- No sé que ponerme, estoy tan nerviosa.- le digo a mi madre.
Mi madre me sonríe transmitiendo calma, es capaz de quitarme esos nervios del primer día de trabajo en una empresa como esta hasta estando detrás de una pantalla a miles de kilómetros una de la otra. Es una empresa donde se encuentran los mejores arquitectos del mundo, es una empresa donde todo arquitecto que quiera triunfar mataría por trabajar. La verdad es que todavía no me lo creo, solo han pasado 10 horas desde que me han llamado. Llevo semanas esperando una respuesta cuando anoche me disponía ir a dormir suena mi móvil, no suelo coger números que no tengo agregados pero un presentimiento me hizo atender esa llamada. Una señorita muy amable y cortés me dijo que soy la que voy a ocupar el puesto vacante, que me pase por la sede central a las 11 de la mañana. Me pareció extraño que sea tan tarde pero he agradecido poner el despertador a las 9 de la mañana y no a las 6.
- Ponte algo elegante pero sencillo, lleva un reloj básico aunque no te gusten. Te pasas el día mirando el móvil para saber la hora y eso da muy mala imagen.
Mientras mi madre hace una llamada de trabajo rebusco en el armario hasta que encuentro unos pantalones negros elegantes que combino con una camisa lencera color crema y una americana negra. Me miro al espejo y la verdad que no solo me veo elegante si no también veo como se refleja mi parte profesional, la parte con la que me identifico cuando trabajo sobre unos planos trazando líneas. Me identifico con un acabado sencillo pero con un toque personal, un toque que he puesto en cada trabajo de universidad y en cada trabajo de becaria en la pequeña empresa donde hice mis practicas.
- Estás muy guapa, seguro que los impresionas a todos. Ya sabes, no pongas caras raras si algo no te gusta y nada de andar bufando y resoplando dentro de la sede.- dice mientras ella misma pone cara de circunstancia mientras mira el móvil.
- ¿Todo bien?- pregunto mientras guardo mi móvil en un pequeño pero elegante bolso negro.
- Sí hija, ya sabes como es el trabajo.- dice mientras sonríe transmitiendo paz y serenidad.- No te olvides de llamar a la cafetería para decir que dimites y dale un saludo de mi parte a Víctor.
- Sí mamá, luego me pasaré por la cafetería y hablo con mi antiguo jefe.
- Acuérdate del saludo a Víctor, que luego se me enfada.
- Mamá, es mi amigo no el tuyo. Bueno te cuelgo que el centro para aparcar es muy malo.
- Sara mi vida, tiene parking para trabajadores.
Mierda, se me había olvidado. Lo que no se me había olvidado es la cafetería que hay justo enfrente de la sede, sirven el mejor café de la ciudad.
- No te distraigas mucho que ahora tienes un trabajo bueno, y no pongas pegas. Hoy es el primer día, no será un camino de rosas pero con el tiempo lo será.
- Ya lo sé mamá... un beso fuerte para papá y para ti. En mis primeras vacaciones iré a veros, os lo prometo.
Cuelgo y apago el portátil, recojo la mesa del escritorio para cuando vuelva del trabajo y me dirijo a la puerta con las llaves del coche y de casa en la mano. En el bolso también llevo un pintalabios rojo mate por si se me corre el que llevo puesto, me he hecho un maquillaje simple pero que me da un toque sofisticado.
Llego media hora antes a mi puesto de trabajo así que decido ir a por un café a mi cafetería favorita.
- Señorita su café.- dice la camarera con una gran sonrisa.
- Muchas gracias.
Salgo de la cafetería con el baso en mis manos y le doy un gran sorbo al café. Es un sabor único, mis amigas y yo hemos venido muchas veces al centro con la excusa de tomar café de este sitio. Es un sitio mágico, es un sitio ideal que ahora tengo enfrente de mi trabajo también ideal.
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Siempre serás tu
Teen FictionHan pasado años desde que Sara abandona a Rodrigo en el aeropuerto. Durante esos años Sara ha terminado su carrera de arquitectura en Inglaterra, se mudó a España y ahora vive en una gran casa con vistas al mar que está en una urbanización lujosa y...