Alphard Black era encantador y magnético, la cabeza de la familia. O al menos en apariencia, detrás de todas las decisiones importantes estaba Walburga como la hermana mayor ella era increíble para manejar los hilos oculta al público con la apariencia de una simple mujer hermosa esposa y madre. De tras de la estabilidad económica estaba Cygnus que aun siendo el menor era mas agudo que sus hermanos en los negocios, sabía manejar el dinero y las personas. Y la reputación, el orden, el escalofrío al verlos a los ojos, el miedo... Eso era un tema que Orión manejaba mejor que nadie.
Eran un contingente listo, como los últimos Black tenían un empeño enorme por mantenerse unidos frente al resto del mundo, si querían conservar su posición sagrada ante las otras familias mágicas debían mantenerse fuertes y por encima de todo lo demás, aún si para eso debían volverse duros, fríos y despiadados incluso con sus hijos... Especialmente con sus hijos, no iban a negociar con la oposición de sus planes, no iban a permitir la irreverencia y la ineptitud, no había espacio en sus vidas para otra cosa que no fuera la excelencia.
Ese había sido el acuerdo al que llegaron cuando niños. No permitirse caer.
Cygnus era el menor pero se casó en cuanto tuvo la oportunidad con una mujer que compartía del todo su ambición y sus ideales; Druella Rosier, con quien tuvo tres hijas. Andromeda que fue la niña de papá hasta que cometió el terrible error de enamorarse de un maldito sangre sucia que la puso en contra de su familia he hizo que huyera de casa... Cygnus no había cumplido con el trato hasta después de eso. Lo que pasó con Andromeda le dejó ver su propia equivocación y cambió sus métodos de crianza con Bellatrix y Narcissa. Una corrección que llegó a tiempo para ambas. Druella estuvo mas que feliz por ayudar en aumentar la disciplina en casa, y fue mucho mas feliz al convencer a su esposo de cortar los lazos con Andromeda para siempre.
Walburga y Orión se casaron con expectativas grandes del futuro para su familia. El día que nació Sirius fue el día mas feliz en la vida de ambos, pero a medida que pasaban los años sus esperanzas iban cayendo mas y más. Y Walburga enfermaba de la mente tan lentamente que podría pasar solo como un sutil cambio de carácter, Sirius tenía once años cuando se acabó la capacidad de Walburga para contenerse o razonar como en el pasado, nada le impidió castigar de forma física a Regulus en nombre de Sirius, y luego desquitarse a punta de varita con su hijo mayor durante las vacaciones de navidad. Orión se dio cuenta de lo que pasaba después del primer golpe a Regulus, era algo con una cura sencilla pues su propia madre había pasado por ello, pero decidió que Walburga le gustaba mas así, y se unió a ella con la diferencia de que él era plenamente consciente de lo que hacía. Cuando Sirius se fue Walburga lloró destrozada en la habitación de Sirius sin entender porque su amado hijo había cometido una traición como esa a su propia familia. Orión lo celebró en secreto con una botella de whisky de fuego, finalmente se había desecho del lastre, ahora podía tener un heredero que si valía la pena.
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Una broma pesada
Fanfictiondespués de un comentario en forma de chiste de Bellatrix, Severus y Regulus traman un plan para molestar a los merodeadores. pero las cosas podrían salirse un poquito de control...