Capitulo 8

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¡Por fin es sábado! ¿Qué adolescente normal, después de una extensa semana de clases, no se alegra cuando llegue el fin de semana? Ninguno. 

Uno se acuesta tarde y despierta tarde, hay tiempo para leer, ver televisión y holgazanear. Debido a que mi vida social no es muy productiva, soy de las en los sábado se la pasa encerrada en casa, con pijama, despeinada y lagañas en los ojos. 

Dulce y melodramático tiempo libre del sábado. Es lo que espero con ansias desde el lunes a las ocho en punto. 

Tirada en mi cama, en medio de mi ociosidad, después de despertar. Mire al techo haciendo un inventario de mi semana. He conocido al guardabosque de una forma aterradora, en el cuarto del conserje. Me dio un susto de muerte y luego saqueo mi cocina para comer carne. Nos presentamos y me dijo que me alejara de él. Después alguna/o (Probablemente es mujer) una psicópata escurridiza entro a mi casa para atormentarme, hui y Justin me ayudo a entrar a casa. Esa cercanía y la calidez de su cuerpo, aun no lo olvidaba. Y el gran protagonista en mi mente y corazón fue ese dulce y torpe beso en la mejilla que Justin me dio.

Luego Maya y su esporádico encuentro con el guardabosque, y la confusión de este con ella. Y después, por las tardes, me iba a visitar a mi padre a la clínica. Como siempre inerte e inhábil. Tan solo mirarlo allí, en su estado vegetativo, como dramáticamente se dice, me parte el alma. No es muy saludable para mi capacidad emocional verlo así todos los días. Pero no puedo dejarlo. Trato de estar siempre presente. 

Y esa fue mi semana. Rara, reveladora y terrorífica. Mi vida no era interesante desde hace casi 17 años. 

Ósea, desde que nací. 

Me levante de la cama y baje a la cocina. Unas tostadas y café fueron mi desayuno. Me tire en el sillón y prendí la televisión. Termine mi comida, allí, bastante tiempo tirada hasta que me doliera el trasero. 

Salió un video musical en Mtv, del grupo The Pretty Reckless. 

Los ojos de Taylor Momsen aparecieron en la pantalla, con su característica pintura negra en los ojos.

Y con eso me acorde de Maya….de Maya y el trabajo de fotografía. ¡Hoy nos íbamos a juntar! 

Mierda. 

Corrí a mi habitación y me cambie el pijama. Me puse un top blanco de algodón, con escote redondo y unas pantis negras que estaban bastante rotas, un short de mezclilla de tiro alto, unas calcetas de lana subidas hasta la rodilla y mis botas negras. Me puse un chaleco color burdeos y listo.

Mi largo cabello tomaba mucho tiempo en desenredarlo así que no me pare a peinarlo. El color morado de mi pelo descendió un tono. Tendría que volver a tintármelo. 

Me lave la cara rápidamente, y tome mi teléfono viendo la hora, a las dos nos íbamos a juntar y faltaban quince minutos. Saque la cámara instantánea de la caja, que la había traído el mismo día en el que nos dieron el trabajo y me la colgué en el cuello. 

Le envié un mensaje a Maya, para saber si estaba lista para reunirnos en el bosque. 

Iríamos a mi lugar favorito. 

Espere a que me contestara, pero no mando ningún mensaje. 

Tal vez venia en camino. 

Salí de la casa, cerrándola con llave. Hoy mi madre también trabaja pero hasta las cuatro de la tarde. Así que cuando regresara puede que ella ya estuviera en casa. 

Camine por el pasaje, tranquila. Con todos mis sentidos puestos, para escuchar cualquier ruido que me siguiera. Desde ese día que ando un poco traumada con aquello, cuando salgo miro hacia atrás para ver si alguien me sigue. Afortunadamente nada extraño ha vuelto a pasar. 

The Monster (Justin bieber & ___)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora