Siempre serás tu

CAPÍTULO 2.

- Aaron no estamos aquí para ligar porque la pobre va a pensar que solo la has contratado por ser guapa y que no has leído su formación.- dice Mario serio.

- Perdone señorita Evans, ha sido poco profesional.- aclara la garganta y se dirige a Mario.- Vas a dejar de participar en el proyecto de mi amigo, se lo voy a dar a otra persona.

- Osea me acabas de decir que me estás quitando a mi y a mi departamento un trabajo que tenemos medio hecho. Ni si quiera has respondido mis mensajes sobre los planos y no te has dignado a ver el proceso de mi planta. Pero lo peor es que he hecho todos esos viajes a donde tu no quieres ir o donde no te interesa ir y que tenemos la obligación de ir y encima me quitas un proyecto bueno. Me quitas un proyecto en el que podía trabajar ya que me paso la vida fuera por tú culpa y me vas a quitar eso, que me vas a dar una reforma de cocina de una señora de 80 años como la última vez que tuve tiempo para trabajar en un proyecto sin tener que supervisarlo desde otra ciudad o incluso otro país. 

Mario suena muy enfadado, Aaron no cambia su expresión y ahora en vez de dirigirse a él se dirige a mi.

- Tú te encargaras de seguir con el proyecto, hoy solo miraras los avances que han hecho y harás los retoques oportunos si crees que hay que hacerlos. Mañana empezarás a trabajar como tal, trabajarás conmigo ya que es el proyecto de mi amigo y como dice Mario no le he prestado atención. 

Mario pone una cara de pocos amigos y se levanta de la silla mirando con asco a Aaron. 

- Perfecto, sabes que le has jodido cualquier oportunidad de hacer amigos en la empresa.

Estoy de acuerdo con Mario, le he quitado a uno de los grandes de la empresa un proyecto de un amigo del jefe. Además voy a trabajar con el jefe el primer día de ser su trabajadora, no voy a caer bien a nadie y menos a la planta de Mario. Mario era un chico muy majo y ahora no me podrá ni ver, genial. 

- Mario, tengo un proyecto perfecto para ti que no tiene nada que ver con una reforma. Lo he dejado en tu mesa, es una familia amiga de mi familia que quieren construir una casa. Está todo en los dosieres que he dejado encima de tu mesa, disfrútalo con tu grupo.

Mario suaviza su cara pero se nota que no es lo que quería, él quería mantener su proyecto en su poder y lo entiendo. 

- Gracias jefe.- dice Mario mientras abandona la oficina.

- ¿Dé que se trata él proyecto de su amigo?

- Quiere una sede de oficinas, tiene un bufete de abogados y va a construir otra sede en la capital del país. 

Cuando habla de abogados mi cabeza va a hace unos años, en casa de Rodrigo... recuerdo ese día como si fuera ayer. Recuerdo el día que me puso los cuernos pero también me acuerdo el día que le dije adiós en el aeropuerto, cuando le dije adiós de verdad porque nunca volví a esa casa donde me enamoré tan perdidamente y tanto dolor sentí que dije que nunca más me pasaría. Todos los días pienso como hubiera sido mi vida con él a mi lado, pero no puede ser... le dije que tendría un hueco en mi corazón y siempre lo tendrá. 

- Amigo exitoso.- digo intentado cortar la conversación para ir a mi oficina y acabar pronto hoy. 

- No tanto como lo seremos trabajando juntos, creo que haremos buen equipo Sara.- dice guiñándome otra vez el ojo.- Te acompaño a tu oficina. 

Me abre la puerta y paso por delante de él mientras me mira de arriba abajo, me va a costar trabajar con él si su comportamiento va a ser así de poco profesional ligando con su empleada. 

- Es está de aquí. 

Abre una puerta y paso a mi oficina a partir de ahora. Tengo delante una gran mesa con un ordenador de última generación, unos planos encima de la mesa con un par de carpetas y mucho material de dibujo de las mejores marcas. La oficina es espaciosa y muy bonita, tiene una planta en una esquina que la un toque sencillo al espacio y detrás de la mesa hay una cristalera desde la cuál se ve toda la ciudad desde las alturas. Mario tenía razón, impone mucho estás vistas.