70

153 37 1
                                    

Su pregunta no fue dirigida a Liodex, sino hacia A-8. 

Pero ella permaneció desinteresada en responderle nada. Y aunque fue ignorado, Liodex no dejo de sonreír. Aunque sus ojos no lo hacían.

Ambos se quedaron mirándose fijamente durante unos segundos, y el primero en apartarse no fue otro que Liodex.

"Peligroso"

Ese fue su pensamiento al momento de hacerlo.

Fue en ese momento que Adathar llego a su lado, a lo que Liodex se volteo y abrió sus brazos para recibirlo.

Pero contrariamente a un abrazo, un puño se dirigió a su rostro. Sin entrar en pánico, Liodex lo esquiva y lo mira con tristeza.

-No tienes porque enfadarte de esa forma, se que no te eh visitado últimamente. Pero eso tiene una explicación.

Con molestia en su rostro, Adathar le respondio.

-Cállate, sabes que no quiero verte. ¡Vete de mi mansión!

Así, algo que no podría llamarse una pequeña pelea comenzó. Una donde Adathar lanzaba golpes y Liodex las esquivaba sin dificultad.

-No seas así, mira, incluso no me olvide de traerte tu regalo.

Un pequeño frasco con un liquido azulado fue sacado de su bolsillo.

-Tus sirvientes me dijeron que no has podido dormir en estos dias, pensé en traerte otra cosa, pero no podía dejar que tu salud sea afectada por la falta de sueño.

Escucharlo hizo que Adathar rechinara sus dientes.

-¡TE VOY A MATAR LIODEX!

Junto a esas palabras, sus ataques se volvieron mas rápidos. 

Pero al igual que el principio, Liodex no mostro tener dificultad en esquivarlos, y en cambio comenzó a reírse mientras era perseguido.

El grupo de Eximia observo todo esto con desconcierto mientras pensaban.

"¿Que situación es esta?"

Incluso Yearada, que era un poco tonto, sabia que algo andaba mal. Por ello, se volteo a mirar hacia los consejeros con el fin de decirles que hicieran algo.

O eso fue lo que pensaba.

Pero cuando volteo a mirarlos se encontro con una vista un tanto particular.

Los cinco de ellos formaron un circulo, sus rostros se encontraban normales cuando las siguientes palabras podían ser escuchadas de sus bocas.

-Hagaton, ¿te parece ir de caza la próxima semana?. 

Exclamo uno de ellos.

-Lo lamento Skiumise, el cumpleaños de mi nieta se acerca y debo hacer las preparaciones. Sera en otra ocasión.

Respondio Hagaton.

-Es verdad, ¿sabes que le gustaría a tu nieta de regalo?.

Pregunto Skiumise.

-Espera, ¿cumpleaños de tu nieta?. No eh recibido ninguna invitación.

Con sorpresa, Xerxs se mostro indignado.

-¿No tienes una? 

Pregunto Umigar

-Oh si, Xerxs. Em, ya no quedan invitaciones. 

Con un tono de disculpa, Hagaton hablo, pero no pareció estarlo realmente.

Así, una pelea sobre un cumpleaños y alguien que no fue invitado empezó en otra parte.

Sistema IADonde viven las historias. Descúbrelo ahora