Una broma pesada

y el día no acaba

En el momento en el que sintió a Arthur entre sus brazos el tiempo mismo se detuvo, sintió su corazón bailar y querer salir de su pecho, las manos temblorosas y las piernas débiles, ese era el efecto de Arthur sobre él. Le hacía sentir que el resto del mundo no importaba, que ellos dos eran lo único en la existencia y que en efecto eso era el significado de algo perfecto. Además su aroma lo atontaba, y se sentía hipnotizado por esos perfectos Risos pelirrojos y claro sus hermosos ojos azules.

Pero al mismo tiempo sintió una incomodidad que no había tenido nunca y al instante supo que era porque; ya le había dado su palabra a Remus de intentarlo, y Lucius podía ser muchas cosas pero no era infiel, y tampoco alguien que se retractará de su palabra. Como siempre inició una discusión con Arthur solo que ahora no era solo con el propósito de alejarse y proteger a la vez al pelirrojo, no, estaba intentando con todas sus fuerzas no irrespetar a Remus, comenzó exigiéndole que se bajará de él, esa cercanía lo estaba poniendo nervioso y mas con Remus atrás mirándolos, pero Arthur se negaba a soltarlo.

Con la vista periférica Lucius intentó comprobar si Remus estaba bien, pero lo que vio lo puso en alerta sabiendo que Remus atacaría a Arthur, fue una cosa de segundos, abrazó muy fuerte a Arthur, le dio completamente la espalda a Remus e inclinó su cuerpo hacia adelante usándose así mismo como un escudo para proteger al pelirrojo, si bien el instinto de Remus se encendió, el de Lucius también.

Esperó dolor, pero en su lugar escuchó un gritó de lo mas desgarrador, a penas volteó vio a Evans cayendo al piso en un charco de sangre, ella se había puesto en medio evitando que ellos fueran dañados. Arthur reaccionó primero bajando de él y yendo hacía la chica para intentar parar el sangrado con sus manos.

Ninguno tenía experiencia en magia curativa así que era difícil saber como reaccionar ante algo como aquello.

Lucius por un instante no pudo apartar la mirada de Lily, parecía una muñeca de trapo cuyas costuras se habían desecho, las enormes cortadas venían desde su cuello hasta su estomago, y la pelirroja seguía consciente intentando no ahogarse con su propia sangre, ella misma se agarraba del cuello tapando posiblemente una arteria pues la sangre brotaba mas desde entre sus dedos, Arthur se había quitado su suéter y lo estaba usando para hacer presión.

Lucius levantó la mirada al ver una gota de agua caer cerca de la chica en el piso. No se encontró con un monstruo, no, se encontró con Remus, su Remus. El chico estaba pálido como un fantasma, estaba llorando, temblando y con las manos bañadas en sangre. Esquivó a Arthur y a Lily, yendo directamente con el castaño, lo abrazó con todas las fuerzas que le quedaban, dejó que Remus llorara sobre su pecho y luego empezó a planear, esto, esto ponía en peligro a Remus.

Se inclinó y tomo a Remus de tal forma que lo terminó por cargar contra su cadera mientras este seguía en una especie de Shock por lo que había hecho. Luego tomo con el otro brazo la mano de Arthur no sin antes tomar el suéter lleno de sangre y desaparecer lo allí mismo y lo jaló sacando a ambos del pasillo lo mas rápido que pudo.

Claro que Arthur protestó.

—¡Si la dejamos se va a morir! Ella nos salvó, no podemos dejarla.... Lucius, por favor.

Lucius solo se detuvo un segundo en las escaleras porque Arthur tenía razón, ella se había puesto en medio básicamente salvando a la persona que mas había amado en su vida, y ciertamente no tendría como pagarlo y ciertamente haría lo que fuera por salvarla aunque no la conociera mas que de vista por Severus... Pero Remus, no podía abandonar a Remus ahora. Tomó mas fuerte la mano de Arthur y salió mas rápido.

—Si no nos vamos Remus terminará en Azkaban, y quizá hasta le den el beso del dementor ¿eso quieres? Miralo y dime que merece pasar por eso.

Arthur vio y se encontró con ese pobre muchacho destrozado que seguramente no sabía que hacía cuando pasó, negó con la cabeza llorando y se dejó arrastrar fuera del castillo por Lucius.