04

144 31 1
                                    

La visión del mundo mas haya de la barrera creada por los Cyberx fue en principio oscuridad, pero esta no duro mucho , con destellos pincelados de destrucción, lenguas de fuego de un rojo profundo se extendieron por el firmamento, creando una escena surrealista a la par que impresionante. 

Pero fueron pocos los que pudieron "apreciar" dicha imagen, ya que el temblor de la tierra y el desmoronamiento de los edificios no pudo ser ignorado en su totalidad.

Por suerte para ellos, estos fueron los únicos inconvenientes a los que tuvieron que enfocarse u enfrentar. Ya que si no fuese por la barrera creada por los Cyberx, el verdadero peligro que acechaba en las afueras se cerniría sobre ellos sin que pudieran hacer algo para defenderse.

Y la única persona que conocía este hecho, fue a la vez la única que pudo y se encontró fuera de la barrera. Experimentando todo por ella misma.

La sacerdotisa.

Ella se encontró aparentemente con un rostro calmado observando lo que sucedía. Pero interiormente se sentía horrorizada.

*chispa

*Chispa

De alrededor de su cuerpo, pequeños destellos surgieron, como si de cortos circuitos se tratasen. Estos aunque ocurrieron en pequeña cantidad, el numero de veces en la que sucedía fue aumentando a cada segundo que pasaba. Esto provoco que no pudiera mantener su rostro inexpresivo por mas tiempo, incluso su voz no pudo ser controlada.

-¡¿Cómo puede ser semejante cosa posible?!

Ella simplemente se encontraba incrédula ante lo que estaba experimentando.

-¡Eso no fue una habilidad [Ley], ¿entonces como?. ¿Cómo puede crear semejante destrucción?!

Su calma se había roto al completo, y su voz que en un principio fue suave, se reemplazo por un grito de incredibilidad y negación.

Esta no fue una forma en la cual ella hubiera pensado alguna vez estar, se creía ser capaz de mantenerse imperturbable ante cualquier situación, por mas extraña y desesperante que fuese. Pero lo que sucedió ahora estaba lejos de dicho umbral de tolerancia.

Tal cosa fue mental como física, ya que todo su cuerpo se encontró bajo el ataque de una extraña energía. Incapaz de comprender por que, o como estaba ocurriendo, se vio obligada a proteger todo su cuerpo con su energía de [Ley], fue esta la razón tras las recurrentes chispas que surgían desde todo su cuerpo.

Y aunque hacerlo pareció ser sencillo, y que no requirió mucho esfuerzo, en verdad fue todo lo contrario. 

Como si estuviera bajo el asedio de decenas de miles de enemigos, su energía de [Ley] se fue agotando a una velocidad aterradora, si se mantenía en su lugar, no duraría mucho antes que se viera totalmente agotada, volviéndose totalmente vulnerable a dicha energía y a lo que pudiese ocurrir. 

Tampoco hizo falta arriesgarse y comprobar que es lo que sucedería, ya que su instinto del peligro le advirtió a gritos que no lo hiciera. Eso, y el destino que estaban sufriendo los parásitos ante sus ojos.

La oscuridad provocada por el polvo y la niebla no fue suficiente para opacar su visión mejorada por las [Leyes], haciéndola capaz de ver el verdadero infierno que estaba ocurriendo.

Como si cubos de hielo al sol se tratasen, los parásitos aullaban hacia los cielos de lo que aparentaba ser dolor,  mientras que sus cuerpos comenzaban a derretirse a una velocidad visible.

Y aunque en una proporción menor, las abominaciones también se encontraban bajo el mismo estado. Desesperadas, trataron de consumir a los parásitos de sus alrededores para regenerarse, pero tal cosa no sucedía sin importar cuanto de ellos consumieran.

Aunque no parecieron ser capaz de entender dicho punto, eran incapaces de razonarlo y en consecuencia detenerse.

Pero las cosas no se detuvieron ahí, en absoluto. 

[Cambiando a modo Protección]

La totalidad de los Cyberx que se encontraban formando la barrera contrajeron sus brazos, salvo uno de ellos, quien como si fuese una flor en el amanecer, comenzó a abrirse dando lugar a que pequeños tentáculos negros se extendieran y entraran a diminutas brechas que se abrieron en el espacio a su alrededor.

Tras eso, las demás unidades Cyberx abrieron brechas y entraron en ellas. Para consiguiente salir al exterior de la barrera donde la horda de parásitos se encontraba desorientada y en total pánico.

[Activando forma de guerra Cyberx]

Al igual que el anterior, los Cyberx que se encontraban fuera de la barrera comenzaron a sufrir cambios en toda su estructura corporal.

Algunos se volvieron mas grandes, otros mas pequeños, les brotaron extremidades extras e incluso aparecieron dientes y lo que parecieron ser ojos.

También hubo quienes no tuvieron ningún cambio físico, sino que sacaron diferentes tipos de armas desde las brechas que abrieron. 

Todo esto sucedió en apenas dos segundos, y luego de ello, una escena que nunca olvidaría fue presenciado por la sacerdotisa.

Los Cyberx que sufrieron un cambio físico, en un destello desaparecieron de sus lugares para que una milésima de segundo después varias explosiones se generara en medio de la horda parásitos.

Estos, incapaces de procesar lo que sucedía, se vieron despedazados a medida que sus restos se desintegraban antes de siquiera tocar el suelo.

Las unidades Cyberx se movían tan rápido, que les fue imposible defenderse, tan solo un destello acompañado de una ráfaga para luego terminar en desintegración fue lo único que veían.

Y aquellos que no cambiaron, se quedaron en contraparte sobrevolando los cielos mientras apuntaban con sus armas tecnológicas, tras un rápido destello que surgía de ellas, unos campos de varias decenas de metros se formaban en la zonas objetivos. Y aquellos parásitos que se encontraban en dicho espacio se vieron reducidos a cenizas en meros instantes.

*clap

*clap

Por si no fuera poco todo eso, la nave de guerra clase corveta abrió unas compuertas de las cuales un total de quince lozas de metal, de unos cinco metros cada una, surgieron y comenzaron a desplegarse sobre los cielos.

*chirrido

*chirrido

Dichas lozas de metal tuvieron varios patrones de luces en ellos que le fueron desconocidos a la sacerdotisa. Parecían formar símbolos, o tal vez palabras, no estaba segura de que eran exactamente. Pero esto no importo ya que lo siguiente en suceder la dejo aun mas asustada.

[Vectores desplegados. Activando]

Las lozas de metales comenzaron a vibrar, y como efecto de ello el espacio mismo empezó a sacudirse a medida que se resquebrajaba para permitir que pequeñas corrientes eléctricas viajaran por ellas para unirse entre si, formando lo que pareció ser un cerco gigantesco.

La atmosfera general se sintió mucho mas pesada desde entonces, como si algo estuviera por descender al mundo.





Sistema IADonde viven las historias. Descúbrelo ahora