Rodrigo se había encargado de todo. Todos habíamos visto el nuevo restaurante a pie de playa a lo lejos de la ciudad y el éxito que obtuvo en menos de una semana. Fantaseaba con acudir y comer en aquellas mesas VIP que se encontraban en la arena pero sobre todo tenían una iniciativa muy bonita.
Aquel restaurante que parecía que iba a arrasar con ese trozo de playa donde muchos surferos pasaban los días les ha dejado un pasillo para ellos entre el par de mesas VIP y les ha puesto un vestuario bastante amplio donde poder cambiarse.
Además es un trozo de playa bastante sucio ya que tanto los turistas como los locales dejan todo tipo de basura. El dueño ha promovido una campaña y un par de días a la semana un grupo de voluntariado va a limpiar toda la playa, las personas obtendrán un cupón de una bebida con tapa gratis cada semana que participen.
Fantaseaba con ir y experimentar cenar con los pies en la arena como cuando era una niña y nada importaba pero la lista de espera es muy larga. Me desilusione bastante pero Lola y yo nos apuntamos al voluntariado con muchas ganas aunque eso me quitará el poco tiempo libre que me queda.
Cuando insistí en hacer la cena Lola casi me tira las ollas a la basura así que le hice caso y me fui a duchar. Salí de la ducha con ganas de ponerme el pijama pero había una tarjeta encima de un vestido ajustado de manga larga fruncido con pliegues de color rosa.
Sé la ilusión que te hace el nuevo restaurante, a las 10 te quiero preparada junto con Lola. Os pasaré a buscar a ambas para ir a la reserva. Espero que hayas tenido buena tarde y que Lola te haya convencido para no hacer la cena. Un beso.
Sonreí al papel como una idiota antes de darme cuenta de que quedaban 15 minutos para ser las 10. Tenía que haber subido antes a ducharme.
Ni siquiera me maquille mucho. Corrector para las ojeras que eran demasiado notables estos días, sombra de ojos y rimmel. Ni siquiera me puse pintalabios a pesar de tener un tono bastante parecido al del vestido en mi bolsa de maquillaje.
Al final acabe subida en unos tacones negros bastante cómodos que no sabía donde los había puesto la última vez que los usé y un bolso negro con lo imprescindible: el móvil, la cartera y las llaves de casa.
Cuando entramos los tres, Lola y yo no dejábamos de mirar como si todo fuera una gran obra de arte. Ojalá a ver participado en esta apertura como arquitecta.
Nos atendieron muy rápido y nos sentaron en una de las mesas VIP que estaban bastante alejadas del barullo del restaurante. Pero aún así me di cuenta de algunos pequeños fallos en el interior del local, como la localización de alguna pared que se podría quitar o quizá una mala colocación de la barra de copas que había al fondo del restaurante.
- ¿Qué os parece? – preguntó Rodrigo con una sonrisa cuando el camarero nos dejo solos.
- Es fantástico, no pensé que iba a ser tan maravilloso. – dijo Lola.
- Creo que hay fallas en la distribución del local.- dije yo aunque Rodrigo me hacía señas con la mano que no entendí muy bien.- Hay un par de paredes que hace ver al restaurante más pequeño y con las mesas más juntas que no sé por qué no las han quitado, la que se encuentra hacía la mitad del local vale porque seguramente sea muro de carga pero el resto...
- Hola.- dijo una voz a mi espalda y me empecé a poner un poco nerviosa.- Hace mucho tiempo que no nos vemos Rodrigo.
- No sabía que habías vuelto hasta que me llego tu caso al bufete.- dijo él con tranquilidad.- Santiago te presento a Sara, mi prometida y a Lola, una amiga que se puede decir que ya es en común.
![](https://img.wattpad.com/cover/223538113-288-k495451.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Siempre serás tu
Teen FictionHan pasado años desde que Sara abandona a Rodrigo en el aeropuerto. Durante esos años Sara ha terminado su carrera de arquitectura en Inglaterra, se mudó a España y ahora vive en una gran casa con vistas al mar que está en una urbanización lujosa y...