060

75 16 5
                                    

Seres sobrenaturales, dioses, demonios.

Hubo muchas formas de llamarlos, tuvieron muchas descripciones y eran capaces de grandes cosas inimaginables e imposibles para los mortales.

Como crear mundos, curar o traer una infinidad de enfermedades, llevar prosperidad o la ruina a mundos enteros fue algo de lo mas básico para ellos.

Todo aquello que era imposible fue posible siempre que existiera tales seres. Incluso deseaban alcanzarlos, ser como ellos, formar parte de las grandes existencias. La imaginación mortal siempre estuvo ahí, delirando sobre grandezas.

En muchos casos inclusive pudieron hacerlo, escalar y romper sus limitaciones para alcanzar nuevas alturas. Convirtiéndose a ellos mismos en seres sobrenaturales con dichos poderes.

Pero.

La realidad era incluso mas aterradora y guardaba secretos que eran mejor no conocer, alejada infinitamente de los delirios mas grandes que alguien pudiera tener.

La vida en general, incluso aquellos ignorantes que se hacían llamar dioses o demonios por el mero hecho de nacer favorecidos por el [Caos Primario] y contar con grandes poderes, no eran nada ante los verdaderos grandes seres que miran el cosmos con absoluto desdén.

A sus ojos, estos no eran mas que motas de polvo dentro de su patio un poco mas grande que el resto, las dejaban correr felizmente en su ignorancia. Permitiéndoles vivir su patética vida, sus conflictos, sus anhelos al poder y el deseo de ser mas de lo que eran. No podían siquiera molestarse, porque no lo valían.

Si así lo deseaban, toda vida seria erradicada del cosmos por un simple capricho suyo.

Solo que, ¿para que molestarse?. 

Las verdaderas grandes existencias permanecieron en letargo eterno, nunca despertarían ni actuarían ante nada, salvo que aparecieran a otros como ellos que osaran buscar pelea o invadir su territorio, permanecerían dormidos. Dejaron correr el cosmos y que este tuviera su propio destino en sus manos.

Ellos eran eternos reyes, y el cosmos igual. La vida a lo largo de los anales del tiempo siempre ha sido destruida, pero también renacía. No hubo nada que hacer mas que dormir.

Pero incluso tales seres se aburrían.

Y cada vez que se despertaban fue para esto mismo, buscar algo con lo que entretenerse. 

Tales casos eran en extremo raros, fue mucho mas fácil alcanzar la inmortalidad que vivir el suficiente tiempo como para presenciar algo así.

Poder vivir en la época de un suceso de tal calibre fue tanto una bendición como maldición para toda la vida. Podrían ganar beneficios increíbles mas haya de lo inimaginable, o simplemente desaparecer sin poder oponer resistencia alguna.

La aparición de tales seres cósmicos no pudo ser transmitida, la vida en si no fue suficiente para soportar su nivel de existencia. Incluso cuando estos se reprimían a si mismos, fue raro que algo sobreviviera para contarlo.

Aunque tampoco podrían.

Los grandes seres eran un [Tabú] que no pudo ser visto, odio, hablado, o presenciado. Cualquiera de estas cosas llevaría incluso a aquellos seres de gran poder caer en la locura y morir por ella. Fue una [Ley] difícil de soportar, una incontrolable.

Pero la locura solo se aplico a ellos, quienes no tuvieron tal nivel de poder, su destino fue desaparecer en la nada.

Una completa aniquilación.

Para evitar tales cosas indeseadas, los Grandes seres cósmicos fragmentaron de forma ínfima una parte de su existencia y dieron "permiso". Solo así pudieron buscar cosas con las que entretenerse sin afectar el cosmos demasiado. Pero ese demasiado seguía siendo algo insoportable para la vida en su totalidad.

Sistema IADonde viven las historias. Descúbrelo ahora