CAPÍTULO 42.

396 26 3
                                    

Mi casa se había convertido en un ir y venir, subir y bajar de voces y gritos, algunos de emoción y otros de histeria.

Para celebrar como Dios manda, según Lola, la vuelta a la ciudad por un tiempo de Carmen hemos decidido comprar entradas para la pelea de esta noche. Las entradas no son muy caras así que cada uno pusimos un poco más de dinero y le regalamos la suya a Carmen, aunque el mayor regalo no se lo espera.

- ¿Dónde tienes ese pintalabios que llevaste el otro día?- me pregunto Lola desde mi baño.- El de color rojo que es casi permanente. 

- Creo que lo tiene Gabriela.- dije mientras buscaba en el armario un top rojo.

- ¡Lo tengo yo!- grito Carmen desde la planta de abajo.

Ninguno nos habíamos esmerado mucho con el look para ir al evento, todos elegimos un conjunto con el que nos sentimos cómodos para aguantar toda la noche ya que la pelea de Hunter es la que cierra la velada. 

Lola había elegido unos vaqueros con un top negro con escote corazón que combinó con unos playeros negros. Después de probar varios peinados se decidió por una trenza de espiga dejando los primeros mechones de pelo sueltos. 

Gabriela optó por unos pantalones de campana blancos con una blusa de tirantes amarilla y unas sandalias de esparto con un par de centímetros de plataforma.  

Víctor, que se ha apuntado al plan a regañadientes ya que los deportes de contacto no le gustan nada, lleva puestos unos vaqueros rotos en las rodillas de color negro algo desteñido y una camiseta blanca con manchas negras que acompaña con unas vans también negras. 

Carmen, la última en venir, llego con una falda vaquera negra y un polo azul claro. En los pies llevaba unas sandalias planas de color negro, que al final cambió por unos playeros negros. Con ayuda de Gabriela se recogió el pelo en un moño desarreglado pero a la vez formal; dejando, igual que Lola, los primeros mechones de pelo sueltos. 

Yo había rebuscado por todo mi armario para finalmente decidirme por unos vaqueros rotos en las rodillas que conjunte con un top rojo para poder combinarlo con unas sandalias altas del mismo rojo que la parte de arriba que me había comprado hace poco y no he estrenado.

- ¿Vais a llevar todas el mismo pintalabios?- pregunto Víctor asomándose por la puerta de mi habitación.- Solo os falta ir vestidas iguales. 

- Yo me pondré un pintalabios más discreto, no creo ni que me maquille.

- Como no, Sara no quiere mancharle la boca a Rodrigo de pintalabios y que luego parezca un payaso.- dijo Lola, que se había enterado por Aaron de nuestra quedada improvisada de ayer en el gimnasio de Mario.

No sé exactamente que relación tienen mi jefe y mi amiga, ni cuanto va a durar pero de momento ambos están muy felices y no me puedo alegrar más por ellos. No llevo mucho tiempo al lado de Lola pero en este tiempo nunca la había visto tan contenta y feliz por un chico y se que Aaron no es un mal tipo. 

- No he quedado con él, no sé como os lo tengo que decir.- la voz me salió como un suspiro, he dicho esa frase en bucle durante toda la tarde. 

- Me lo sigo sin creer, nos ha conseguido él las entradas para el boxeo.- dijo Carmen ya al tanto de mi vida amorosa.- Ya sabes que soy del team Rodrigo.- me guiñó un ojo mientras apartaba a Víctor de la puerta para poder pasar ella. 

Mis amigos están divididos por Hunter y Rodrigo. Dos de ellos prefieren que de rienda suelta a mis sentimientos con Hunter y saber hasta dónde son de amistad y hasta dónde de amor, o pasión, y los restantes quieren que demuestre el amor que algún día se tuvieron dos adolescentes que no sabían quererse pero estaban llenos de amor. 

Siempre serás tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora