- No hacía falta que me trajeras hasta casa.- dije mientras bajaba del coche de Manuel.
Después de tomar algo en el bar de la playa y que Lola no me haya respondido al mensaje que le mandé hace aproximada una hora, decidí irme a la vez que ellos y Manuel se empeño en acercarme con el coche a casa.
- No es nada, ya sé dónde vives desde hace mucho.- me guiño un ojo mientras le miraba con la boca abierta.
- ¿Os habéis...?- me pregunto Samuel, que iba con Manuel otra vez para la ciudad.
- No.- dije Manuel.- Le gusta mucho el alcohol, a veces pienso que solo bebe eso.
- ¿Tienes poco aguante?
- No, pero suelo beber demasiado. Alguna que otra vez se me va la mano.- dije rascándome el brazo derecho con suavidad.
- No pasa nada, a mi siempre me tienen que llevar a casa.- dice Samuel riéndose.- Me suelo pasar demasiado de mi límite.
- ¿Qué hace ahí esa mochila? ¿Es tuya?- me pregunto Manuel.
Me gire y mirando al suelo me encontré con una mochila negra apoyada en mi portilla, parecía casi nueva como si tuviera muy poco uso y llena.
- Voy a ver si lleva algo de documentación.
Me agache y abrí la mochila. Revolví entre una toalla, una sudadera, unos calzoncillos y un bañador húmedo hasta encontrar un móvil. Al darle sin querer a un botón lateral se encendió, dejándome ver una foto de Rodrigo en la pantalla de bloqueo.
- ¿Encuentras algo?
- Sí, es de un vecino.- mentí descaradamente, en la pantalla de bloqueo había un mensaje de Blanca, no sé si la modelo pero la tenía agregada como Blanca.- Dejo mis cosas y le llevo la mochila.
- Bueno, mañana si bajas a la playa avísanos.- dijo Samuel.- Ha sido un placer conocerte.
Sonreí a ambos y cuando Manuel arrancó el coche los despedido con un gesto de mano.
Los vi desaparecer de mi calle y saqué el móvil.
Mensaje de Blanca.
No, es que encima la defiendes.
Me quita el trabajo y dices que no pasa nada. Te juro que quiero arrastrarla por los pelos por toda la ciudad hasta que quede calva.
Pero lo peor no es solo el trabajo, es que tú también quieres pasar tiempo con ella y no conmigo.
Llámame cuando puedas y quedamos, tengo ganas de verte. De verte en mi cama y sin nada mientras nos besamos y...
Dejé de leer, no quería saber que hacían en la cama o la imaginación que tenía aquella chica para calentar a un chico por mensajes.
No me va a afectar que hable con ella y conmigo no, él ha dicho que busca en otras algo que yo tengo. Pero no puedo evitar que ahora que no me ve nadie soltar un par de lágrimas, de impotencia. De ver como avanzamos un paso y retrocedemos 5 años, para ser los adolescentes orgullosos que se respaldan en hechos del pasado en vez de centrarse.
Abrí la portilla con el mando, no tenía fuerzas para entrar por la puerta que está situada un poco más a la derecha, y camino con desgana hasta los 2 escalones que llevan hasta la puerta de mi casa.
Deseo sentarme en el sofá y ver una serie o una película hasta caer rendida en los brazos de morfeo, soñar que mi vida es perfecta y no despertarme nunca más.
- Me iba a ir pero...- una voz me saca de mis pensamientos y levanto la cabeza.
Rodrigo. Rodrigo está sentado en los escalones de mi casa con un bañador rojo y una camiseta blanca de tirantes, unas gafas de sol en la cabeza y con unas llaves en la mano.
ESTÁS LEYENDO
Siempre serás tu
Teen FictionHan pasado años desde que Sara abandona a Rodrigo en el aeropuerto. Durante esos años Sara ha terminado su carrera de arquitectura en Inglaterra, se mudó a España y ahora vive en una gran casa con vistas al mar que está en una urbanización lujosa y...