CAPÍTULO 40.

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Me deje caer en el suelo, buscando un soporte para mi cuerpo.

- Venga, solo un par de golpes más.- escuché decir a Hunter acercándose por el ring.

Pensé que iba a ser una tarde tranquila, un par de golpes al saco y que me refrescara alguna técnica de defensa personal.

Pero ha sido todo lo contrario, un par de golpes al saco se convirtieron en media hora seguida dándole golpes a esa bolsa negra colgada del techo del gimnasio. Después de ese calentamiento Hunter se puso unos guantes diferentes a los míos, son los guantes que usan los entrenadores para que los alumnos den los golpes en el guante, y me explico un par de técnicas para pegar. Llevo una hora y media soltando puñetazos a las manoplas extrañas de Hunter y el sudor ya baja por mi frente como el agua por un río.

- Hunter la vas a matar y yo no quiero tener que hacer un parte por ello.- hizo una pausa.- No traería buena fama al gimnasio, ¿no crees?

Es la voz de un chico, suena lejana pero a la vez cercana.

- Hunter, no sé quién es, pero hazle caso por favor.- dije entre jadeos y los ojos cerrados.- No me puedo levantar ni aunque quiera, además tengo algo de trabajo para hacer después.

- Creo que estás más para ir a la cama.- dijo Hunter mientras se quitaba los guantes.- Además mañana por la mañana la tienes en las obras, puedes llegar un poco más tarde y adelantar trabajo en el coche con el portátil.

- Pero no le llenes la cabeza de pájaros a la pobre chica.- dijo otra vez esa voz pero está vez sonaba desde mucho más cerca.- Qué tú hagas todo a última hora no significa que todo el mundo lo pueda hacer.

Me dio vergüenza estar tirada en el suelo, llena de sudor y con unos pelos de loca delante de alguien que no es Hunter. Pero al segundo se me paso, cuanta gente en el gimnasio no habrá echo lo mismo que he hecho yo.

- Sara.- dijo Hunter.

Extendí las manos para que Hunter me quitara los guantes, no creo que pueda levantarme hasta que hallan pasado por lo menos 2 días y él lo sabe. Creo que está disfrutando con está escena.

- ¿Sabes que hemos quedado hace media hora en el bar de la esquina?- pregunto el chico desconocido subiendo al ring.- ¿Te encuentras bien?- dijo mientras se agachaba a mirarme.

Le mire con el ceño fruncido, que más le daba si estaba bien si no me conocía de nada.

- Es un poco desconfiada.- dijo Hunter mientras miraba la escena.- Pero si te ha mirado mal está perfectamente.

- Yo no miro mal, solo soy muy expresiva con la cara.

El chico se empezó a reír ante mi comentario mientras se incorporaba y Hunter se acercó a mi.

Me senté con las piernas cerradas en el ring.

Todavía seguía jadeando, el aire no entraba en mis pulmones y me sentía algo mareada.

- Perdona pequeña, no era mi intención.- me dijo Hunter acariciando mi mejilla.

Se sentó a mi lado y me apoye en él mientras abría la boca para poder respirar.

- Ya sabes como se pone Hunter antes de las peleas, se pasa el día antes preparándose aunque no le hace falta.- dijo el otro chico que se acercaba con 3 cervezas en la mano.- ¿Puedes beber?- dijo mientras me tendía la cerveza.

- ¿Por qué no iba a poder beber? Lo que me faltaba que me dijera un desconocido lo que puedo beber y lo que no.

Le quite la cerveza de la mano y le di un largo trago.

Siempre serás tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora