The Monster (Justin bieber & ___)

Capitulo 38

Todo quedo en un punto nómade. 

No hay un sentido concreto en ningún horizonte, podía mirar directamente el techo blanco de mi habitación, fijamente; recostada en mi cama, sin moverme, clavar las uñas en el colchón, pero aun así me sentía perdida. A la deriva y creí hundirme. Hundirme en el vacío de la solitaria oscuridad de mi cuarto. No podía recordar, o más bien creer, que era lo que había pasado. Como los minutos, las horas, mi día completo, se fue transformando. Transgrediendo el idilio panorama que anhelaba tener. Pasar entre los fuertes brazos de Justin, mirando pasar las nubes a través de la ventana, dibujar distintas figuras en nuestro cuerpo como una vez lo hicimos, pasar tirados en mi cama, en compañía el uno con el otro. 

Pero mi cama está vacía.
Y él había partido por esa puerta dejando la situación en la que esta nuestra relación en un vuelo errante. 

Se me hacía tan lejano el interrogatorio de la Delegada, la forma en que Justin se alteró. 
Lejano porque se fue más allá de mis manos, dejándome derrumbada en medio de la penumbra, en mi habitación. 

¿Quién iba pensar que el abandono de un chico me dejaría de esta manera? ¿En realidad es abandono...? Da escalofríos pensar en una palabra tan grande. Tan…significativa. 

Yo siempre me dije que no iba a desfallecer por un simple chico, que me mantendría completamente en mi quicio y me sostendría en mi principal soporte: La perra fría que llevo dentro. 

Y es que tan solo no es un simple chico. Ni tampoco era simple lo que sentía por él. Ese era el problema, son como líneas desordenadas y enredadas dibujadas sobre un papel. No hay una figura específica, mis sentimientos van en una dirección inconexa, que no logro comprender. Nunca los había experimentado. Y todo es más peligroso si Justin es tan ambivalente. No sabía en qué momento después de todo iba a dar marcha atrás. En el fondo, imperceptiblemente en mi interior, tenía miedo de que eso pasara. Que de pronto para él ya fuera suficiente, que otra vez sus convicciones de chica humana y chico monstruo lo convenciera de que es totalmente inconcebible, sobre todo lo que él sentía por mí y yo por él. 

Lo que más me dolía de todo esto, de esa forma en que pinchan las lágrimas en los ojos, se aprieta el pecho hasta dejar sin habla, es que Justin lo había prometido. Lo que menos me importa es mantenerme segura bajo su promesa de protegerme, lo que yo quiero es que esté a mi lado.

Lo quiero… 

¿En qué momento llegue hasta ese punto?, ¿Por qué lo quise tan rápido?, siempre me cuesta tomarle cariño a las personas, soy rehacía y terca al momento de pensar que me gusta un chico. Pero con Justin todo nace de forma tan natural, a pesar de que no quiere ni me ha contado nada sobre él y lo que camina detrás de él, su enigmático pasado… siento que lo conozco desde toda la vida. Pasábamos los días juntos, riéndonos, hablando, leyendo, mirándonos. Hay una conexión inalterable. Justin no puede brotar de la nada y romperlo. Sobre todo si hay una promesa de por medio. 

Aun así
¿Que esperaba?…

Nada es para siempre. 

Tampoco sé si irme al extremo y hacerme sentir fatal (como la jodida masoquista que soy) o simplemente esperar el momento adecuado a que él decidiera hablar. Tal vez solo necesitaba un poco de tiempo…me dije, ilusionándome. 

¿Tiempo para qué? ¿Para alejarse de una buena vez de ti?, me contestó mordazmente la conciencia. 
“Perra” mascullé entre dientes a mi mente de mierda. Me está haciendo sufrir. 

No sé qué hacer, no sé qué pensar… Me sentí indescifrable. Más bien, no quiero pensar ni sentir nada. Ojala hubiera alguna manera de ponerle anestesia a la cabeza y al corazón. 
No hay solución a eso, pero si se puede dormir.