Capitulo 54 [SEGUNDA PARTE]

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Maratón: 2/4

El halo de la luna apuntaba como un foco sobre el ambiente pesado.
Y la música turbante era un punto a la distancia.
Sólo podía escuchar el eco de mis latidos, y el aliento precipitado de Justin detrás de mí.

Aunque era presa fresca del pánico, la incertidumbre tomó control de toda mi lengua, y no pude evitar que la pregunta saliera de mis cuerdas vocales, antes de que siquiera me picaran los pies por correr lejos de Omer, que estaba a una distancia sustancialmente peligrosa.
Pero la chica rubia ante mí, con expresión amarga, penetrante y abúlica, se ganó primero toda mi atención.
-Se ha acabado el show. -replicó ella otra vez.
- ¡¿De qué mierda estás hablando?! -inquirí estupefacta. Más bien: - ¿Qué estás haciendo aquí?

Ella dio unos pasos adelante, cruzándose de brazos. Me contuve para no retroceder. Si ella estaba aquí no era para contar las estrellitas, y yo no podía estar más perdida, a qué quería llegar.
-Vengo por Justin. Ya que no he podido deshacerme de ninguna jodida manera de ti, he venido directamente. Me he hartado.

El impacto fue aún mayor de lo que podría imaginar. Imaginar todo tipo de cosas psicodélicas menos aquella. Nunca.
¡¿A qué demonios se refería con eso?!
Toda mi anatomía quedó inmovilizada y mi cabeza atinó a quedarse en un punto nómade.
Todo lo contrario a Justin, que lo percibí temblar detrás de mí. Y esa no podía ser buena señal.

-Sabía que eras tú. -farfulló él. Apenas.
-Y yo sabía que igual me reconocerías. -respondió ella.
Refulgente y tenebrosos, sus ojos azules, eran tenebrosos.

Mi corazón me golpeó en un fuerte bombeo.
- ¡¿Se...se conocen?!
Justin con el ceño fruncido no respondió, ni siquiera desvió su mirada de ella. Estaba inmóvil.
- ¡Respóndanme! ¡Justin, Maya!
- ¿Ahora te haces llamar Maya? -interpeló él, en tono acusador.
-Nos conocemos muy bien. -dijo ella, respondiéndome.
Sonriendo de medio lado, sus ojos pintados de negro están clavados en él.
Esto estaba enfureciéndome. Hay cosas que no me han contado.
-De hecho, nosotros...
-Katrina, ¡basta! -la silenció.
- ¿Katrina? ¿¡De qué mierda se trata esto!?
- ¡Es la hora de que vuelvas! Lo sabes, te lo dije hace años y no me hiciste caso.
El alma se me cayó a los pies.
- ¡Estás jodidamente loca, no puedo creer que sigas con esa maldita obsesión! ¿Has venido aquí por eso?
El furioso ahora era él. Como si estuviera reclamándole. Algo que no quiso acceder. Quizás estar con ella...
Oh dios.
-He venido aquí por ti. Porque sabes que tu futuro no es estar al lado de ella.
- ¡Estas enferma! -exclamó tan fuerte que hasta a mí me retumbó en los oídos, asustándome. Pero Maya o ¿Katrina? No se inmutó ni un ápice.
Aquí había una tensión no resuelta. Una muy mala, y yo... no formaba parte de eso. Fuera de lugar.
- ¿Cómo te atreves a tratarme así? ¡He hecho todo esto por ti! -bramó ella, con su rostro contorsionándose.
Justin dio unos pasos con sus ojos fijos en ella.
Yo lo observé muda, perdida, sin saber qué hacer, qué sentir.
Él tenía los puños apretados de tal forma que los nudillos se le tornaron amarillentos, y sus músculos pusieron rígida la tela de su camisa. Su mandíbula nunca antes había estado en rigor tan cuadrada, ondas casi imperceptibles se desprendían de su cuerpo. Levemente podía percibir la tierra bajo nuestros pies temblar. Un silencio agudo, casi a cuchillazos, se extendió a lo largo, entre nosotros, entre ellos dos.
- ¿Tú fuiste quién provocó todo? - inquirió Justin a voz profunda, tajante, más frío de lo que alguna vez fue. No quitó ningún recodo de su mirada, como si quisiera atravesarla.
Me quedé sin aliento.
Se refería a esto como...
La miré también como si lo hubiera descubierto todo. En el fondo sabía a lo que se refería y sentí que mi sistema se desintegraba. Si no era así, algo más pasaba entre ellos.
-Él hizo el trabajo sucio. -Respondió ella maliciosa, desafiante. Sus ojos glaciales se deslizaron más allá de nosotros.
Entonces todos entendimos.
Ambos volteamos por nuestros hombros, encontrándonos a Omer más allá como un guardia a la espera. Casi había olvidado su figura. Allí, omnipresente. De brazos cruzados, de expresión inamovible.

The Monster (Justin bieber & ___)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora