CAPÍTULO 86.

153 9 1
                                    

-          ¿Me estás diciendo que te ha regalado parte de la empresa y encima un aumento de sueldo y estás sentada aquí, en un chiringuito de playa?- me preguntó Víctor mientras levantaba mi refresco y lo miraba con cara rara.

-          ¿Qué pasa?

-          Que ni siquiera lo celebras con una cervecita y los pies en la arena.- me dijo Gabriela.- Nos parece muy raro. Celebramos hasta tu trabajo en la cafetería.

-          Déjala.- dijo Lola.- Ahora vive amargada.

La miré y me dio por sonreír con demasiadas ganas. Las cosas con el amigo de Rodrigo iban genial entre ellos y no podía ser más feliz por ella. Acaban de llegar de una escapada a la ciudad de al lado para cenar en uno de los restaurantes favoritos de Lola. Al final esos detalles son los que más le gustan a Lola y la sencillez del gesto. Igual que cuando fueron a ese camping donde no había lujos de ningún tipo a pesar de la cantidad de dinero que Santiago posee.

-          ¿Y tú cuando nos vas a presentar al chico eh?- preguntó Carmen que estaba deseando conocer al afortunado que había conseguido acabar con la mala leche de Lola.

La verdad que Santiago ha sido de lo mejor que le podía pasar en este momento a Lola. Santiago es el alma de la fiesta al igual que Lola. Puede tener dinero pero no lo aparenta para nada.

-          Viene ahora con los chicos.- dije yo mientras le daba un trago al refresco.- Se han hecho muy amigos entre ellos.

-          Si están jugando un partido de fútbol en no sé dónde con los antiguos compañeros de la universidad.- dijo Lola.

Se me había olvidado por completo el evento que habían organizado entre los dos llamando a sus antiguos compañeros de facultad, los que acabaron la carrera y los que la abandonaron antes de acabarla.

-          Pues que integrado está...- dijo Víctor.

-          Santiago.- dice Lola con una sonrisa.

-          Nunca nos contaste como lo conociste y te olvidaste del fantasma de un gilipollas.- dijo Carmen que le había cogido mucho asco a Aaron.

-          Pues fui a cenar con Rodrigo y Sara al nuevo restaurante, el de la playa, y pues resulta que es el dueño y que fue compañero de clase de Rodrigo durante mucho tiempo.

-          Las niñeras al rescate.- dije yo mientras la abrazaba contra mi pecho.

Me correspondió el abrazo apretando su mano en mi muslo. Al final yo le había presentado a Aaron y Rodrigo a Santiago. Espero que no ocurra nada de lo que nos tengamos que arrepentir.

-          Si te lo presentó Sara ten mucho cuidado. Se ha quedado con el bueno y los demás salen rana.- dije Carmen.

Estaba resentida porque Hunter había pasado de su culo. No es que le importará mucho pero odiaba que un chico no le hiciera caso y más uno como Hunter.

-          Mira por ahí vienen.- dijo Gabriela señalando por detrás de mi cabeza.

Me giré por instinto. Rodrigo caminaba despreocupado con la camiseta en la mano, una sonrisa de oreja a oreja y las gafas de sol pareciendo un Dios bajado del cielo solo para mí. Santiago también venía con la camiseta en la mano pero venía hablando por teléfono mientras iba un poco más retrasado que el resto. Aaron venía hablando animadamente con Rodrigo pero iba con la camiseta puesta y las gafas de sol en la cabeza.

-          Madre, está de coge pan y moja tía.- dijo Gabriela que se bajo un poco las gafas de sol para ver mejor a los tres monumentos que venían enfrente nuestra.

Siempre serás tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora