Korman fue implacable en su decisión, no dando a nadie la oportunidad de rechazarla. Por lo que en tan solo una hora, en las afueras de su tienda, una pequeña caravana de carretas se acercaba a paso seguro.
Mientras el mismo llegaba, un empleado se encargo de hacérselo saber.
Asintiendo, se levanto de su cómodo asiento y sin querer perder un segundo mas, se encamino hacia las afueras de su habitación personal. Al salir, su mirada recorrió el interior de la tienda por unos breves segundos antes de que se enfocara en la puerta principal. Allí, la figura de Yoemi con su clásica cara de póker se encontro esperándolo mientras mantenía sus cejas fruncidas.
Decidiendo ignorar esto ultimo, inflo su pecho y hablo en un tono general.
-Bien, si ya están todos preparados. Entonces vayamos. ¡No hay tiempo que perder!.
Luego de terminar sus palabras, no se molesto en nada mas y comenzó a caminar hacia la salida. Tras llegar a la puerta, Yoemi empujo las mismas para darle vía libre de paso.
Al pasar a su lado, Korman le dio un gracias en voz baja y continuo caminando con ella tras él hasta llegar frente a una gran carreta de lujoso aspecto que se encontraba a pocos metros delante de la tienda.
La misma ya tenia sus puertas abiertas, por lo que ambos simplemente ingresaron al interior.
Dentro todo era muy espacioso y lujoso, la madera estaba exquisitamente tallada y los asientos de cuerpo marrón oscuro habían sido rellenados con algo parecido a plumas, lo cual tras sentarse sobre ellos daría a cualquiera la sensación de estar en una nube de comodidad.
Aunque este era el caso, ninguno de los dos se mostro sorprendido, y con escasa reacción, se sentaron sin mas. Segundo después de hacerlo, la puerta se cerro y unas pequeñas piedras se prendieron para iluminar mejor el interior. Como extra, un fragante y dulce aroma proveniente de un incienso entro por sus vías nasales haciendo que sus cuerpos se relajaran.
O ese parecía ser el caso, salvo por un pequeño detalle a agregar, y ese fue la mirada penetrante de Yoemi hacia Korman.
Decidiendo ignorar este hecho, Korman saco un pequeño libro del interior de su pecho junto con una pluma. Tras un minuto de escribir en el mismo, lo volvió a guardar y cruzo su mirada con Yoemi, quien en todo momento no aparto sus ojos de él.
Ambos se quedaron mirándose fijamente el uno al otro por un minuto entero, hasta que finalmente Korman no pudo soportar mas la incomodidad del ambiente que de forma avergonzada pregunto.
-¿Cuanto mas seguirás molesta?.
Sin aflojar sus cejas fruncidas, como mostrar cualquier otra emoción, Yoemi le respondio a secas.
-No estoy enojada.
(Claramente lo estas) Replico internamente.
-¿Entonces porque no dejas de mirarme de manera amenazante? Pregunto nuevamente.
-No lo hago. Respondio antes de cruzar ambos brazos suyos.
Verla actuar de manera tan terca hizo que Korman sonriera de manera irónica dentro suyo, por lo que tratando de cambiar los aires internos, desvió el tema en otra dirección.
-El clima hoy es genial, ideal para un viaje, ¿no lo crees?.
Cabe mencionar que todo el interior de la carreta se encontraba muy bien aislado del exterior, esto se debe a que viajar por las carreteras siempre suponía un riesgo. Mas aun para los comerciantes como lo era él. Esto hizo que sus palabras no tuvieran mucha concordancia a la hora de pronunciarlas.

ESTÁS LEYENDO
Sistema IA
Science FictionEl ultimo buque de guerra interestelar de la raza Humana fue emboscado por la raza clasificada como amorfos No*1-Z7, desesperados y a punto de ser destruidos, en un ultimo intento para salvaguardar el legado de la humanidad, el capitán ordeno la ac...