Reunion

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Wilkes era un elemento valioso, como abogado no había nadie mas ágil y perderlo fue una mierda. Pero el bastardo los había traicionado y no había espacio para esa clase de cosas, en especial cuando tienes tantos secretos como Orión Black. Wilkes había sido tan perfecto, era como una tumba, un abogado en toda la extensión de la palabra, que era capaz de cualquier cosa por sus clientes a cambio de poder y el oro suficiente para contratar sus servicios.

Aun que tenía una debilidad, un defecto inmensamente grande, su amor desmedido por su hija Sara. Había mimado a esa chica mas allá de lo ningún padre en la historia habría hecho alguna vez. Todo lo que tenía que ver con esa mocosa era una prioridad para Wilkes. Y Orión siempre supo que eso les causaría problemas algún día. Y carajo ese día había llegado demasiado pronto, ese estúpido abogado había liberado a Amycus Carrow por ser un amiguito de su molesta y fea hija. Orión debió matar a esa niña molesta cuando tuvo la oportunidad.

la reunión comenzó. En la cabeza se sentó Orión y en el otro extremo Druella, del lado izquierdo el matrimonio Lestrange, la señora Nott, y Zabini que era acompañado por su hija  de diecisiete años, el miembro mas joven de su grupo. Del lado derecho estaban los Yaxley, los Mulciber y un muchacho joven que usaba el uniforme de Dumstrang de la misma edad que la hija de Zabini.

—No tenía idea que su falta de cerebro llegaría al extremo de matar a uno de nuestro aliados mas importantes, secuestrar al hijo de uno de los ex magos tenebrosos mas peligrosos que trabajó bajo el mando del que no debe ser nombrado, matar a Alphard Black cuando todavía no conseguíamos sacarle un heredero y todo en menos de un mes. Bravo, mereces un premio por el tamaño de tu estupidez. Pero tal vez esperaba demasiado del hombre que mató a nuestro único obliviador hace tres años por una pelea absurda.

Dijo la esposa de Nott con voz monótona a Orión y Druella. El nuevo líder de los Black tomo la palabra un tanto incómodo, después de todo ella lideraba por su marido en su pequeño grupo, y también era la persona de mas influencia entre ellos, quedar mal con ella era igual a pedir que te sacaran a patadas de la alta sociedad. Wilkes en realidad fue el único mago conocido que había salido sin consecuencias al enfrentarla, y todo por que ella lo encontraba sumamente útil.

—Era necesario, las cosas se salieron fuera de mi control...

—¿Control? Esto no le pasa a los que piensan bien antes de actuar. Ya sabes, la gente inteligente. Un error mas  y tendré que deshacerme de ustedes dos, a diferencia de Wilkes que era el mejor en su ramo, a ustedes no me costara reemplazarlos. Es mas, me ahorraría un gran dolor de cabeza por tener que arreglar su desastre.

Druella respondió en defensa de ambos.

—No es cierto que Alphard murió sin herederos, después de todo esta esa niña repulsiva que tuvo con mi marido.

—Vaya consuelo... Por tus celos y ya que eras incapaz de retener a Cygnus tuvimos que borrarle la memoria a ambos y además de nosotros nadie sabe que es su hija, sin mencionar que te las arreglaste para arruinarlo todavía mas echándola a perder dejando que se escapara de tu casa.

—Era una basura inútil, no mas que un desperdicio de espacio en mi casa, no veo como podría ser mi culpa que resultara igual de problemática que su otro padre. Ya sabes lo que dicen la manzana no cae muy lejos del árbol.

—Excusas patéticas, si fueras mas inteligente habrías sabido como educarla, pero no paras de cometer errores.

—No somos los únicos que han estado fallando, ¿que no Crouch está por quitarte tu puesto como jefe del consejo de padres en Hogwarts?

—¿Esa nimiedad? que forma tan patética de defenderte, comparar secuestro y asesinato doble con la vigilancia de nuestros hijos en un colegio donde están perfectamente seguros y vigilados por sus compañeros de casa.

Una broma pesadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora