The Monster (Justin bieber & ___)

Capitulo 51 [SEGUNDA PARTE]

Maratón: 3/5

Esas cuatro palabras helaron mi sangre. Paralizándome de pies a cabeza. 
Esas cuatro palabras fueron como un electro shock. 
Porque sólo una cosa podía significar que un policía llamara a tu móvil a las una y media de la madrugada: Accidente, robo, secuestro…
Miles de ideas terroríficas se me cruzaron en un microsegundo. 
— ¿Qué…Qué ha pasado? —Inquirí con un costoso movimiento de labios. 
—Es un tema que preciso comunicárselo urgentemente. —aseguró el detective Phill. — ¿Podemos juntarnos mañana? 
Cuando yo no podía estar más en shock. 
— ¡¿De qué mierda se trata esto?! Si es tan urgente, ¿Por qué no me lo dice ahora? 
Al otro lado de la línea se prolongó un silencio a excepción de su respiración pesada. De inmediato supe que ésta no era una llamada normal. 
—Nuestra investigación se está yendo a pique. —profirió el hombre, desmoralizado. — Es sobre el asunto de Omer Cox, estamos prácticamente desesperados. No se encuentra en la base de datos, no hay antecedentes, ni está registrado como si alguna vez hubiera nacido, ni siquiera sabemos si ha ocupado una identidad falsa. ¡No hay rastros de él en ninguna parte! Es como si no existiera. No hay manera que nosotros podamos encontrarlo, hemos hecho todo lo posible…

Un alivio corrosivo me quito un peso del pecho. 
— ¿Por eso me ha llamado?
—No es un tema que se toma a la ligera. Éste hombre es peligroso. Más si no podemos encontrarlo bajo nuestro radar. 
— ¡Les dije que no podrían hacerlo! 
— ¡¿Cómo supo usted eso?! —Cuestionó alterado. Este tipo estaba mal. — ¿Ha tenido contacto con él?

Ahora era mi turno de alterarme. Y Justin se tensó aún más al notarlo. 
—Es porque sé cómo es. Sabe cómo desaparecer bajo nuestras narices. Sobre todo las de ustedes. Pero prefiero que sea así, porque es imposible que tú lo encuentres. ¡¿Qué no entienden que no quiero que sigan con esto, no quiero que me sigan molestando?! —interpelé indignada. —Estoy bien como todo está marchando en mi vida. Él no se atrevería acercarse ahora. Ahora estoy segura. —miré a Justin en la penumbra frente a mí, estábamos en medio del pasillo. Su ceño fruncido y la incertidumbre en sus ojos lo decían todo. 

— ¡Pero él intentó asesinarte!
— ¡Pero ya no está cerca, y tampoco los quiero cerca a ustedes! —bramé con voz ahogada. 
Ahí fue cuando Justin no resistió más. Me arrebató el teléfono de un sopetón, con su rostro volviéndose en furia. 
— ¡¿Quién te crees que eres para molestar a mi novia?! —inquirió con su ceño demostrando enojo. Él ni siquiera sabía quién era. Después de que el detective seguramente le contestara, su rostro se contrajo aún más. —Yo no sé cómo mierda te atreves a llamarla a su móvil, a esta hora, por ese hijo de puta. ¿Qué tipo de policía eres? Uno bien jodido, supongo. —escupió con mordacidad. Y yo no podía querer más que esto se acabara de una maldita vez. 
Apoyé mis manos en su abultado bíceps. 
—Ya, cálmate Justin. Detente. 
Él me miró enojado. Hice un esfuerzo exorbitante por quitarle el maldito móvil. 
—Por favor, detective, no vuelva a llamar a mi número personal. —le advertí de buena manera, dispuesta a cortarle. 
— ¡Entienda señorita Mackenzie, debo hablar con usted y proseguir con la investigación! O si no tendremos que pasarle el caso al FBI. 

Mi corazón otra vez pareció detenerse. 
— ¡¿FBI?! —Exclamé, mientras que de inmediato Justin quedó inmóvil como una foto. Los engranajes en mi cabeza comenzaron a andar rápido. —Ustedes no van hacer eso. Joderían todo. Absolutamente. ¡Dejen esto como está! Ya es suficiente, no quiero más problemas, estuve a punto de morir ¿recuerda?, ahora quiero vivir, estoy segura que si lo encuentran él volverá a hacerme daño. Y van a ser ustedes los responsables. No me obligue a tomar decisiones extremas, porque fácilmente puedo demandarlo por invasión a la privacidad, tengo su número registrado en mi teléfono y ambos sabemos que eso no es normal en un oficial de policía que llama a una ciudadana que es menor de edad, por casos vinculados a una investigación. Por favor deténganse con esto, ustedes quisieron hacerlo yo no puse ninguna constancia, y eso que soy la víctima. Si no pudieron hasta ahora, no lo harán nunca, no lleguen más lejos, no servirá de nada. No vuelva a llamarme. Déjeme en paz, por favor.