IV. Cena de incomodidad

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—Es la primera vez que voy a cenar aquí y- Ho-Hosook mi respir- V-voy a comer, no me aprietes tanto—queja a la doncella que suelta las cintas del corsé y Jimin suelta un respiro enorme—. ¿Qué pasa si lo arruino? Siento que ya me quiere tirar de aquí.

—Princesa, va un día y unas cuantas horas. No se angustie tanto—Recomienda Hosook—. Además, según el general, es bueno que haya elegido y ahora la esté observando-

— ¡LO VOY A ARRUINAR! —lloriquea Jimin.

—Usted es buena en situaciones de mucha presión. Yo creo que sí lo podrá hacer genial—anima Jeonggoo con una sonrisa, Jimin toma los pendientes que la adolescente le da—. Es solo una cena a final de cuentas ¿No es cierto? —Hosook asiente para quitarla de la duda.

—En una cena se han iniciado guerras, acabado dinastías, imperios y disuelto alianzas. Lo siento, pero esta vez mi pánico está totalmente justificado. —informa Jimin tomando el corsé del vestido para ponérselo.

~ * * * ~

Se siente fatal. Odia cuando de la nada está borracha del aire. Se le quitan las ganas de hablar, de moverse, de hacer... nada. Es terrible. Siente una caricia en la mejilla de parte de su esposo. Baja por su cuello, su clavícula y apenas consigue apartarlo cuando nota la intención de rebuscar bajo su vestido.

—Taehyung está aquí. —susurra con apenas voz. Demasiado dormitada. Taehyung se aclara la garganta, llamando la atención de su papá.

—No importa, mi hijo sabe cómo vino al mundo y él también succionó lo poco que esto podía ofrecer. —Yoonji frunce las cejas y vuelve a alejar la mano de Anatole.

—Ya te dije que aquí no.

El hombre no tiene más opción que apartarse. Yoonji respira profundo, recta y la mirada vacía hacia un punto muerto. Taehyung aprieta los labios. No sabe por qué su mamá se pone así. Siempre ocurre cada dos meses. Justo cuando la nota ligeramente más despierta y pendiente, vuelve a ponerse así.

Muchos han comentado que se ve borracha, pero lo que menos hace estando así es beber. Lo hace en esos periodos de consciencia y donde más dispuesta a pelear se encuentra. Más amargada y agria a su propia existencia.

—Mamá ¿Estás bien? —pregunta encogido y preocupado por ella, quedó con la boca abierta y ahora luce dormida con los ojos abiertos—. ¿Te llevo a tu cuarto?

—No, estoy bien. —responde apagada y con voz arrastrada, apenas se la escucha. Anatole bebe de la enorme copa de oro con pedrería, mofando de cómo está su esposa.

—Déjala, así está mejor para todos. —afirma y Taehyung mira a otro lado con fastidio. Claro, a su papá le encanta cuando está así. Discute menos. Si no fuese porque lo considera imposible, diría que la droga de alguna manera.

El tema es que aparte de ser ridículo, no tiene sentido el por qué hacerlo y menos existe una droga que dope por dos meses casi exactos a una persona. La puerta del gran comedor es abierta, anunciando que Jimin va a entrar y Taehyung se levanta para ir por ella. Su prometida es linda.

Muy pequeña, de cabello rosado como los cerezos del jardín de su mamá y con la piel tan pálida como ella. De cierta manera, se la recuerda mucho. Con la diferencia de qué no está apagada y consumida por elementos desconocidos.

Quiere creer que... no será como su papá y no hará a alguien así apagarse y quedar como Yoonji. Es, en efecto, uno de sus mayores miedos con el paso del tiempo y su similitud física con su progenitor. Tonto e inconexo, pero que lo deja pensando demasiado. Besa la mano de Jimin y ella arruga un poco la nariz.

Queen Ilsig || YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora