Siempre serás tu

CAPÍTULO 24.

Rodrigo

Llevaba un buen rato en las barras, me dolían las manos y eso era un signo de que mi entrenamiento estaba llegando a su fin. La verdad que llevaba un par de horas y mi cuerpo pedía un descanso.

Necesitaba distracción, estos días habían sido de locos para casi todo el mundo menos para mi hermano. Adrián mantenía que me tenía que mantener alejado de Sara y dejarla hacer su vida, ella me había dejado y que ahora me encontrara con ella en la misma ciudad no significaba nada. Esa era su opinión, para mi si significaba y aunque tampoco puedo hacer nada porque mi amigo pierde el culo por Sara tampoco voy a ser un idiota y hacer que me odie.

Camino rápido hacía el aparcamiento ya que no me quiero encontrar con el atasco para entrar y salir de la playa, tengo demasiado trabajo este fin de semana como para perder casi 1 hora para llegar a mi casa.

Cuando llego al aparcamiento encuentro a una chica bajando las escaleras para acceder a la playa. La chica tiene algo que no me permite quitarle la mirada de encima mientras las baja hacía mi, incluso creo que me está mirando.

- No me acordaba que tú técnica para ligar era tan mala, no sé como me conquistaste.

Y esa voz es lo mejor que puedo escuchar antes de tomarme un café doble.

- Es que no eres mi tipo, por eso me he quedado quieto.

- Cualquiera lo diría, te has quedado mirándola como si te la fueras a follar aquí mismo.

Otra voz, también de mujer, hizo que me diera cuenta que Sara no iba sola si no que tenía una chica a su lado.

Sara

- Cualquiera lo diría, te has quedado mirándola como si te la fueras a follar aquí mismo.

Las palabras de Lola hace que mis mejillas se tornen rojas e incluso provoca que la temperatura de mi cuerpo se eleve ligeramente.

- No es mi tipo Lola, ya lo sabes.- contesto intentando que la voz no se me entrecorte.

- ¿Y como son su tipo?- pregunta Rodrigo, pero no me está mirando a mi si no a Lola.

- El suyo son morenos tanto de color de pelo como de piel, que se cuiden pero que no estén obsesionados y que la traten bien aunque nunca averigua las 2 últimas porque...

- Ya basta Lola, hemos venido a correr no a charlar.- le dijo intentando acabar la conversación.

- ¿Por qué tanta prisa?- me pregunta Rodrigo con una sonrisa socarrona.- ¿Por qué no lo averigua?

- No lo averigua porque solo queda una vez con cada uno, si no le gustan de primeras se levanta y se va. Tienes ante ti a la folladora de la ciudad.

- Joder Sarita, antes eras una angelito y ahora eres un diablo.- dice Rodrigo sacándome los colores otra vez.

- Es lo que tiene que te engañen, cambian hasta las más buenas y pueden ser las más malas.

Sin decir nada más empiezo a trotar dejando atrás a Rodrigo y a Lola, ahora mismo prefiero correr sola.

Rodrigo

Las palabras de Sara me helaron la sangre, tanto que cuando salió corriendo no pude detenerla. Quería pararla y mirarla a los ojos, saber si ese comentario va con rabia o con odio pero mi cuerpo no reaccionaba y su amiga tampoco se había movido ni un solo milímetro.

- ¿Sara tuvo novio? ¿Tú eras su novio? ¿Tú engañaste a mi amiga?

Todas las preguntas me pillan por sorpresa, no les ha hablado de mi a sus amigos por lo que veo. Ni siquiera les ha contado una historia como yo se la conté a Aaron en su momento, y eso no sé por qué pero me duele.

- Sí, fue cuando vino de Erasmus a España, yo tenía novia pero era un formalismo. Un día como todos los años me tocó ir a por nuestro huésped al aeropuerto y enseñarle la casa, desde el primer día que la vi me encanto la chica.

- ¿Y la engañaste a ella también cada noche? ¿Enserio le has partido el corazón a mi amiga?

- No, solo fue una noche pero es una historia muy larga.

- Tengo tiempo, podemos sentarnos en el bar y tomar algo mientras me lo cuentas.

- No me corresponde a mi contar eso, tú amiga es ella y si no ha querido contártelo no es mi problema.

Puede que haya sido un comentario demasiado borde pero no quiero ganarme problemas con Sara, bastantes tenemos ya a nuestras espaldas como para añadir más.

- No quiero su versión, quiero la tuya. Quiero una historia de amor, quiero una historia de una persona anónima, solo quiero escuchar sentimientos... quiero una historia de verdad. 

No sé cual será su trabajo pero como escritora seguro que tendría un gran futuro.

- No te preocupes por Sara, no le voy a decir nada. Solo quiero una buena historia pero que contenga verdad, no quiero esas historias contadas a cachos y que contiene más fantasía que verdad. No me gustan las historias manipuladas por el hablante que dejan muy mal a la otra persona; que viven una vida idílica hasta que la otra parte de la pareja empieza a hacerlo todo mal, yo no creo en esas historias. Creo que siempre hay una reacción por una acción, creo que ambos tienen que poner de su parte para que todo se salga de madre y que no vale de nada tirar por tierra a una persona con la que por lo menos has estado cómodo, ya sea por 1 mes, 1 semana o 1 hora. 

- No sé si mi historia te gustará pero solo te puedo decir que todo lo que voy a contarte es verdad. 

- Yo invito a la cerveza. 

Y Lola, la chica que acompañaba a Sara hasta nuestro encontronazo en el aparcamiento, caminaba a la terraza del bar de la playa con una sonrisa de oreja a oreja. 

Nunca pensé que contaría mi historia a alguien que no fuera un profesional o a Aaron. Me había costado mucho abrirme con mi amigo e incluso me costo demasiado abrirme con mi psicóloga y ahora iba a contarle mi historia a una desconocida, quizá sea mucho más fácil que contársela a alguien que no conoces por miedo a que te vean débil. Pero creo que está vez el miedo no está en la debilidad si no en que conoce a la otra parte de la pareja, mejor dicho, conoce a la nueva Sara y eso me da muchísimo miedo. 

Me siento enfrente de ella, dejo las llaves del coche y el móvil encima de la mesa mientras llama la atención del camarero para pedir las cervezas. 

- ¿Qué desean pareja?- dice el camarero mirando a ambos. 

Contengo la risa, no puedo creer que nos hayan confundido con una pareja de verdad. No estoy diciendo que Lola sea fea ni mucho menos, pero no es mi tipo. Quizá si me la hubiera encontrado otro día en este mismo bar o en una discoteca antes de encontrarme otra vez con Sara puede que me hubiera interesado en ella pero ahora mismo toda mi atención está puesta en acercar posturas con Sara aunque sea solo para una bonita amistad. Aunque tenga que ver como Sara es feliz con otro chico, prefiero eso a no tenerla conmigo. 

- 2 cervezas, bien frías.- dice Lola sin ni siquiera reparar en que nos acaban de llamar pareja. 

- ¿Por qué no le dices que no somos pareja? 

- No le importa, yo solo quiero escuchar una buena historia con el ruido de las olas de fondo y una buena cerveza fresquita. 

- Te voy a avisar de que muchas cosas que voy a contar es mi punto de vista, hay cosas que son mis sentimientos y que forman parte de esa historia que te voy a contar. También quiero que sepas que ambos hemos cambiado así que no asocies los comportamientos de Sara de ahora a los que tuvo en su momento y no quiero que me compares con el protagonista de la historia. 

- Tu historia para mi tiene 2 protagonistas anónimos que tuvieron una historia sin final feliz, como la mayoría de las historias de amor de verdad. 

Y después de esas palabras de Lola esperé a que el camarero trajera la bebida mientras pensaba como iba a resumir todo lo que vivimos, mientras pensaba que palabras debía usar y como iba a contar nuestra bonita historia de principio a fin.