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Una vez mas, las tres cabezas se reunieron en el [Palacio tres voluntades]. Solo que esta vez sus seguidores no los acompañaros como antes.

Tanto Celia, Liodex como Aldulk se encontraron en sus respectivos asientos, cada uno de ellos tuvo una expresión seria en su rostro mientras miraron hacia la figura que se encontro en el centro de las tres puntas.

Ésta no fue otra que aquella a la cual conocieron como la Sacerdotisa. 

Fue esa de la manera por la cual se dirigieron hacia ella, esto se debió a que su nombre no podía ser conocido por nadie.

El motivo de ello, se debió al mismo que unió a las tres familias en una, un secreto que solo las cabezas podían conocer.

-Sacerdotisa, ¿puede decirnos el motivo por el cual nos ha reunido?.

Pese a ser una cabeza de su respectiva familia, Aldulk fue en extremo cortes hacia la mujer. Y esto pudo notarse en el tono de su voz al dirigirse hacia ella.

Por su parte, la Sacerdotisa se mantuvo en silencio, no respondiendo hacia su pregunta.

Esto, si fuese otra persona, seria tomado como una ofensa por parte de Aldulk. Lo que desataría en su descontento, pero en esta ocasión no se lo vio en absoluto molesto. En cambio, opto por callarse él mismo y esperar a que la otra parte hablara.

Si otros que no fueran las cabezas, vieran esto, dudarían de sus ojos y de lo que estaba ocurriendo. 

Aldulk, pese a su apariencia de un anciano tranquilo y amigable, fue totalmente lo contrario a lo que se podía ver a simple vista. Su actitud siempre fue sanguinaria, no dudando en matar a aquel que le fuera desagradable, incluso en presencia de otros.

 Los únicos contra quienes se mostraría pasivo serian los enviados de las familias reinantes, ya que estos con un simple capricho podrían destruirlos si resultaran ofendidos.

Y aunque respeto a las otras cabezas de familia, no fue al punto de mostrarse dócil ante ellos. En cambio, fue totalmente competitivo. No dudando en retarlos en una pelea en la menor de las oportunidades.

Y aquel que fue mayormente su objetivo, no fue otro que el padre de Liodex, quien fue un amante de las batallas y no retrocedió a los retos de Aldulk ni una vez.

Pero si hubo alguien contra quien nunca se atrevió a ir en contra dentro de las tres familias, no fue otra que la Sacerdotisa.

Ella fue una existencia especial dentro de las tres familias, alguien quien podía incluso eliminar una cabeza si ésta le fuera desagradable o creyera que no tenia los requisitos para ser una.

Esto no fue conocido por Aldulk, sino después de convertirse en cabeza de su familia. Fue ahí, cuando conoció realmente el secreto de las tres familias, y la existencia de la Sacerdotisa.

Cada heredero, llegado el momento de suceder la cabeza de su familia, debía presentar sus respetos en una ceremonia que fue desconocida para otros que no fuesen ellos.

Aunque llamarlo "ceremonia" realmente no fue lo correcto.

Los futuros herederos debían subir a la cima de sus respectivas torres por cuenta propia.

Cada torre conto con 50 pisos con sus respectivas pruebas, y tan solo al superar todas estas para llegar a la cima, se les consideraría que tenían las calificaciones para entrar a la ultima habitación.

Dentro de ella, se encontrarían por primera vez con la Sacerdotisa, pero claramente con desconocimiento completo sobre ella.

En éste punto, cada heredero tendría sus propias reacciones y conclusiones.

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