CAPÍTULO 39.

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Entro en las oficinas casi corriendo, hace una media hora Aaron me dijo que me presentará en la oficina lo más rápido que pudiera ya que teníamos un imprevisto y además que subiera café porque la máquina que se encargaba de hacerlo en la sala de descanso no funciona. 

Con 2 vasos de café, doble expreso con mucho azúcar, fui a dar con el codo al botón del ascensor pero una chica se me adelanto. Le di las gracias con la mirada y ella asintió con otra sonrisa, un poco forzada a mi parecer. 

Desde el mensaje de mi jefe me quede pensando en que se me había podido pasar en esos 3 días que estuve sola en la oficina. Prepare los informes de gente que vino a solicitar presupuesto para que Aaron los asignará lo más rápido posible, ayude a la señora mayor que quedo en darnos una respuesta está semana y avance en ambos proyectos, el de Rodrigo y el del hotel, casi por igual. Solo nos quedaba hacer una presentación que ya casi tenía montada en mi cabeza y está mañana quedará lista si no hay inconvenientes con el programa de ordenador. 

- Así que veo que te ha tocado invitar al café.- dijo una voz muy conocida detrás mía. 

- Pasas más tiempo aquí que en tus oficinas, no sé como tienes tanto éxito.- le sonrío con suficiencia.- La máquina que hace agua con colorante para que parezca café nos ha dejado.

No me gusta el rollo de Rodrigo de ahora; te hablo de que no encuentro lo que tus besos me provocan en otros besos, hablamos de sentimientos y de una segunda oportunidad y ese mismo día de tarde te veo con esa chica insufrible que carece de neuronas sanas.

- Tenemos que hablar de lo que viste ayer y de qué por una vez en la vida no estoy mintiendo o provocando celos.- hizo una pausa.- Creo que es la mejor noticia que te pueden dar, que esa cafetera se haya estropeado. 

- Ahora tengo mucho trabajo, ¿te viene bien a la hora de comer?- pregunto mientras subo al ascensor e ignorando su comentario de la cafetera, en verdad estoy encantada con que la cafetera no funcione. 

Ayer, después de la escena en el bar, le mandé un mensaje a Hunter para ir a boxear después de salir del trabajo. 

- No puede ser después de salir de trabajar, a esa hora creo que tengo una reunión con un cliente. 

- Justo después de trabajar no puedo, quizá algo más tarde.

Cuando la chica que le dio al botón del ascensor en recepción se bajo en su planta Rodrigo saco una llave igual a la mía y la introdujo en la cerradura haciendo que el botón de la última planta se iluminara. 

- Avísame cuando estés libre y quedamos en algún sitio cerca para ambos.

Me sonrío y por un instante mis defensas amenazaron con flaquear y darle un beso, besar sus labios en el ascensor como si fuéramos unos adolescentes con las hormonas alteradas y con ganas de comernos más a nosotros mismos que al mundo.

- No creo que aguante mucho, Hunter y yo vamos a boxear. 

Una carcajada se le escapo de la boca y enseguida vi como agacho la cabeza para seguir riendo, ¿no se da cuenta que soy más baja que él y le veo mejor si agacha la cabeza?

- ¿Y esa risa? No es la primera vez que boxeo con Hunter. 

- ¿Enserio? 

La puerta del ascensor se abre, a veces pienso que si subiera por las escaleras llegaría antes que el ascensor. 

- Sí, no solo me enseñaba defensa personal. 

Rodrigo saluda a Sandra con una sonrisa que le coge mi llave de sus manos, ella parece encantada ante el contacto de su mano con la mano de Rodrigo y no la culpo, y me abre la puerta de la oficina. 

Siempre serás tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora