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Liodex se mostro confundido por las palabras de Aldulk, por lo que no pudo evitar mirarlo en busca de respuestas.

A pesar de entender su intención, él no continuo, en cambio se volvió a callar.

Incapaz de solo aceptarlo, recurrió a mirar en dirección de Celia en busca de una respuesta por su parte, pero ella evito su mirada.

Esto solo hizo que Liodex se desesperada mas.

Pero tampoco pudo hacer nada para remediar su frustración, tan solo pudo limitarse a ver como todo ocurría.

No fue hasta que Akceres desapareció por completo que la presión sobre el cuerpo de Liodex se fue, haciendo que recuperara su movilidad.

Una vez libre, miro a la Sacerdotisa, y tuvo la intención de moverse hacia ella.

Pero nuevamente sus pasos fueron detenidos. Y ésta vez fue Aldulk quien lo retuvo.

Molesto por esto, Liodex miro con intenciones asesinas en su dirección.

-Esto es por tu bien, no seas imprudente frente a la Sacerdotisa.

Fueron sus únicas palabras antes de retirar la fuerza que lo retenía.

Nuevamente libre, Liodex reanudo su camino haciendo caso omiso a la advertencia de Aldulk.

Esto hizo que él frunciera sus ceños y moviera su mano con intención de atacarlo, pero antes de siquiera pudiera actuar. La sacerdotisa hablo.

-Akceres ha vuelto a mi. No te preocupes, ahora vuelve y siéntate en tu lugar. No hagas que reconsidere tu puesto.

Frente a sus palabras, Liodex sintió una sensación abrumadora de muerte. Si no hacia caso a sus palabras, sin duda sintió que seria asesinado.

Comprendiendo lo imprudente que estaba siendo, Liodex se trago todo lo que sentía y volvió a sentarse en su lugar.

Nadie se atrevió a decir una palabra al respecto, en cambio esperar a que la Sacerdotisa hablara. Quien tampoco les hizo esperar demasiado.

-Las tres familias aun no están listas, pero el tiempo se esta acabando. Es hora de que ustedes también lo vean.

Tras estas palabras, el ojo de la Sacerdotisa se abrió aun mas, y una extraña sensación golpeo a los tres. Provocando que cayeran en un trance del cual no tuvieron capacidad de resistir.

Aldulk, Celia y Liodex fueron arrastrados hasta lo que fue pareció ser un espacio oscuro e infinito, con diminutas luces en el fondo de ésta.

Un cielo estrellado, es lo que fue.

-Bajo nosotros, miren.

La voz de Celia ,sorprendida, llego a los oídos de Liodex y Aldulk, quienes siguieron sus palabras y miraron bajo suyo.

Ahí fue cuando vieron un enorme planeta.

-¿Esto es nuestro.

Sin darle la oportunidad de terminar sus palabras, una voz lo interrumpió y completo su oración.

-Si, éste es el mundo donde se encuentran ahora mismo. Uno sin nombre y alejado de las capas centrales, vulnerable a los enjambres.

Siguiendo la fuente de la voz, los tres miraron y se encontraron con una figura la cual desconocieron.

-¿Sacerdotisa?

Pero su voz fue imposible de confundir.

-¿Tú eres, la sacerdotisa?.

Pregunto Celia y Liodex llenos de confusión.

Fue imposible no estarlo, no luego de ver la forma que tenia. El cual fue una criatura que los dos desconocieron por completo.

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