Maratón : 2/5
- ¡Gané! -exclamé saltando del sillón.
En la pantalla de mi televisión salía mi auto como ganador. Hice un bailecito ridículo que era merecedor de un triunfo como este, usualmente soy pésima, incluso nefasta para los video juegos, soy de las que me gustan jugarlos pero siempre pierden; debe faltarme inteligencia espacial, porque sobre todo en las carreras de autos choco con todo elemento que ni siquiera se cruza en mi camino.
He allí el que yo estuviera entusiasmada y sorprendida por mi victoria.
-No. Te equivocas, yo te dejé ganar.
-Siempre dicen lo mismo. Es cuento viejo.
Erick negó fervientemente, derrotado, pero divertido por mi reacción.
Me senté con el control en la mano y hurgué en la fuente con golosinas que teníamos en la mesa. Erick trajo su Play Station a casa para que jugáramos una partida. Esta era la tercera y por fin he ganado después de aprender con varios golpes en la pista. Es emocionante y con lo histriónica que soy, el control en mis manos va de aquí para allá como si eso hiciera que diera las vueltas y no los botones. Mientras que Hamilton hacia un par de trucos y me traspasaba, llevábamos toda la tarde en eso, logré estudiar todas sus tácticas y ganarle aunque sea una vez, porque hice un trabajo duro para hacerlo.
-Acepta tu derrota, perdedor. -le alenté, lanzándole un Cheeto's.
-No soy bueno en eso.
-Uuf se nota.
Reí.
Se acercaba la hora de que mi madre llegara, estábamos solos un día viernes por la tarde. Con ese alivio y con esa agitación que un esperado viernes trae, sobre todo porque es fin de semana largo, no hay nada más genial para una chica ajetreada con la escuela como yo, tener ante sí un lunes feriado.
Mamá sabe que Erick viene muy seguido y también que viene Justin todos los días. Así que no había problema con que llegara.
Pero Erick aún prefiere venir cuando Justin no está, tenemos nuestros espacios, no es que seamos como esas parejas siamesas, y están pegados a lo "gomas de mascar", todo el día. No podemos vivir sin el uno y el otro pero no hasta tal punto de ser asfixiante. A pesar de que ha pasado algún tiempo desde nuestra tregua definitiva y se haya convertido en uno de mis amigos más cercanos, Erick sigue manteniendo la distancia con mi novio. Al principio pensaba que era por cuestión, ya se sabe, el que yo le gustaba. Sin embargo, un día me dijo que para él era incomodo ser la "tercera rueda", porque sabe que cuando Justin está junto a mí, no podemos sacarnos las manos de encima. ¡Ups!
Entonces siempre estamos o con Cara o con mamá, y la mayoría de las veces solos, aunque aquello no sea algo agradable para Justin. Le he explicado que Erick no ha vuelto insinuarse, que ha sido respetuoso conmigo y con nuestra relación. Omitiendo que la veces que hemos peleado, Erick me ha escuchado y ha prometido buscar alguna forma para golpearlo o que sigue igual con sus coqueteos, pero esa es una parte infaltable de su picardía.
Me tiré contra él, agarrando su cabeza en mi brazo, y frotando mi puño sobre su cuero cabelludo. A ver si le gusta, siempre me hace lo mismo a mí.
- ¡Admítelo! -le grité, mientras él trataba de zafarse. -Mi victoria no será victoria hasta que aceptes tu derrota.
Sus brazos me rodearon y comenzó a hacerme cosquillas, y se retorcía bajo mi agarre.
-Perdí la batalla pero no la guerra. -parloteó cuando lo dejé ir, ya que no resistía más las cosquillas.
Tenía que conformarme con eso.En un rato me levanté a buscar algo en la nevera, porque comenzamos a tener sed. Regresé con unas cervezas y me tiré en el sillón, holgazanamente. Lo bueno de tener un amigo hombre es poder comportarte como uno, deliberadamente, sin preocuparte de verte poco femenina.
Le pasé su Corona, y bueno, también la mía para que pudiera abrirla.
-No deberías beber cerveza, eres menor de edad. -Amonestó Erick, mientras las abría.
