CAPÍTULO 41.

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Rodrigo

Aparqué a una calle del gimnasio de Mario, había visto el coche de Hunter y de Sara aparcado muy cerca de la puerta así que mi suposición de que Sara estaría allí era cierta y no me puede alegrar más de ello. 

Había superado mis diferencias con Hunter, no del todo pero estaba en proceso, por Sara. Me costo entender que ellos solo eran amigos aunque Hunter sintiera algo más por ella. Que para Sara es una persona muy importante en su vida y que yo no soy nadie para meterme entre ellos o en su relación de amistad. Hunter ha ayudado mucho a Sara y no puedo estar más orgulloso de ello, igual no es tan malo como aparenta ser. 

Camino con pasos decididos pero lentos, estoy nervioso. ¿Cómo reaccionará Sara al verme entrar por el gimnasio? ¿Cómo reaccionará ante el tema que tengo que hablar con Hunter y con Mario sobre las peleas? 

El gesto de Hunter me llego al alma, si me pillan utilizando un nombre falso en las peleas se me cae el pelo. En ese momento me empezarían a investigar y llegarían hasta el final, ningún soborno o influencias me salvaría de las noticias especulando de si es verdad o no. Perdería demasiados clientes importantes que dejan mucho dinero al mes en el bufete. 

Me acerqué a la puerta del establecimiento y la abrí con cuidado pero la puerta hizo más ruido de lo debido y las voces que provenían del interior cesaron del golpe. 

Sara

- Así que ese día la policía del pueblo, osea un señor mayor y un chaval de unos 30 años, nos vinieron a buscar a nuestras respectivas casas por haber soltado a los perros de la señora... ni me acuerdo como se llama. 

Llevábamos un buen rato hablando mientras bebíamos las cervezas que Mario nos había acercado a Hunter y a mi. Se había presentado y habíamos hablado de temas triviales para que no fuera un total desconocido para mi. 

Hunter me explico que es como un hermano para él, que le tiene mucho aprecio y cariño y que nunca encontrará a alguien como él. 

Mario y Hunter se conocían porque la tía de Mario estaba casada con un inglés. Entonces en verano Mario se iba con su tía, porque no sabía nada de ingles, al pueblo de su tío y allí conoció a Hunter que solía veranear en el pueblo de sus abuelos. 

- Creo era la abuela de Tessa, la chica rubia que andaba siempre en nuestro grupo.- dijo Hunter mientras traía más cervezas.- Pero no estoy del todo seguro, no se parecían en nada. 

- Vaya que erais un caso perdido. 

- Creo que me se de alguien que lo seguirá siendo toda su vida. 

Una carcajada salió tras el comentario de Mario pero enseguida la ahogué, un ruido proveniente de la entrada me hizo cerrar la boca de golpe. 

Hunter dejo las cervezas en el suelo, me tendió la mano para levantarme y me puso detrás de él. No se giro a mirarme aunque yo tenía la mirada fija en los músculos de su espalda que se habían tensado de repente. 

- No salgas de detrás de mi.- me dijo, también sin girarse. 

- ¿Hay alguien? He escuchado voces desde fuera, siento haber interrumpido. 

Rodrigo se dejo ver, llevaba una camisa con los 2 primeros botones desabrochados y las mangas remangadas hasta los codos. 

- Menudo susto nos has dado.- dijo Mario.- No contaba contigo por aquí, pense que Hugo habría hablado contigo. 

Salí de detrás de Hunter, aunque con los nervios a flor de piel. Le había dicho de llamarlo para hablar con él y yo estaba tomando cervezas con otros 2 chicos, me sentía tan culpable. 

Siempre serás tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora