Complicado

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—Ignatius no tuvo una vida muy fácil mientras crecía, tuvo muchas carencias porque su familia no tenía los galeones necesarios. Por eso cuando nos Cazamos y nos separamos de nuestras familias él hizo un fondo y algunas inversiones en el extranjero con ayuda de Alphard, en resultado logró acumular una pequeña fortuna, una de la que no tocamos ni un Knut. Porque básicamente vivimos de mi trabajo. Su oro siempre tuvo el propósito de acumularse y bueno, proteger a la familia de su hermano de ser necesario.

Lucretia comenzó primero con Gideon y Fabian, mandó a Sirius y Regulus a esperar fuera no queriendo seguir provocando mas peleas entre los primos políticos, aunque desde adentro del local podía ver a fuera a Sirius jalando el cabello de Regulus y el menor mordiendo la mano del otro. Pero lo dejó pasar, una cosa a la vez.

—Gideon, molly y yo creímos que...

—Lo sé, mudarnos a otro continente no se vio muy bien, y menos que después de la muerte de Ignatius no haya regresado.

—Tampoco que nos hayas avisado de su muerte por carta.

—Lo sé Gideon. Pero todo tenía un propósito y ahora que los tengo enfrente puedo ser honesta o al menos en parte. Sobre nuestra mudanza solo diré que era por un bien mayor, a pesar de lo que creen fue una decisión difícil, ni Ignatius ni yo queríamos dejarlos solos después de la muerte de su padre, pero era la única manera.

—¿De qué?

—Huíamos de algo, no puedo hablar de ello ahora, pero quiero que sepan que al menos por Ignatius fue una de las decisiones mas difíciles que tomamos... Aunque al final de nada sirvió porque ese algo nos alcanzó unos años después. Ya no importa. Lo que importa es que él no quería dejarlos a su suerte, tal vez lo que juntamos no sea mucho pero servirá para que puedan apoyarse en lo que se levantan por si solos, todas las pertenencias de Ignatius y su oro sera para ustedes tres, nuestras inversiones en el extranjero que seguirán dando ganancias por al menos otros veinte años y mi fortuna personal un vez yo muera, claro el tema de los negocios lo hemos dejado en las capacitadas manos de Molly, pero todo a quedado listo para que cada uno reciba su parte justa.

—Mierda...

—Lo que Fabian quiso decir, y yo también, es que... Bueno, mierda, no hay nada mas que decir... Gracias, pensé que se habían olvidado de nosotros, es bueno saber que no.

—Una última cosa —Lucretia sacó dos cajas de su bolso y las abrió para ellos—, son sus relojes de mayoría de edad, Ignatius los compró para ustedes antes de morir.

De oro y exactamente iguales, parecían un objeto caro aunque también anticuados, tal vez era viejos pero no se veían nada mal.

Tuvieron algo así como un momento muy sentimental, Lucretia al final los despidió con un abrazo y les prometió mantenerse mas cerca, tanto como pudiera. Luego de que los gemelos se fueron, dejó pasar a Sirius y a Regulus.

Les había quitado las varitas al principió de reunión para evitar conflictos, y aún así de habían peleado. Sirius captó la mirada pesada de su tía y fue el primero en reaccionar.

—¿Qué?

—¿Qué pasó allá afuera?

—Solo intenté tocarle el cabello y me mordió la mano, estaba tratando de que me soltara.

Regulus solo bufo mas no contradijo a Sirius. Lucretia no era tan buena con los niños como lo era Alphard, así que no sabía como actuar en situaciones así, decidió ignorarlo de momento y continuar antes de que pelearan de nuevo. Sacó un par de llaves de su bolsa, pequeñas y plateadas, muy parecidas excepto porque los nombres grabados en ellas eran diferentes.

Una broma pesadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora