CAPÍTULO 44.

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- Me tomaré un par de horas para pensarlo pero tiene muy buena pinta, cuando hable con el resto de accionistas del hotel me pondré en contacto con vosotros.

Aaron acompaña al señor, de unos 50 años, hasta el ascensor mientras yo recojo los planos y preparo el ordenador para dejarlo recogido y listo para la siguiente reunión.

La reunión había sido perfecta. Aaron dejo que fuera yo quien presentara la mayor parte del proyecto mientras tomaba ciertas notas en su cuaderno, el accionista mayoritario del hotel no había parado de sonreír durante toda la presentación y se quedaba con la boca abierta viendo una realidad aproximada de lo que sería su hotel ya construido. No son imágenes reales pero se suelen acercar demasiado a la realidad, la verdad que el programa es uno de los mejores que hay en el mercado.

Me había puesto un poco nerviosa al principio, tú jefe escribiendo en una libreta mientras presentas un trabajo en común nunca sabes para que puede ser, pero después me calmé por completo cuando vi la cara del accionista mientras le contaba paso a paso como trabajaríamos y la distribución del hotel.

- ¿Has acabado de recoger?

- Me quedan un par de cables y bajar los proyectos a recepción para archivarlo.

- No te preocupes, me puedo encargar yo.- se quitó la chaqueta y la coloco en una de las sillas de la sala.

Mi móvil, que estaba encima de la mesa al lado de mi bolso, se iluminó indicando que tenía una nueva notificación.

- ¿Me puedes acercar el móvil?- le dije mientras señalaba el móvil. 

Aaron lo recogió de la mesa y me lo paso con una sonrisa en la cara para después darse la vuelta y seguir recogiendo los cables del ordenador y del proyector.

Desbloqueé el móvil, seguro que es Lola o Carmen para saber si alguno está libre y hacer planes. O seguirían con el debate de Hunter o Rodrigo por el grupo que teníamos todos.

Pero cuando vi de quién eran los mensajes algo por dentro se removió, como si se estuviera formando un nudo en la boca del estomago.

CHAT DE HUNTER

Siento no poder despedirme, aunque lo hice ayer me hubiera gustado una comida o una cerveza antes de irme. Solo quiero decirte que cuides muy bien de Rodrigo y que no se meta en líos, también dile que ni se le ocurra hacerte daño porque vuelvo enseguida.

Me está costando mucho no despedirme de ti aunque nos vayamos a ver en muy poco tiempo, sabes que eres como una hermanita pequeña para mi y no puedo estar más orgulloso de ti.

Me acercaré a hablar con tu madre y a contarle lo bien que te va en el trabajo, seguro que está igual o más orgullosa de ti que yo. 

Cuida mi casa nueva y que todo marché bien, no te metas mucho con los obreros y relaja ese mal humor que te gastas a veces.

Te quiero mucho princesita, te llamo cuando me instale en casa.

Un par de lágrimas me cayeron por las mejillas, los mensajes eran de hace una hora menos él último. El último lo había mandado hace tan solo un minuto.

Cuando me vine a vivir a España y pensé que tardaría mucho en verlo, me costó mucho hacerme la idea de que no tendría a nadie a quién llamar que me conocieran tan bien como él. Me costó hacerme a la idea de que perderíamos el contacto y que lo vería dentro de mucho tiempo, con mujer  y quizá un hijo o dos, pero encontrármelo otra vez en España fue una de las mejores cosas que me podían pasar. Me costó mucho asimilar una vida sin él y volver a tenerlo era un chute de energía. 

Siempre serás tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora