CAPÍTULO 25.

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Rodrigo

- ...Me dolía verla rota después de todo, ver que por culpa de mis paranoias mentales cometí el mayor error de mi vida... Y aquel día en el aeropuerto me quede allí quieto, esperando que volviera como en las películas pero eso no sucedió nunca. Los días después aproveche que casi no podía moverme para no levantarme de la cama, ni siquiera me duchaba ni comía nada y no hablaba de absolutamente nada.

- ¿No probaste a llamarla o ponerte en contacto con ella?

- Por eso no quería contarte la historia, esto sí que no se lo puedes decir a nadie. Solo lo saben mi hermano y un amigo de mi hermano, nunca hablé con nadie de esto ni siquiera con quién lo vivió conmigo.

- Soy una tumba, no voy a decir nada.- se froto un brazo con suavidad haciendo que mi mirada se fijara en su brazo.- Tengo los pelos de punta por vuestra historia, aunque me has pedido que no os asocie a ninguno no he podido evitarlo.

- ¿Y que has asociado?

- No te lo voy a decir.

- Si no me lo cuentas yo no te cuento lo que hice y que nadie sabe.

- Asocie que ambos seguís igual, ambos seguís buscando una casualidad que os una a otra persona como os unió a vosotros. Asocie que ambos os rendisteis muy rápido, tú no le contaste las cosas a ella de como pasaron o por qué y ella fue tan cabezona que no le importo, que intentó rehacer su vida o mejor dicho pasar menos tiempo en esa casa. Creo que eráis muy jóvenes para todo el amor que sentíais el uno por el otro.

- Para el amor no hay edad.- contraataqué.

No tiene sentido su último argumento, hay gente que empiezan desde muy jóvenes a salir y mueren juntos. ¿Por qué nosotros éramos muy jóvenes? ¿Por qué era malo para nosotros sentir tanto amor?

- Y eso es verdad, dicen que el primer amor es el más bonito y el que más duele.

- Hay gente que solo tiene uno Lola, y eso es precioso. Es muy bonito una distinta cada noche pero es mucho más bonito acostarte con la misma persona una y otra vez, contarle tú día y discutir por elegir una película para acabar viendo la misma de todas las noches.

- Toda esa gente que tiene uno, pasa por lo que vosotros habéis pasado pero a menos escala. Esa gente vive en la misma ciudad por lo que por mucho que quieran no pierden el contacto, se siguen viendo y saben del uno del otro. Y yo creo que ambos solo tenéis un amor en vuestra vida, sois vosotros y creo que sois fantásticos solo os hace falta una conversación.

- Sinceramente, no tengo huevos para afrontar esa conversación. No los tuve antes y no los tengo ahora, solo con las contestaciones que me suelta o con su tatuaje me di cuenta que no quiere esa conversación. Qué ya lo ha superado y que no quiere abrir la herida.

- ¿Y tú herida?

- Mi herida lleva abierta desde que me acosté con mi ex y le hice daño a mi persona.- hice una pausa esperando una respuesta por parte de Lola pero no llego, así que me llene de valor para contarle lo que llevaba en mi interior desde hace años.- Ella sabía que no podría volver y yo también lo sabía, ambos éramos conscientes de que eso era una despedida aunque ella más que yo. Los días siguientes no intente llamarla porque lo primero que rompí al llegar a casa fue el móvil, después gracias a las muletas y mi ira le siguió cada uno de los muebles de mi habitación. Al principio mi hermano sacaba los muebles rotos y los reemplazaba pero llego un punto que no había tanto dinero para mantener la casa, mis destrozos, las facturas y los estudios de mi hermano. Cuando por fin acepte, con ayuda de mi entorno, que tenía que salir de esa espiral de ira y destrucción conseguí armar el valor de llamarla.

Siempre serás tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora