Remus estaba acostado contra el cuerpo desnudo se Lucius en la enorme cama del rubio. Había sido el día más corto y más largo de su vida, hablar con el fantasma de su padre muerto lo agotó emocionalmente y mañana empezaría un día aún más ocupado y pesado, pero por ahora, estaba en paz acariciando los pectorales de su futuro esposo.
Futuro esposo... El solo pensamiento era como comer el mejor de los chocolates. Amaba tanto a este hombre y adoraba como un demente hasta el último de sus cabellos platinados, y la forma en que lo miraba, por Dios, debería ser ilegal mirar así, de tal forma en que de verdad eres notado, de tal forma que cada mirada se siente como un beso. ¿Como rayos tuvo tanta suerte? Ah si... Hizo bastante trampa en el camino.
—¿Qué pasa mi cielo? —preguntó Lucius besando la frente de su lobo— te pusiste triste de repente.
—Amor, lo siento.
—¿Por qué? No has hecho nada malo.
—Yo difiero mucho en esa opinión. Intenté manipular a tus amigos, incursioné con magia prohibida, te he celado como un loco obsesionado, casi mató a la persona más importante de tu vida, y te atrapé en un compromiso sin salida.
El rubio no pudo evitar sonreír dulcemente y levantó el rostro del lobo tomándole del mentón, lo besó lentamente y en el proceso bajo sus manos al cuerpo ajeno y lo acomodó para estar cara a cara.
—Soy consciente de que tú forma de amarme es muy particular. Eres posesivo, celoso y te aferras a mi como si nada más importará en el mundo.
—Nada más me importa en el mundo.
—Y debo confesar que me gusta, la verdad es que cualquier forma en la que decidas amarme es perfecta para mí, aceptaré gustoso ese amor sin importar la condición en que venga siempre y cuando provenga de ti. Además no puedo negar que me gusta la atención, no sabía cuanto necesitaba de esto hasta que te tuve, no creo poder vivir sin ello de nuevo. En especial...
—¿En especial que?
—En especial porque últimamente tu eres todo lo que domina mi mente y mi corazón —cambió la posición de sus cuerpos una vez más, quedando encima de Remus y entre sus piernas —. Es tan raro... Yo juraba que apenas empezaba a quererte, pero de un momento a otro fue como una explosión, estábamos tomando el té con mi madre el otro día, me sonreíste y solo lo supe.
Remus no podía creer lo que escuchaba, necesitaba que se lo dijera con claridad antes de que su corazón estallará de su pecho y muriera de dicha.
—¿Que supiste?
—Te amo, con todo lo que soy. Que no creo jamás volver amar de esta forma, carajo, yo ni siquiera comprendía el amor hasta que te amé, y que no puedo esperar a convertirme en tu esposo.
—Lucius...
Remus no pudo decir más, sus labios fueron devorados de la formas mas exquisita. Lágrimas escaparon de sus ojos, fue inevitable, amaba tanto a su rubio y ser plenamente correspondido era una especie de mundo tan diferente, todo el dolor, la inseguridad, el miedo... Toda esa mierda se rompía y caía a pedazos entre besos y caricias, era como respirar por primera vez después de estar ahogándose.
Nuestro lobo empezó a corresponder con mas fuerza subiendo el tono de la situación, después de todo este hombre era suyo, y quería disfrutar todo lo que eso significaba. Por su parte Lucius siguió el ritmo con el entusiasmo que solo le puedes dar al objetivo único de todo tu amor.
En casa de los Black mientras tanto Sirius miraba al techo de su antigua habitación todavía consternado. No por el hecho de que se le permitiera volver a casa sin demasiadas protestas de su padre, o que estuviera aquí entre semana, o por haber ayudado con la poción mas difícil del mundo, o el hecho de que su madre sería muy pronto curada de su locura... No, su consternación e incredulidad venían de otra fuente.
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Una broma pesada
Fanfictiondespués de un comentario en forma de chiste de Bellatrix, Severus y Regulus traman un plan para molestar a los merodeadores. pero las cosas podrían salirse un poquito de control...