CAPÍTULO 12.

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Llevaba un rato hablando con Hugo mientras esperaba a Rodrigo, la verdad que había visto un ambiente muy distinto a las carreras de antes pero bueno supongo que no me queda otra que darle la razón a Rodrigo.

Hugo solo me ha contado como mi amiga le rompió el corazón cuando le dijo que no estaba lista para relaciones a distancia, pero tampoco le dije que mi amiga tardo meses en recuperarse de esa ruptura. La verdad que tampoco estaba escuchando mucho a Hugo, la historia me la se y me costo mucho sacar a Carla de su espiral: lloro, como helado, me acuerdo que esto engorda, vuelvo a llorar... A veces no sabía porque lloraba, si por el helado, por Hugo o por los 2 a la vez.

- ¿Me estás escuchando?- dice sacándome de mis pensamientos por completo.

- No, lo siento pero no me interesa volver a escuchar la historia.- creo que he sido un poco borde con mis palabras.- No quería decir eso, solo que yo lo viví con ella y también fue duro.

Deja de fruncir el ceño y su cuerpo se relaja, tampoco él tiene la culpa de que yo este aquí por culpa del tonto del culo de su amigo.

Si no quería que me moviera de aquí para que me trae, no era más fácil que me dejará en casa.

- ¿Qué tanto piensas?

- Nada.

- Tú cara es la misma, tienes la misma cara que cuando te ponías a pensar en cuando Rodrigo se iba o tenías problemas con él. Tú ya has escuchado mi historia pero yo la tuya no la se.

- Muy simple, me fui y ambos nos dejamos de hablar. Era lo mejor, por lo menos para mi.

- ¿Para ti? Osea que no pensaste en él cuando tomaste en la decisión.

- Sí, lo tenía muy presente.

Era verdad, cuando tome la decisión solo veía a Rodrigo y a María en la cama. Si eso no era tenerlo muy presente que baje Dios y lo vea.

- Pero algo habrá pasado para que estés hoy aquí...

- No, fui con Aaron a la gala de su empresa. Yo ahora soy una amiga de la familia que no sabe que hace en este mundo de mierda en el que seguís metidos y me alegro de que a mi amiga nunca le haya gustado esto.

Hugo me mira con cara de circunstancia pero me da igual, si algo he aprendido en todo este tiempo es que una no se puede callar las cosas y menos las verdades.

- ¿Entonces que haces que no estás en tu casa? Márchate.- me tiende unas llaves.- Llévate mi coche y lárgate no voy a tolerar que...

- ¿No vas a tolerar qué? Que te diga la verdad a la cara, por lo que veo esto ya no es un juego.- digo negando con la cabeza.

Un par de tíos con pistolas se habían bajado de un coche para meterse en la zona de las carreras, también había prostitutas que se iban y venían constantemente.

- Sara súbete al coche de Rodrigo y quédate dentro porque yo no te voy a cuidar más, reza porque nadie te eche el ojo.- empieza a caminar pero se para en seco.- Y que sepas que si te pasa algo Rodrigo no va a ir detrás de ti, pásalo bien y suerte.

Ni se ha girado para decírmelo, es como si de repente hubiera pasado de contarme sus penas con mi amiga a ser un capullo de campeonato.

Camino hacía el Range Rover por detrás de los coches, el otro chico que acompañaba a Hugo está sentado en el asiento del conductor.

Miraba continuamente a los lados y detrás mía, era cierto que esto era peligroso y había tipos que me había mirado de arriba a bajo sin ningún tipo de vergüenza cuando hablaba con Hugo. También había visto tipos con pistolas y no me hacía ninguna gracia estar sola en este lugar de mala muerte, cada segundo que pasa pienso que Rodrigo es imbécil por traerme aquí.

Siempre serás tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora