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Un camino de muerte que no se detenía.

Una corrupción imparable, la tierra y las plantas muriendo. Un sin fin de gritos acompañados de gruñidos y lamentos.

Fue esta la imagen que impregno su visión.

Miedo, odio, incapacidad, tristeza y desesperación. Fueron muchas las emociones que azotaron la mente de todos, algunos inclusive no las ocultaron, temblaban, desesperaban. Sus respiraciones eran pesadas e irregulares, pero pese a todo ello se mantuvieron firmes.

No podían huir.

No podían abandonar.

Solo podían esperar con sus armas apuntando en su frente y en dirección del enemigo.

-¡AHHHHHHHHHHH!

No sabe quien fue el primero, ni mucho menos el segundo. Pero un grito provino desde las filas de guerreros.

¿Fue de miedo?. Tal vez de ¿lucha?. ¿Fue un ultimo desliz de resignación?

No importo realmente cual fue el motivo o las intenciones tras ese grito inicial, ya que el mismo se ahogo y formo parte de los consiguientes en una ola de emociones mescladas.

-¡AHHHHHHHHHHHH!

Como si quisieran competir, los gritos se alzaron en dirección de sus enemigos, querían que los escucharan. Ellos también podían gritar, también podían rugir.

Y por tanto, también podían luchar y quitarles la vida.

No fueron cosas de las cuales simplemente podían pasar por encima como si de una simple piedra se tratase. Tenían emociones, pensamientos, y sobre todo orgullo. El orgullo de ser de una familia de clase reinante.

En ese momento se detuvo, los gritos cesaron. 

Lo único que se mantuvo fueron las explosiones generadas por los cañones en el interior de la horda enemiga.

Los guerreros que un segundo antes se encontraron gritando se calmaron, no hubo ningún sonido por su parte. Siquiera sus respiraciones se podían escuchar.

Nadie aparto la vista del frente, decididos. Estaban decididos y listos.

Un paso.

Dos pasos.

Trote.

Correr.

Como una gaviota arrojándose al precipicio en dirección del mar, los guerreros apretaron el mango de sus armas y se arrojaron hacia la horda enemiga. Nadie grito, nadie hablo. 

Solo se abalanzaron ignorando todo, incluso su propia seguridad.

La punta de la lanza continuo avanzando, imparable y sin emociones.

*Atravesar

Junto a la primera apuñalada, la sensación de apuñalar lo que parecía ser carne dio inicio a la masacre.

¡GYAUHHH!

Ellos fueron los únicos en gritar, fueron los únicos en rugir, solo los guerreros estaban en silencio mientras golpeaban con sus armas y sus habilidades surgían.

*Romperse

Junto a los sonidos provenientes de los parásitos, acompañados de las explosiones de cañones, un nuevo conjunto de sonido entro en escena. 

La carne y los huesos siendo molidos, triturados y arrancados resonaban como un coro de muerte, dando la bienvenida todo bienaventurado que deseara unirse al mismo.

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