Una broma pesada

Alphard

Su último día de vida fue casi como todos los días...

Siempre estaba ocupado, despertaba antes que nadie y dormía mas tarde que nadie. Vivía al pendiente de sus sobrinos, de las empresas en las que la familia tenía acciones, de su trabajo en relaciones publicas con el ministerio. Tenía que revisar sus negocios internacionales con Lucretia, y lidiar con los enemigos afuera y dentro de la familia.

Era un trabajo de veinticuatro horas sin vacaciones. Pero estaba bien, le gustaba cuidar de su familia, le hacía sentir paz saber que las personas que amaba estaban a salvo y felices.

Su último día Alphard despertó tarde, eso nunca le había pasado. Pero apretando el paso y saltando su desayuno llegó a tiempo a su junta y por la tanto al resto de sus citas, nada inusual.

Cuando era joven nunca se había imaginado viviendo de ésta forma, él había planeado su vida muy diferente, se supone que él y su mejor amiga Eileen iban a mudarse a Rumania, él para trabajar con los dragones y ella para investigar sobre ingredientes raros para nuevas pociones... Está de mas decir que ninguno llegó tan lejos.

Hogwarts había sido la mejor época de su vida, no por ser el alumno mas popular del colegio o porque los profesores lo adoraban o por convertirse en un héroe al salvar a unas chicas de Ravenclaw de una manticora... No, nada eso era importante.

Fue la mejor época de su vida porque en verdad fue feliz. Adoraba pasar todas las tardes estudiando cerca del lago junto a sus hermanos y en la noche desvelarse en el dormitorio jugando ajedrez con Orión mientras Lucretia se burlaba de su hermano y su incapacidad para ganarle. Una época donde recibía regalos y cartas agradables de sus padres, una época de paz gracias al profesor Dumbledore y al profesor Gryndelwald que le habían parado los pies a tiempo a ese loco de Riddle. A veces se preguntaba como es que Abraxas había apoyado a ese monstruo.

Una de las mejores partes de su vida había sido sin lugar a dudas tener una amiga como Eileen Prince. Una amiga con la que había crecido y que conocía desde que usaba pañales una amiga aventurera que lo sacaba de su zona de confort y que a pesar de ser tan sangre pura como él, le había presentado las maravillas del mundo muggle; los restaurantes de comida rápida, el cine, los salones de baile, tomar un autobús que no intentaba matarte, el tequila y los libros. Especialmente los libros muggles los disfrutaba mucho, y en demasía los supuestos libros prohibidos que hablaban de temas incómodos para las personas mas conservadoras.

Eileen lo hacía mas feliz que cualquier otra cosa en el mundo, con las canciones raras que inventaban para Peeves, las practicas en el salón de pociones a altas horas de la noche y los dulces que comían a escondidas durante las pomposas cenas de gala sangre pura con esos asqueroso aperitivos que intentaban pasar por algo semi comestible.

Eileen era una hermana para él, ella fue la primera en saber su situación con Cygnus y le apoyó a su manera. Por eso fue tan chocante lo que pasó después.

El primero de los dos en retirarse de su gran plan a futuro fue Eileen, ella se había enamorado profundamente según había escuchado después por parte de Lucretia, pues Eileen no le contó para nada lo que estaba pasando, ella se peleó con sus padres y desapareció de su vista sin avisar. Algunas veces Eileen le escribía a Lucretia, pero mas nunca habló con Alphard.

Lucretia decía que tal vez no le hablaba porque sentía vergüenza, pero nunca quedó claro y Alphard jamas recibió una respuesta, aún intentaba hoy en día de estar al pendiente, pero era difícil pues no tenía una dirección donde buscarla, y ella no daba señales mágicas, y hacía años había cortado su comunicación con Lucretia. Lo último que supo es que había tenido un hijo.

Pero por otra parte Alphard casi al mismo tiempo que Eileen desaparecía, Alphard vivió la tragedia en su familia. Su madre trabajaba en la unidad de captura de hombres lobo, una tarde ella fue de misión para capturar a un hombre lobo y ya no regresó, no completa al menos...