- ¿Podéis esperar fuera?- dijo Rodrigo cuando ya había escuchado las 2 presentaciones.
Recogí mis cosas y le deje los planos delante suya evitando cualquier contacto, tanto visual como físico. Llevaba toda la reunión evitándolo, aunque durante el tiempo que pasé exponiendo mi trabajo no puede evitar mirarle para no parecer poco profesional.
- Gracias señorita...- hizo una pausa como si no conociera mi apellido.
- Evans, señorita Evans.- le dije sonriendo de forma falsa.
Nuestras miradas se cruzaron durante un segundo, una descarga eléctrica recorrió mi columna vertebral en ese mismo instante. Rápidamente mis ojos se fijan en sus brazos, no pude sostenerle la mirada después de la escena en el restaurante, su piel está erizada y no para de jugar con un bolígrafo que no le había visto en toda la reunión.
- Qué tenga un buen día.- dijo Mario mientras salimos de la sala de reuniones.
Mario no había echo otra cosa que hacerle la pelota a Rodrigo en vez de exponer su trabajo o intentar desacreditar el mío. En más de una ocasión había puesto cara de asco ante comentarios como Que pelo más bonito, ¿qué champú usas?, Lleva una camisa muy bonita y le queda muy bien, parece hecha a medida... Había muchos más comentarios pero cuando empezó a hacerle la pelota mientras tomaba notas en su Ipad de mi trabajo, una vez que me senté, desconecté de la conversación por completo.
- Mucha suerte a ambos.- Aaron puso sus manos en mis hombros ejerciendo un poco de presión a modo de masaje.- Es todo nuestro, no te preocupes.
Aaron no había estado en la reunión, Lola le acosó durante un buen rato y tardó en librarse de ella.
- ¿Ya se ha ido?
- Sí.- dijo Aaron suspirando a modo de alivio.- Ya le tienes que querer para aguantarla, me ha propuesto una cita.
Me empece a reír, esto si que no me lo esperaba para nada. Mientras Lola me maquillaba decía que tenía que pedirle una cita a mi jefe, que a que esperaba y parece ser que la que no pierde el tiempo es ella. En verdad, no me molestaba, mi jefe era guapo y había una atracción pero no pasaba de ahí o por lo menos por mi parte.
- Le dije que no, no hace falta que te pongas nerviosa.
¿Nerviosa? ¿Yo? ¿Por un chico? Hace mucho que no me pongo nerviosa o celosa por un chico, para ser exactos desde el chico que esta dentro de la sala que tenemos a nuestra espalda.
- Tranquilo Aaron...
- Señor Pérez y señorita... Bueno da igual, sois los elegidos para que continuéis con los planos.
Esto ya me parecía pasarse, no sé a que estaba jugando pero yo también se jugar y mucho mejor que él. No se dice que el aprendiz supera al maestro.
- Oh, gracias por elegir mis planos señor... ¿Williams?- sonreí al ver como apretaba los puños y su mandíbula se tensaba.- Oh ¿no se apellida así? Vaya lo siento.
Aaron está aguantando la risa, su amigo le mira pero él se encoje de hombros.
Sin embargo yo le estoy mirando con mi cara de niña buena, aunque enseguida la cambio por una de arrogancia. Voy a disfrutar de que haya elegido mis planos, le voy a hacer la vida imposible.
- Señor Gómez, pero puede tutearme.
- Era Gómez, claro como no había caído antes.
- A partir de ahora tutéame por favor.- me dijo poniendo su mano en mi hombro.
Controlo como puedo todo lo que su contacto genera en mi cuerpo. Mantengo la cara de arrogancia, no voy a dejar que me gane por que haya puesto en contacto su piel con la mía.
- Claro Diego.
Una mueca se genera en su cara pero rápidamente la tapa con una sonrisa, se nota mucho que es una sonrisa falsa.
- Rodrigo o ya no te acuerdas de mi.- susurro en mi oído.
Mantengo mi cara de arrogancia e incluso suelto una carcajada seca, me tenía que ir ya o esto iba a acabar muy mal.
- ¿Bajamos?- pregunto Aaron casi en el ascensor.
Me aparte de Rodrigo y camine hasta el ascensor buscando el móvil en el bolso, no lo había mirado desde que entre en la reunión y esta noche había quedado con Hunter.
MENSAJE DE HUNTER:
Estoy abajo, ¿te queda mucho?
No te preocupes por tú coche, mi chófer te lo lleva a casa.
No puedo evitar poner una sonrisa de idiota al móvil, aunque Hunter y yo solo seamos amigos siempre ha tenido detalles conmigo que me hacían sonreír sin motivo.
- ¿Lola?
- No.- hice una pausa sabiendo que lo que iba a decir tenía muy malas consecuencias, pero hacía mucho que deje de pensar en consecuencias.- Hunter.
- De mí no te acordarás pero de los capullos sí.- dijo Rodrigo guardando su móvil.
- Mejor no acordarse de lo malo y sí de lo bueno, ¿no crees?
Soltó un bufido, sabía que era cierto y aunque el viera un Hunter distinto al que yo veía me daba exactamente igual. Yo nunca corrí peligro estando con él o nunca me ha hecho daño como lo ha hecho Rodrigo en más de una ocasión.
- Es un cabrón, y cuando te rompa el corazón me darás la razón.
- ¿Cómo tu me lo rompiste?
Ni siquiera había pensado, las palabras salieron de mi boca como si tuviera vida propia. La verdad que me ponía de muy mal humor cuando se refería a Hunter como si fuera el monstruo que es él o que por lo menos fue conmigo.
Se abrieron las puertas del ascensor y salgo disparada hacía la salida sin mirar atrás pero una mano alcanzó la muñeca y tiró de mi. No hacía falta girarme para saber quién era, son su contacto y colonia me valía para saber quien era.
- No dejes que te rompa el corazón, porque en ese momento desearás volver a vivir mis cuernos.
No aguante más, solo quería llorar pero no iba a permitir que él ganará está batalla.
- Hazme caso Rodrigo, eres un monstruo y no hay nada peor que tenerte cerca.
Me gire para que pudiera ver mi sonrisa triunfal. Su cara no era una cara de arrogancia o de superioridad, sus ojos se empezaron a cristalizar y apretó un poco su agarré.
- Te vas a arrepentir de haberle conocido Sara... No te dejes convertir en una más, promete eso y yo me iré de tu vida.
No sabía que significaba una más, puede que yo fuera una chica normal y en verdad lo era pero Hunter tenía algo que en el fondo me hacía sentir especial.
- Pequeña estás aquí.
Hunter me abraza por detrás y me da un peso en el cuello.
- Tú molestando como no.- Hunter miraba hacía Rodrigo como si yo no estuviera delante, haciéndome sentir incómoda ante sus miradas.
- No te atrevas.- fue lo único que salió de la boca de Rodrigo antes de caminar hacía la salida.
- Peque...
Ni siquiera escuché lo que Hunter iba a decir, salí detrás de Rodrigo antes de que se marchará.
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Siempre serás tu
Genç KurguHan pasado años desde que Sara abandona a Rodrigo en el aeropuerto. Durante esos años Sara ha terminado su carrera de arquitectura en Inglaterra, se mudó a España y ahora vive en una gran casa con vistas al mar que está en una urbanización lujosa y...