The Monster (Justin bieber & ___)

Capitulo 47

Maratón : 2/6

Mis retinas comenzaron a digerir y absorber a la persona que tenía a unos metros más allá, justo frente a mí. 

Mi corazón volvió a renacer. 

Emprendió a latir intenso y jubiloso, junto a un disparo eléctrico que peregrinó por todo mi pecho y el oxígeno otra vez hizo falta. Una sensación que ya he experimentado otras veces. No era por la sorpresa de encontrarme en “Emergencias” de un hospital, no por las enfermeras presurosas, ni los doctores hostigosos….

Sino por él. 

Escuché mi nombre en su boca, un instante antes de que revotara por todo mi cráneo. Mi nombre tiritó en su lengua de tal manera, que yo sin necesidad de escuchar entre líneas, descubrí que él estaba más que turbulento, más allá de estar angustiado, estaba casi fuera de sí, evidenciando la ansiosa urgencia de saber si yo estaba viva. 

Su aspecto me impactó por sobremanera. 

Se denotaba totalmente perdido. A la deriva, con una expresión asustadiza contrayendo sus facciones, que nunca había visto. Tensando cada uno de los rincones de su rostro y mordiéndose fuertemente el labio, conteniéndose a sí mismo. Pero eso no era todo…lo peor fue su mirada…su mirada desahuciada…aquellos ojos mieles estaban acuosos y la venas de sus cuencas al rojo vivo, como si hubiera estado llorado.

¡Mierda!, ¿Lo habrá hecho en realidad?...

Me miró encandilado, aterrorizado, y tremendamente extraviado. Se quedó un par de segundos quieto ahí, analizándome, verificando mis signos vitales en tan solo una mirada profunda, fue ahí que una sombra de alivio pasó por sus pupilas. 

El resto de mi campo visual se volvió borroso y las ruidosas personas a mí alrededor se atenuaron, de pronto solo lo veía a él. Directo a sus ojos desconsolados, me permití hundirme en aquellas arenas movedizas, profundamente como tanto lo anhelaba. Me di cuenta que estaba totalmente empapado, el agua hacia reflejos en su piel bronceada, su cabello alborotado parece de repente muy crispado, su torso en su máximo esplendor: desnudo y estructurado. Sus blue jeans, mojados. 

Se encontraba ahí, en su estado connatural. Otra vez cerca. 

Y fue cuando supe que había sido salvada. Que estaba con vida. Era palpable, era real. Y él me había salvado la vida…una vez más. 

Tragué un suspiro seco y pestañeé lentamente. Quise sonreír de alivio, pero las comisuras de mis labios no se movieron. 

Después de su inmovilización errática, Justin se precipitó a moverse de forma nerviosa. Rodeó el borde la camilla, abriéndose paso entre las enfermeras. Se aproximó, inclinándose hacia a mí. Frunciendo el ceño, sus ojos se movieron raquíticamente al atisbar mi rostro. Percibí el tacto de sus cálidas manos acunar mis mejillas. La esencia inolvidable de su cercanía me envolvió a través del aturdimiento. Entonces hacemos un contacto visual, inalterable…y sentí, por fin, al vacío ir atenuándose entre las tinieblas, me siento a salvo…después de ser acariciada por las palmas frívolas de la muerte. 

Su mandíbula se tensó. Extrañaba ese movimiento. 

Sus ojos se intensificaron, volviendo a aquellas arenas movedizas más oscuras. 

— ¿Quién te hizo esto, ______?—farfulló firme. —Dime quién te hizo esto y yo lo buscaré. Te juro que si encuentro al culpable, lo mataré. Lo mataré. 

Mi pecho se engulló y mis parpados tiritaron. 

— ¡Oiga, joven, tiene que salir de aquí, está agobiando a la chica!