El despertador no había sonado todavía pero la claridad empezaba a colarse por la habitación interrumpiendo mi descanso aunque de una forma agradable.
El olor de Rodrigo todavía se encontraba flotando en el dormitorio. Sabía que no estaba en la cama porque me encontrada cruzada en la cama, como de costumbre.
Estaba en un modo de desconexión total en un punto entre volver a dormir y despertar del todo, me encantaba este modo que tenía mi mente de estar tan relajada a pesar de haber dormido poco.
Solo estaba deseando con todas mis fuerzas que no sonará el despertador sacándome de mi trance.
- Cariño, ¿estás despierta?
Su voz dulce y suave entraron en mi cabeza como si de un ángel se tratase. Teressa se acaba de sentar en la cama y mi cuerpo se dejo caer hacía la derecha debido al cambio de peso en la cama.
- Siento si te he despertado... pero...
- Ya estaba despierta pero es placentero quedarse en la cama hasta que suene el despertador.
- Cuando eres jubilada pierdes ese placer, aprovéchalo mientras puedas.- soltó una suave carcajada.- ¿Hunter ha llegado?
Su pregunta me pillo desprevenida así que me incorpore de golpe.
- No lo sé.
- Escuché voces que provenían de abajo, quizá es él pero no quiero bajar por si no lo es... tengo miedo a que no sea quién creo que es.- dijo de repente, casi derrumbándose en mi cama.- No quiero causarle problemas con el resto de la familia...
Mi cabeza iba a cien por hora aunque me acabará de levantar.
No podía dejar que se sintiese así cuando la culpa de que su nieto se fuera por patas anoche dejándola sola fue solo mi culpa.
- Vamos a hacer una cosa.- dije cuando se me encendió la bombilla.- Vas a compartir conmigo el placer de estar tumbada con los ojos cerrados hasta que suene el despertador, luego sabremos más y hablaremos con Hunter o me puedes preguntar lo que quieras sobre él.
No respondió pero se acostó en la cama con cuidado. Me hice a un lado para que se pusiera cómoda y le ayude a taparse con la manta, todavía hacía algo de frío y no creo que lo mejor sea que pille un resfriado.
- Gracias.
- ¿Por?
- Por acogernos en tu casa y por como me estás tratando.- intente contener una lágrima, me estaba empezando a emocionar.- Gracias por cuidar de mi Hunter como lo haces, gracias por hacer lo mismo conmigo en estas pocas horas que he estado en casa.
- No es ninguna molestia, perdí a mis abuelos demasiado pronto...- intenté no romperme, sin éxito.- Fueron una pérdida demasiado rápida y grande para una adolescente de 14 años con ganas de comerse el mundo y en vez de eso, el mundo se la engullía a gran velocidad. Mis abuelos paternos vivían en la casa de al lado y mis abuelos maternos vivían a 10 minutos en coche... un día a la semana comíamos todos juntos, nos ayudaban en todo lo que podían y aun así a lo que sea que rige este mundo no le pareció suficiente para mantenerlos con nosotros.
Mis lágrimas salían descontroladas, calientes, por mis mejillas. No me moleste en pararlas, nunca había verbalizado la pérdida de mis abuelos y me sentía libre.
Teressa me abrazó mientras yo me acurrucaba como una niña pequeña después de ver una película de miedo, la sensación era tan reconfortante que por un segundo sentí que era una de mis abuelas.
Me calmé poco a poco mientras Teressa me acariciaba el cuello cautelosa y manteniendo el silencio hasta que un golpe nos saco a ambas de la escena.
ESTÁS LEYENDO
Siempre serás tu
Teen FictionHan pasado años desde que Sara abandona a Rodrigo en el aeropuerto. Durante esos años Sara ha terminado su carrera de arquitectura en Inglaterra, se mudó a España y ahora vive en una gran casa con vistas al mar que está en una urbanización lujosa y...