CAPÍTULO 74.

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Rodrigo

Adrián y yo salimos tras ella sin mediar palabra alguna con nuestro padre más que el discurso que le había soltado antes de que Sara se levantase abandonando la mesa. 

Casi todo el restaurante nos miraba cuando lo atravesábamos para salir aunque a Sara parecía importarle muy poco ya que caminaba emanando seguridad y elegancia. 

La perseguimos durante todo el aparcamiento. Si, la perseguimos porque no se paro ni un solo momento por mucho que la llamamos e intentamos que se diera la vuelta. Me daba igual a verme pasado el coche y luego tener que dar la vuelta así que la seguí con Adrián muy de cerca. 

- ¡ESPERA POR FAVOR!- grité desesperado ante sus negativas de frenarse. 

Se detuvo en seco pero no se dio la vuelta. Me acerqué a ella y la atraje hasta mi pecho mientras la abrazaba con algo de fuerza. Sentía sus lágrimas mojar mi camisa que seguramente quedaría manchada de maquillaje pero me daba absolutamente igual. 

Adrián se acercó y le puso una mano en el hombro intentando apoyarla pero solo hizo que llorara más fuerte. Intentaba acallar sus lamentos apretándola más contra mi, intentando trasmitirle que estaba en casa. 

- Lo siento.- dice entre hipidos separándose un poco de mi pecho.- No tenía que haberte obligado a venir, no tenía que haber sido tan terca y no escuchar...

- La culpa es mía, yo te llamé para decirte lo de la cena y yo presioné a Rodrigo para venir. No tienes la culpa de la mierda de padre que tenemos y que haya ido contra ti. Lo que he dicho es verdad, has demostrado amar a mi hermano y para mi eso es lo mejor que podías demostrar. Os cuidáis a vuestra manera y yo no puedo meterme en vuestra relación, lo he hecho desde que os reencontrasteis y os pido disculpas. 

- La culpa no es de nadie.- dije yo intentando calmar las aguas.- Los tres sabíamos lo que podía salir de aquí y nos ha estallado a todos en la maldita cara por ser mejor persona que nuestro padre. 

- Lo siento.-  volvió a decir ella temblando entre mis brazos.

- Deja de pedir disculpas y  de temblar.- dije acercándola más a mi pecho.- Estás helada, ¿y tu abrigo?

- Dentro, me lo deje en la silla.- dijo ella avergonzada.

- Ya voy yo a recogerlo, no os preocupéis- dijo Adrián con una sonrisa. 

- ¿Es este querida? Estaba en la silla.- dijo una voz femenina a mi espalda. 

Clara con la chaqueta de Sara entre las manos hacía acto de presencia con sus hijos unos metros por detrás. No había rastro de mi padre. 

- Muchas gracias.- dijo Sara apartándose de mi y dando un par de pasos hacía Clara. 

- Siento mucho las palabras de mi prometido.- dijo ella más para Sara que para nosotros.- Ha visto a sufrir a su hijo por ti y no quiere que vuelva a pasar por lo mismo. Te vi por primera vez en  la tele hace un tiempo en una gala benéfica y me trasmitiste muy buenas vibras igual que hace unos días cuando volví a ver tu entrevista. 

- Disculpe que la interrumpa...

- Rodrigo déjala terminar.- me regañó Sara que estaba muy atenta a las palabras de la prometida de mi padre. 

- Voy al grano. No he visto que seas mala niña ni que no quieras a los dos hijos de mi prometido. Yo solo quería que no se interpusieran más barreras entre padre e hijos como los míos han tenido conmigo. Mis hijos me odiaban por todas las mentiras que su padre les contó sobre mi y ahora somos inseparables, se lo mucho que odiáis a vuestro padre y que su actitud de hoy no ha hecho más que hacer más grande ese sentimiento hacía vuestro padre. No puedo justificar lo  injustificable pero si puedo pediros disculpas por sus actos.- hizo una pausa donde yo iba a  lanzarme a explicarle un par de puntos sobre mis sentimientos hacía mi padre pero volvió a abrir la boca, esta vez con un tono tembloroso.- Me gustaría que vinierais a nuestra boda, que le deis la ultima oportunidad a vuestro padre. Creo que quizá podréis ver lo feliz que somos y podréis ver a esa persona de la que estoy tan enamorada y que hoy no ha sido esa persona. Me gustaría que estuvierais en un día tan importante tanto vosotros dos como tú querida, me encantaría tenerte como nuera. 

Siempre serás tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora