Sistema IA

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Con un saludo corto, Eximia saco una placa plateada junto a la bolsa que mantenía a su costado para luego entregárselo al recepcionista. Éste miro la placa asintiendo con su cabeza, luego procedió a tomar la bolsa.

-Por favor, esperen un momento hasta que termine la evaluación. 

Dichas estas palabras, el hombre desapareció tras una puerta que se encontraba tras suyo.

No paso mucho tiempo, alrededor de dos minutos, cuando el recepcionista volvió. Coloco la bolsa que anteriormente Eximia le entrego sobre la barra.

-Aquí tiene. Por favor, verifique la cantidad.

Sin dudar, Eximia tomo la bolsa y miro el interior para luego asentir.

-Es mas de lo que esperaba. 

Comento casualmente, a lo que el recepcionista le respondió.

-Por supuesto, los materiales eran de muy buena calidad. Entonces, ¿necesitan algo mas?.

Asintiendo, Eximia dio a conocer su necesidad de utilizar la inscripción de movimiento.  

Sin perder su actitud profesional, el recepcionista toco una pequeña campana sobre su escritorio, segundos después, una mujer con ropas ligeras apareció desde una de las puertas del costado.

-Por favor síganme.

Manteniendo una sonrisa, junto a su actitud cordial, la mujer comenzó a guiar al grupo hasta llegar al interior de una gran habitación.

Una vez dentro, una gran inscripción se pudo apreciar dibujada en el piso. Esta constantemente emitía un débil brillo, lo que creaba una atmosfera mística.

También hubo un pequeño pedestal, el cual sostenía un cristal azulado en su punta.

La mujer se movió, y no se detuvo hasta estar frente a dicho pedestal. Luego se volteo hacia el grupo y pregunto con naturalidad.

-¿Cual es su destino?.

La respuesta de Eximia fue corta, y tampoco hubo mas que agregar. Su destino había sido siempre la ciudadela de los Ivoquers. 

Asintiendo a sus palabras, la mujer puso su mano sobre el cristal. Éste brillo luego de que ella dijera unas palabras, a lo que la inscripción en el suelo le siguió.

Terminado, Eximia se acerco hacia la mujer y extendió su bolsa, la mujer puso su mano sobre esta, haciendo que el anillo en su dedo brillara por un instante.

-El pago ha sido recibido, por favor. Ingresen a la inscripción.

Una vez todos se encontraron dentro, la mujer se despidió de ellos mientras en todo momento mantenía una sonrisa en su rostro.

Segundo después la inscripción alcanzo su brillo máximo, y cuando volvió a la normalidad, todo el grupo de Eximia había desaparecido. Cuando esto sucedió, la sonrisa en el rostro del a mujer desapareció.

Su rostro, al igual que su mirada se volvió fría al observar la inscripción vacía.

*Abrirse

Tras ella, el sonido de la puerta se escucho, pero no se dio la vuelta para ver quien había entrado, ya que no hubo necesidad de hacerlo.

-Sin duda son ellos, pero sus números no cuadran.

La voz que se escuchaba a sus espaldas no fue otra que la del hombre recepcionista. El tono que antes era amigable desapareció y fue cambiado por uno lleno de indiferencia, como si no estuviera hablándole a la mujer frente a ella, sino haciendo un monologo en voz alta.