- ¡Já! Y dime que tú no lo eres.
-Pero soy hombre, puedo hacerlo.
Lo apunté, con mis ojos agudizados y una sonrisa
-No apeles al machismo.
-Es tu madre quién financia tus vicios. Mira nada más, comprándote alcohol. Hasta donde vamos a parar.
Me reí. -Mi madre es una mujer bastante independiente como para comprar tragos para hombres y muy inteligente como para saber que su hija es lo suficientementeresponsable.
-Agradece que estoy aquí cuidándote.
-Cállate y bebe tu cerveza. -demandé, divertida.
Nos quedamos viendo televisión y riéndonos de algunas malas películas, hasta que mamá llegó. Como cada viernes, venía con las bolsas desde el supermercado, traía las provisiones de comida para la semana. La tienda de mamá cada vez iba creciendo más, ya que es proveedora de una línea de ropa muy importante, el negocio va como viento en popa. Eso permitía que nos diéramos unos lujos: Buena y abundante comida, seguir pagando la clínica de papá y algunos gustos de ambas como libros para mí e hilos y tela para mamá que diseñaba suéteres originales una vez al mes para venderlos.
Salté del sillón, tomando los lentes de sol de Erick que estaban en la mesa de centro. Me los puse, y me paré frente a ella con desplante.
-Madre, le gané a Erick en una carrera. -Presumí como mafioso de "Rápido y Furioso".
-Muy bien hija, te felicitaría pero estoy cargando estas bolsas y son muy pesadas. -Insinuó.
Le empecé a ayudar con las bolsas, llevándolas a la cocina, mientras Erick se justificaba después de saludarla.
-Dejé que ganara ya que el próximo viernes es su cumpleaños, fue un regalo adelantado.
-Eso no tiene nada que ver. Ya lo admitiste. -Lo miré mal, de reojo.
Con mamá comenzamos a poner las cosas en los estantes.
-A propósito, ya tengo tu regalo de cumpleaños. -Anunció mi madre.
-Ummh yo tengo un problema con eso. Tengo que preguntarte a ti, Anabelle. __________, tápate los oídos. -Ordenó Erick. Iba a protestar pero al final lo hice.
Llevé mis manos a mis oídos, cantándome un "lalalala", sabiendo que él le preguntaba qué podía regalarme.
Terminaron su acuerdo y yo pude volver a escuchar. Hamilton tenía la cara de haber dado en el clavo. Estaba más emocionada por cumplir 17 que por los regalos y eso no es común en mis cumpleaños. Lo malo es que me sentía más vieja que tener 17, hay veces que siento que yo, mi cuerpo y mi forma de pensar no van acordes a mi edad. Es fuera de sí.
Igualmente estaba emocionada por tenerlos, un paso más hacia la responsabilidad y yo tengo que disfrutarlo.
Bufé, modesta.
-No es la gran cosa. Con un libro estoy bien.
-Tan ratoncita de laboratorio que eres. -se burló él, revolviéndome el cabello. Le saco la lengua, taimada. -Ya me tengo que ir, limpiaré mi casa para ya sabes qué. -Me guiñó uno de sus ojazos azules.
Fuimos caminando hasta la entrada, luego que se despidiera de mamá.
- ¿A qué hora será exactamente?
-Puedes llegar desde las diez. Los demás llegan a las diez treinta.
-Oh muy bien, veo que soy invitada VIP. -Sonrío ladinamente.
-Sí, por supuesto. Pero vas a tener que ayudarme a limpiar después. -Advirtió, depositando un beso en mi cabeza. Abrió la puerta de mi casa, disponiéndose a salir. Antes de traspasar el umbral, se volteó sobre su hombro. -Invita a Bieber si quieres.
Sonreí ampliamente, un poco sorprendida.
-Claro. Ahí estaremos.
-Adiós, cabeza de uva.
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The Monster (Justin bieber & ___)
Mystery / ThrillerElla es una chica normal. Humana . Imperfecta. El no es humano. Misterioso. Poderoso ¿Que puede resultar si ambos se conocen? ¿El móunstruo podrá mantenerse a salvo del mundo? ¿ ___ podra contra los enemigos? THE MONSTER...