir que podría colaborar a que su marido sea infiel o esté con alguien antes del matrimonio para empezar.

—Igualestás bonitas. —quejumbra con falso dolor y Jeonggoo no resiste reír. Sujin,estando apoyada junta a la ventana de la habitación sonríe a Taehyung que continúacon gesto enfurruñado.

Queen Ilsig || YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora