cortejado por un Black

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Severus ya no sabía dónde esconderse de ese idiota, esto era ridículo. Habían pasado ya tres semanas desde que se le había ocurrido aceptar darle clases para pociones, las cuáles por cierto nunca pasaron porque de alguna forma Black se lo había tomado como... Ni siquiera estaba seguro como definirlo.

Pero bueno, esto fue lo que ocurrió; Sev solo había accedido porque era de conocimiento público que ayudaba en la materia a cualquiera que lo requiriera a cambio de dinero, favores, cosas. Cuando le llegó la solicitud de Black no lo pensó demasiado y la arrumbó con todas las demás, y dio la misma respuesta automática que a todos.

«Nos vemos en las tres escobas para acordar los términos a las tres, tu pagas la cerveza »

Grave error, lo que menos espero fue ver al tarado mayor cargando un ramo de rosas y un enorme peluche de escarbato. Se escondió para después huir usando como escudo a Evan, Rosier a penas si se había curado de la viruela de dragón que lo dejó en San Mungo por meses, solo quería tomar una cerveza de mantequilla y Severus prácticamente lo obligó a no solo irse del local, si no que lo regresó al castillo por usarlo para esconderse.

Pobre Barty. No pudo tomar su cerveza.  Ahora volviendo con Severus y Sirius.

Había sido una odisea de lo mas horrible. Black no había parado ni un solo maldito día. Cada clase o momento que encontraba libre era rápidamente invadido por esa saguijuela deforme.

Y es que además de ser molesto, era un exceso absoluto. Solo por poner algunos ejemplos de la última semana:

Serenata en clase de vuelo.

Vociferador que recitaba poesía en la biblioteca.

Dijo que lo amaba frente a toda la escuela en el último partido de quidditch.

Un puñado de mariposas lo despertaron y lo siguieron todo el día dándole dulces de vez en cuando. Ese no fue tan terrible...

Tampoco lo fue el caldero nuevo, ni los ingredientes caros de Pociones que recibió durante un desayuno.

Ni el brazalete tejido con un dije de estrella.

O la versión firmada por el autor de su libro favorito.

Pero esto había llegado demasiado lejos, ¿Qué  importa si algunas cosas no habían sido tan desagradables? Estaba harto y lo iba a hacer pagar por ésta cursi tortura.

Y no era para menos, tal vez lo hubiera dejado pasar porque  había tomado toda la paciencia existente para tratar con él, y es que a pesar de que se había jurado tomar tiempo para vengarse por el beso, en realidad cuando se le bajó el coraje lo descartó y estaba decidido a olvidarlo por el bien de su salud mental... Bueno, para que mentir la venganza nunca dejó su mente, pero habían pasado tantas cosas que a ratos lo olvidaba, y después vio lo de la salud mental y se dijo que no valía la pena esforzarse tanto por Sirius Black.

Pero luego ocurrió ésto, y no había forma de que no se vengará por la humillación pública. Media escuela después de todo el alboroto de Black se burlaban a sus espaldas y lo llamaban:

Severus Black

Noviecita de Sirius

Sevy

Pastelito

Incluso durante la clase de encantamientos una profesora le habló usando el apellido de Black, claro fue un error, pero eso evitó las risas, o que las insinuaciones sobre una supuesta relación con Sirius aumentarán.

Y unas descerebradas de tercero les pusieron nombre de pareja; Snirius, y luego se pelearon con las de cuarto que los habían llamado Snack. Ojalá hubiese tenido a la mano suficiente filtro de muertos en vida para callarlos a todos... Pero mierda, seguro había algo de ilegal en ello, y no estaba seguro de si valía tanto la pena. Por lo tanto solo le quedaba desquitarse con el idiota que lo inició todo.

Una broma pesadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora