El espacio y tiempo se dilató en eternos segundos. El aire se volvió más pesado, aligerando cada movimiento.
El desastre y el caos se abrieron frente a mis ojos en agónica cámara lenta.
Un pánico abismal se instaló en las cavidades de mi garganta. ¿Así sería nuestro final?
Tal vez no, porque apenas sentí aquel apretón en mi mano, supe que tan solo tenía que correr. Salvar nuestras vidas o morir aplastados…o morir en el intento.
El techo de cemento se abrió en fisuras que se expandieron como ramas sobre toda la superficie, rápidas y sanguinarias. Las paredes débiles no resistían, eran consumadas en polvo, se contrajeron. El crujido y el silencio del cataclismo inunda mis oídos. Tan solo en la suspensión de unos segundos, vi sus ojos mieles, brillantes de pura alarma, su ceño fruncido. Cada musculo rígido.
Por lo menos tengo a Justin a mi lado.
Primero cayó el polvo y luego todo se desmoronó. Sentí un tirón, y por inercia, con la adrenalina subiendo por los niveles de mi cuerpo, seguí a Justin.
Con mi mano aferrada firmemente a la suya, corrimos a través de la sala.
Los escombros empezaron a caer como si fuera una lluvia poco intensiva de meteoritos, dispuestos a aplastar todo a su paso. Por el camino fuimos esquivando grandes pedazos de techo que caían frente a nosotros. Corrí lo más fuerte que podía. Sin embargo yo era el impedimento para que Justin no saliera de la fábrica como un rayo. Yo no puedo ir a tal velocidad y él se mantenía junto a mí para salvarme. Un terror punzante quemó mi garganta, la sala parecía hacerse más extensa, no podíamos llegar nunca a la salida. El techo cae como piedras, todo se derrumba. Las paredes se doblan, mis pies perciben el leve temblor de suelo al recibir el impacto de las ruinas. Esquivamos por un pelo, el no ser aplastados. El cemento de la techumbre se desmorona en cadena, como si estuviera siguiéndonos, nos pisan los talones. Los metros cuadrados son eternos, y es ocupado el espacio por el arma asesina.
Sé que Justin quiere correr más fuerte, puedo palpar su miedo como también estoy segura que él puede palpar el mío. Pero no podemos, y aquello me provoca más desesperación.
En el momento exacto en que estábamos a punto de salir de la primera gran sala, se vio venir un enorme pedazo de techumbre a la deriva, descuajándose de su lugar, justo encima de nosotros. Solo un instante crucial en que iba directo a aplastarnos. Nuestras cabezas se vieron amenazadas.
Solo estaba la puerta a unos metros más allá, no teníamos manera de desviarnos porque solo había pared a parte de esa escapatoria abierta.
Ya no hay salida.
Veo la mano de Justin fluctuar en lo alto, oscilando en el aire, como un acto reflejo. Sus dedos van dirigidos hacia el pedazo de piedra. Todo se mueve en cámara lenta y luego todo se maquina muy rápido.
El cemento que venía para hacernos añicos, fue detenido a medio camino por un microsegundo, que si no hubiera estado atenta mirándolo con mis ojos desorbitados no me habría dado cuenta de que era desviado de la dirección en la que venía. Aquel pedazo fue arrogado lejos de nosotros antes de que cayera sobre nuestras cabezas.
¡¿Cómo hizo eso?!
Oh Santo cielo.
Si él tiene telequinesis. A veces olvido cuan poderoso es.
La puerta está a nuestro alcance, salimos disparados por la siguiente sala que es más pequeña, el techo también se va derrumbando, las paredes ya no sostienen nada, los pocos vidrios que quedaban se rompen. Es un caos, un desastre. La fábrica se desploma como si tan solo fuera un avión de papel el cual no vuela bien y que es mejor arrugar y desechar, mientras casi nos mata en el momento. El ventanal que estaba roto, por el que habíamos visto aquella figura fugaz, por el que entramos, y por el que ahora salimos saltando antes de que quedemos enterrados entre las ruinas.
Y todo aquello paso, en menos de un minuto.
Rechina la paja seca bajo nuestro pies, dejando un camino entre la maleza. Seguimos corriendo veloces, como si nos siguiera el diablo. El alma aun no vuelve a mi cuerpo. Nos dirigimos a la apertura oxidada de la cerca de alambre. Volvemos al campo de flores, esta vez con el doble de miedo con el que había venido. Mi sangre tirita en mis venas. Nos adentramos más al centro, cerca de donde habíamos estado. Ambos miramos atrás, con la respiración agitada.
Vemos la fábrica caer.
Me tapo la boca con mis manos, demasiado conmocionada por lo que acaba de pasar, haciendo que mis piernas flaqueen.
Miro a Justin desconsolada, en medio de un momento de silencio y shock.
—Oh…—logro apenas murmurar.
—Eso estuvo cerca.
Justin me tira de la cintura hacia sí mismo y me abraza, tocándome fuertemente verificando si salí ilesa. Yo instantáneamente lo rodeo. Con nuestros cuerpos juntos logramos por lo menos bajar la intensidad del pánico y la adrenalina, nuestras cavidades torácicas se tocan y se separan por el oxígeno que tanto nos hace falta. Ya estamos afuera, no sé como pero estamos afuera.
Apoyada temblorosamente sobre la curva de su cuello, intenté contenerme. No llorar, gritar, maldecir y volverme loca.
Se oye a la distancia el derrumbe de las ruinas. El campo de flores es silencioso.
Suelto un quejido.
—No puedo soportar esto. —gimoteé turbada.
—Vamos a casa.
Sus brazos afirman su agarre, apegándome incluso más a su cuerpo. Siento que me eleva del suelo apenas unos centímetros. Y todo se vuelve difuso.
El viento ruge en mis oídos, mi cabello tapa mi cara, se esparce por el aire. Me refugio en el hombro de Justin, mientras un vértigo lame mi estómago. Me percibo en un movimiento desenfrenado, instantáneo. Las moléculas de materia vibran, siento como si mi piel se difuminara, Justin es apenas tangible, es como si fuera llevada por el aire.
Ligera como una pluma.
No entiendo que está pasando.
Abro mis ojos y de pronto estoy frente a mi casa. Blanco y azul se me confunde con el cemento grisáceo en el que habíamos estado inmersos. ¡Hace un segundo estábamos frente a la fábrica derrumbándose!
Exclamo contra la piel desnuda del hombro de Justin.
— ¿Cómo…?—inquiero atónita, separándome para mirarlo a la cara, con mis cejas fruncidas.
—Se llama Teletrasladacion, es un paso antes que la teletransportación. —Explica él de inmediato. —Nos hemos ahorrado el viaje.
Una sonrisita un poco cansada se dibuja en sus comisuras.
— ¿Por qué no lo habías hecho antes?
—Siempre prefiero tomarme el tiempo de caminar, andar muy rápido es devastador.
Cuando miro de nuevo a la seguridad de mi hogar, una corriente de alivio me provoca escalofríos reconfortantes.
Entramos a casa, en ningún maldito momento me había dado cuenta de que había soltado mi mochila en el momento en que me encontré con Justin cuando llegué, seguramente se desbordó por mi hombro y quedó allí. Y seguía donde estaba, saqué las llaves del bolsillo y abrí la puerta de mi casa.
No tiramos a mi cama, exhalando un poco temblorosos. La subida de adrenalina ha dejado secuelas. Las que no creo que se curen demasiado pronto son las secuelas psicológicas y los recuerdos. Es muy irreal como para digerirlo de un momento a otro. Estuvimos a punto de morir aplastados.
Pestañeo varias veces.
—Fue él. —Mascullé abrazada a su pecho, después de varios minutos de silencio. — Es ese psicópata…el que me ha estado atormentando todo este jodido tiempo, lo ha provocado.
— ¿Cómo estas segura? —preguntó Justin roncamente.
—Tan solo…lo sé. Lo presiento.
—Todo esto es demasiado extraño, no puede ser verdad que alguien pueda hacerlo.
—Es capaz de todo. No es primera vez que intenta matarme. Ahora se ha vuelto peor, porque tú también has corrido peligro.
—Eso es lo de menos, _________. —Aseguró. Su dedo alzó mi barbilla y me miró directamente a los ojos. —No sé quién mierda es, ni que tan peligroso sea, y eso no me gusta. Tenemos que averiguarlo…Juro que si lo atrapo la próxima vez, aplastaré su cabeza.
—Aun así no podremos saber si ataca primero. Tal vez esto es mucho más grande que tú y yo. —trato de no sonar pesimista, se me hace ineludible no pensar que Justin tampoco es tan invencible, cabe esa posibilidad. Como también de que puede ser más poderoso. Tan solo no hay que adelantarse a los hechos. Puede pasar cualquier cosa…y eso me da miedo.
—No se sabe que vendrá, pero tenemos que hacer algo.
Nos quedamos mirando sumergidos en un trance. Estamos vivos, uno al lado del otro, eso es lo único que importa. Su mirada penetrante me hace olvidar al mundo.
—No dejare por nada en el mundo que algo te pase ¿Ok?
Le asentí, creyendo plenamente en sus palabras. Ya lo ha hecho.
Justin deposita un suave beso en mis labios.
—Descansa, has pasado mucho por este día.
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The Monster (Justin bieber & ___)
Mystery / ThrillerElla es una chica normal. Humana . Imperfecta. El no es humano. Misterioso. Poderoso ¿Que puede resultar si ambos se conocen? ¿El móunstruo podrá mantenerse a salvo del mundo? ¿ ___ podra contra los enemigos? THE MONSTER...