The Monster (Justin bieber & ___)

Capitulo 37 [PRIMERA PARTE]

Hubiera sido el momento perfecto para que todos mis pecados fueran cobrados o mi incertidumbre en Dios fuera castigada, para que se abriera la tierra y me tragara el infierno. O que de pronto se abriera un hoyo negro y nos absorbiera a todos. Que pasara todo, algún hecho que me salvara de la situación más vergonzosa de mi vida. Que hasta entrara por la puerta el mismísimo acechador de sexo dudoso; que entrara cualquier persona menos mi madre. 

Cualquier persona menos mi madre. 

Ambos nos quedamos inmóviles por unos largos segundos como si eso no empeorara aún más nuestra situación. Pero hemos sido pillados completamente desprevenidos. Se supone que mama no llegaría hasta las siete u ocho de la noche. 

Mi madre con su ceño profundamente fruncido, se cruza de brazos. 
— ¿Pueden explicarme que está pasando? —Preguntó con voz caustica. 

Empujo a Justin para que se mueva. 
Estoy segura que nunca mis pómulos habían sentido tanto calor, ni que nunca mi pecho se había apretado de aquel modo estrangulador.
Estrangulada por la vergüenza y el asombro. 

Justin se aparta rápidamente de mí, tragando saliva y rascándose la nuca. Se ve cómo se vería un chico normal sorprendido por los padres de su chica en actos casi sexuales. Sin embargo, sé que si no hubiera estado tan inmerso besándome y tocándome, habría escuchado a mi madre antes de que entrara y en menos de un segundo estaría en el otro extremo de la sala, por reflejo instantáneo. 

En cambio, fuimos pillados infraganti. 

Nos recompusimos sentándonos otra vez, de forma raquítica. 

Mi madre me mira directamente, con su cabeza ladeada. Posición de enojo y espera de una gran explicación que la convenza del todo. 

—Ma….mamá. —solté sin saber que mierda decir. 
Trague secamente. 

—Podemos explicarlo. —dijo Justin, firmemente. 

La corrosiva expresión de mamá se desvió hacia él. 
—Eso espero. 

Me pare con las piernas flanqueando, mi pulso estaba latiendo a mil por hora. 
Cada pensamiento coherente en mi cabeza se auto-aniquiló. 

Caminé por la sala, hasta poder mirarla a la cara frente a frente.
Soy consciente de que la contorsión de mi cara era de pura aflicción. 

— ¿Por qué encuentro a mi hija sobre el sofá besando a un chico sin polera que apenas conozco? 

El estómago casi se me sube a la boca. 
—Este…—titubeo. 
¡Dios! Tengo ganas de abofetearme para reaccionar. Inventar una de mis eficaces mentiras.
Pero… 
¿Para qué mentir?

Siento la calidez de la presencia de Justin tras de mí. 
Tomo una disimulada inhalación. 

—Sé que no te lo dije. —farfullé. —Y que ahora debes estar más que sorprendida, más por la situación de ahora…yo…lo…lo lamento por eso. —Tragué fuertemente saliva, al momento en que mi madre seguía con una expresión inflexible. Volteé sobre mi hombro a mirarlo, y luego volví a mirarla a ella—Justin y yo estamos saliendo. 

—Es más que eso. —Repuso él de inmediato. Avanzó unos pasos poniéndose a mi lado. Sus dedos se entrelazan con los míos, dándome un ligero apretón. Lo miro conmocionada. —Yo y __________, estamos juntos…yo quiero a su hija Sra. Mackenzie. 

Mis ojos se expanden ante lo dicho. 
Nunca lo había oído tan…tan…sincero. 
Él acaba de…

La frase quedó en el aire mientras a mí se me cortaba la respiración. 
El rostro de mi madre cambió de expresión. 
— ¿Por qué no me lo dijeron? ¿Desde cuándo que esto ocurre?