Llevaba un rato mirando a la esquina del ordenador viendo como la hora cambiaba hasta que dieron las 11:50, quedaban 10 minutos para escuchar la voz de Hunter por la oficina y todavía se escuchaba la voz de Rodrigo en la sala de descanso.
No sé que le habrá pasado, pero se marchó para hacer un par de cosas y luego volvió para ver los avances totales y firmar un par de licencias de su proyecto. Llegó hecho una furia y ni siquiera miro para ellos. Aaron, al ver la actitud de su amigo, me dijo que esperara fuera mejor. Aunque más bien me obligo a abandonar la sala, me cogió suavemente por la muñeca y me acompañó hasta la puerta.
Después no se oyeron ni gritos ni golpes ni nada que pudiera dar indicios de que lo estaba pasando dentro de esa oficina, así que en forma de rendición volví a la oficina a examinar los planos de la casa de Hunter y asegurarme que todo estuviera en orden. También leí el contrato otra vez, yo era la encargada de ir a revisar el proyecto y la que atienda todas sus quejas mientras los obreros hacen su casa. Y creo que me estaba arrepintiendo, pero ya no había marcha atrás.
Pero a medida que pasaba el tiempo y ya me quedaba sin tarea que hacer, se oyó abrir la puerta y unos pasos rápidos hacía la sala de descanso. Intenté salir a ver que pasaba un par de veces pero cuando llegaba a mi puerta no me atrevía a abrirla, me convencí de que sería por temas de trabajo y me volví a sentar.
Todavía se escuchan algunas palabras sueltas y murmullos, pero durante largos periodos de tiempo el silencio inunda toda la planta. Toda la planta menos en mi oficina, ahora mismo mi corazón parece estar enchufado a un amplificador porque lo escucho sonar una y otra vez mientras veo como cambia la hora en el ordenador.
Quedan tan solo 5 minutos para que Hunter aparezca y no se en que condiciones lo hará, sea cuales sea, me tocará estar presente y firmar el contrato.
Me levante de la silla con determinación, recogí los planos y el lápiz de memoria que me había dado Aaron con su presentación, guarde el contrato en una carpeta y salí de la estancia.
- Buenos días señorita Evans. ¿En que puedo ayudarla?
- Lleve esto para la sala de reuniones de Aaron, por favor.- le dije entregando todo lo que llevaba en los brazos.
La verdad que esto de tener una sala de reuniones solo para ti, es lo mejor que te puede pasar en este trabajo. No tienes que esperar cola para reservarlo y puedes quedar con un cliente cuando quieras que sabes que siempre vas a tener una sala de reunión libre.
- Claro, ¿le puedo ayudar en algo más?
- No, muchas gracias Sandra.
Camine hacía mi oficina con la esperanza de enterarme de algo de lo que estuviera pasando pero fue inútil, estaba en ese período de silencio y no se escuchaba nada en toda la planta más que el ascensor que había llamado Sandra para bajar todo lo que le había encargado.
Entré en la oficina y la adecenté, apagué el ordenador y metí todas mis cosas en el bolso; solo quedaba un minuto para que Hunter llegará y Rodrigo seguía en la oficina así que no quería tardar ni un segundo en marchar antes de ser vistos.
Salgo con el bolso colgado y cierro mi oficina con llave, la verdad que me apetecía descansar de las 4 paredes que hoy parecía que se me caían encima entre toda las cosas que tenía que pensar.
- ¿No te queda una hora más antes de irte? Creía que la etapa de adolescente rebelde ya la habías pasado.
Me giro cuando siento la mano de Rodrigo en el hombro, solo con su tacto me pongo nerviosa y tengo miedo de decir algo que pueda cagarla en este momento.
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Siempre serás tu
Teen FictionHan pasado años desde que Sara abandona a Rodrigo en el aeropuerto. Durante esos años Sara ha terminado su carrera de arquitectura en Inglaterra, se mudó a España y ahora vive en una gran casa con vistas al mar que está en una urbanización lujosa y...