consecuencias

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Lyall estaba muy enojado, no lo dejaban pasar al colegio a ver a su hijo. Al principio pudo atravesar las barreras de la entrada y casi llega a la oficina de Dumbledore, pero justo frente a la puerta apareció el esposo del antes mencionado, no sabía como pero el ex mago tenebroso se las había arreglado para no dejarle pasar y hacerle perder su tiempo por unos cuarenta minutos.

El director llegó después de eso muy campante con una canasta de dulces de limón. Lyall pensó que sería atendido inmediatamente pero los ancianos se miraron de una forma extraña y Dumbledore lo sacó al patio principal casi a rastras. Algo le estaban ocultando, pero daba igual, cualquiera que fuera su turbio secreto de turno no podría importarle menos. Solo quería ver a Remus por todo el alboroto de los últimos días. Intentó de todas las formas posibles sacar el tema pero de alguna forma Dumbledore se las arregló para desviar la atención lo entretuvo por otra hora, cuando de la nada decidió que volvieran a la oficina y cuando Lyall entró se encontró con Remus esperando. El Lupin mayor decidió no preguntar porque su hijo ya estaba allí si ni siquiera lo habían dejado hablar, y no lo hizo porque seguramente Remus se había metido en problemas de nuevo por culpa de los inútiles y vagos de sus amigos.

Si, había sido una odisea para el equipo maravilla conformado por Albus y Gellert. Pero habían logrado mantener al señor Lupin lejos mientras sus alumnos volvían, hay que admitirlo Gellert  a veces era todo un alcahuete y Albus era muy chismoso, así que si, en ocasiones estaban de acuerdo en tapar una o dos cosas que hacían sus alumnos, cada uno tenía favoritos así que no era frecuente, pero de todas formas cada uno se salía con la suya cada vez que podían. Ojalá pudieran todas las veces pero Ariana no les pasaba ni una cuando se enteraba. Ella era mas directora que el propio Albus, la justicia y la disciplina solo eran aplicadas completamente cuando ella estaba a cargo.

Era un alivio que en este momento ella estuviera fuera tomando una cerveza de mantequilla con otras profesoras, y no estuviera al tanto de que dejaron a un grupo considerable de alumnos salir sin supervisión del colegio, o los castigados terminarían siendo ellos mismos.

Gellert por cubrir a sus alumnos, y Albus por cubrir a su esposo.

Cuando Lyall y Remus estuvieron a solas se sintió el ambiente tenso y no era para menos. Había tantas cosas que Remus quería reclamarle a su padre que no sabía ni por donde empezar. Y en caso de Lyall, estaba muy estresado y ansioso, la muerte de Alphard le afectó mas de lo que estaría dispuesto a aceptar, tanto así que estaba a casi nada de una crisis nerviosa. Sin mencionar que estaba muy molestó con su ex pareja, otro niño ¿no había ya suficientes Blacks en el mundo? Pero no debería sorprenderse y se lo repetía constantemente, Alphard se metía bajo las sabanas con cualquier cosa bonita que se encontrará, lo insólito es que no estuviera lleno de niños.

Hacía lo correcto, se repitió. Si Remus descubría ahora la verdad, sería peor que nunca, ellos tuvieron grandes carencias y problemas mientras él crecía, pero su hermano estaba destinado a una vida de lujo y aceptación en la alta sociedad al ser descendiente de dos familias bastante importantes. Las comparaciones lo podrían destruir, es mejor que siguieran lo mas lejos posible.

El tren de pensamientos de Lyall iba muy rápido, pero antes de que si quiera pudiera saludar Remus lo interrumpió alzando la mano mostrando su palma en señal de alto. Remus ya había elegido, fue muy fácil.

¿Quedarse a lado de un hombre que le mintió toda la vida y le alejó de su padre? O buscar la aprobación de los Malfoy renegando de Lyall y elegir de la familia Black donde estaría en manos de Lucretia, quien aparentemente era el único adulto honesto en su vida, y así algún día casarse con el que sin lugar a dudas era el gran amor de su vida.

—¿Cómo pudiste Mentirme por tanto tiempo?

Dijo Remus en voz baja, casi como un susurro, pero Lyall lo escuchó con claridad. El mayor no se atrevió a fingir demencia, se le aguaron los ojos y solo lo dijo.

Una broma pesadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora