Capitulo 47 [SEGUNDA PARTE]

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Maratón 3/6

-Ya es tiempo de que escuchemos tu declaración.

Levanté la vista lentamente, acentuando la tensión de la atmosfera.

Una mirada insensibilizada y gélida, que no me esforcé por disimular.

Los dos hombres de traje negro, se irguen quietos, observándome inquisidores. Ambos analizando mi deplorable estado. Fue un acto totalmente inútil que me mostraran sus relucientes placas, yo ya sabía quiénes eran al tan sólo verlos entrar a la habitación.

Uno hará las preguntas y el otro anotará los detalles de los hechos especificados por mis propias palabras. ¿Qué tal si anota mi declaración en su libreta?: Váyanse muy a la mierda.

Contuve las ganas de decirlo.

Sin embargo, después de un breve silencio, no dije absolutamente nada.

- ¿Puedes decirnos qué ocurrió anoche?

"No"

-Intentaron asesinarme. -Contesté seca.

Ambos se miraron de reojo, manteniéndose imperturbables.

El que hace las preguntas, su nombre casi se escapa de mi memoria pero creo que es Phill...creo. Dejémoslo así.

Phill se cruza de brazos.

- ¿Quién fue? ¿Cómo transcurrieron los hechos?

Me remuevo en la camilla, porque me duele el trasero.

Mis nalgas no están acostumbradas a estar aplastadas por dos días seguidos contra un colchón. Dos días en los que me han mantenido en observación y me han sometido a exhaustivos exámenes. Radiografías torácicas, para ver el estado de mis pulmones, y radiografías a nivel cerebral y cervical. Tengo contusiones superficiales en el cráneo, un determinado por ciento de agua en los pulmones, y hematomas en diversas partes de cuerpo.

Dos días solitarios, aislada de las consecuencias y de las personas expectantes afuera, que quieren saber lo que pasó y porqué.

Justo después que la puerta se cerrara tras de Justin, caí rendida en la cama desprendida de cualquier energía. Endeble, sin ninguna fuerza de reserva. Me quedé en nada. Los últimos acontecimientos fueron una cuenta regresiva hacia la aniquilación de mis vértices emocionales. Bloqueé inmediatamente todo pensamiento sobre nuestra discusión y el auto-cuestionamiento de si he hecho bien o he hecho mal. Menos me dejé inquietar por la probabilidad de que Justin decidiera nunca más volver.

Me mantuve en blanco.

El sencillo almuerzo que vino luego casi ni lo toqué, y pasé la tarde en mis primeros exámenes en distintas salas frente a grande maquinas, al lado de una madre completamente taciturna.

Cuando el reloj marco cerca de las seis, empezaron las sorpresas.

Estaba totalmente sola en la habitación blanquecina, mirando al vacío. En medio del silencio pulcro tres golpes en la puerta me sacaron de mi estupor.

Sin esperar respuesta unos ojos azules se asomaron por el umbral. Recostada en mi camilla, mi espalda se tensó. No dije nada cuando entró pero sé que me vio sorprendida. Y desprevenida también.

Erick se acercó a la orilla de la camilla, con su quijada apretada y paso lento. Me miró con sus ojos inquietos, y una preocupación constante. Reacción similar a la que Justin había puesto horas atrás.

Frunció el ceño, bajando la vista, tomó mi mano que reposaba en el colchón.

-Maldita cabeza de uva, tu sí sabes cómo darme un susto. -Farfulló sin humor.

The Monster (Justin bieber & ___)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora