- Relájate y pásalo bien, no la líes mucho y no fastidies el vestido.- Gabriela me dio la mano y me hizo girar sobre mí misma para mirarme una última vez.- Te queda perfecto, pensé que tendría que hacerte unos arreglos pero parece hecho a medida para ti.
El vestido es perfecto. Es de un negro brillante que cautiva la vista, de una sola manga con transparencias, con la pierna izquierda al descubierto y una pequeña cola.
- ¿Y si no voy bien? ¿Y si voy poco elegante? ¿Y si no me queda del todo bien?- pregunte en un ataque de pánico.
Solo quedan 5 minutos para que Hunter llegue y me vaya a jugar a los mafiosos, no estaba nerviosa por si no iba como tenía que ir o por si a Hunter no le gustaba el maldito vestido.
Estoy nerviosa porque no eran como las fiestas de las bandas de hace años dónde iba vestida de negro y me lo pasaba bien porque sabía que lo peor que podía pasar era que ningún tío ligará conmigo por haber estado con el gran rey de las peleas y las bandas.
Esta fiesta es mucho más difícil, tengo que tener mucho cuidado con la información que doy o con lo que digo, no es gente normal si no gente peligrosa aparentando ser quien no es.
Yo no tengo poder para protegerme si la cago pero no es lo peor de todo, lo peor es que ni Hunter ni Rodrigo tienen el poder suficiente para salvarme si la cago. Si yo la cago puedo arrastrarlos conmigo y eso sí que no me lo perdonaría en la vida.
- Estás perfecta, todo el mundo te mirará.- me guiño un ojo.- Te lo aseguro. A todos le dará igual que vayas con acompañante, ligaran contigo sin descanso.
No me hace falta que me asegures nada Gabriela, está claro que allí cualquier chica es el centro de atención.
Me estoy dando el último retoque al maquillaje, solo por tener ocupadas a mis manos y no ponerme a jugar con el vestido.
- Espera, yo te ayudo.
Maldije para mis adentros por tener amigas tan amables y cooperativas, pero deje que girara la silla y siguiera retocando el maquillaje.
Me gusta mucho cuando Gabriela se encarga del vestuario y del maquillaje, lo hace más allá de que sea su trabajo, lo hace de una manera tan cuidadosa y con cautela como si tuviera miedo equivocarse que su cara de concentración es digna de admirar.
El sonido del tiemble me saca de mis pensamientos y mi cuerpo se tensa.
- Yo abro, tomate unos segundo y arréglate el vestido como más te guste.
Me sonríe, transmitiendo paz aunque no lo sepa, y sale de la habitación dejando la puerta abierta.
Recojo todo mi maquillaje con rapidez y recojo las cosas de Gabriela para que no tenga que volver a subir.
Me miro al espejo por última vez, la verdad que el vestido hace justicia a mis curvas y es lo más hermoso que he visto nunca.
Con una sonrisa, mi bolso en una mano y las cosas de Gabriela en la otra, baje las escaleras con cuidado de no tropezar.
ESTÁS LEYENDO
Siempre serás tu
Teen FictionHan pasado años desde que Sara abandona a Rodrigo en el aeropuerto. Durante esos años Sara ha terminado su carrera de arquitectura en Inglaterra, se mudó a España y ahora vive en una gran casa con vistas al mar que está en una urbanización lujosa y...