Capitulo 40 [SEGUNDA PARTE]

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Cerré mis ojos ante sus palabras. 

Le hice la ley del hielo a los latidos de mi corazón que se dignaron a acelerarse. 

—Ya te has marchado muchas veces…—Contesté con voz ahogada. 

—Y termino regresando a ti. —Justin avanzó unos pasos cautelosos, sus ojos son como anclas en mi alma. 

—Tienes que decidir, te quedas o te vas. 

Sus ojos ámbar pestañearon, si el ambiente no estuviera tenso yo hubiera caído de rodillas ante ese leve movimiento aniquilador y masculinamente hermoso. Brillaba algo de remordimiento en sus pupilas, intentan disculparse. 

Esperé a que contestara, el pulso se escucha en mis oídos, y retengo la respiración ante la expectación. 

Las cejas de Justin se juntan, no con incertidumbre. 

Se lamió los labios, preparando las palabras que valla a decir, acortando nuestra distancia. Siento la punta de sus pies tocar los míos. Elevo la vista para poder mirarlo hacia arriba, su calidez abraza mis músculos fríos y perturbados, me hacía tanta falta. Almizcle, fuego, madera, manantiales, bosque, todo su aroma en su ser me hipnotiza. Tan magistral, enigmático, poderoso pero a la vez se ve tan normal, humano, adolescente, un chico. Con ese gorro de lana negro y esa chaqueta que se ajusta tan bien al grosor de sus brazos, a sus amplios hombros, puedo dejar atrás todo lo que esconde, todo el poder sobrenatural que está en sus entrañas, si solo lo miro ahora sin más preámbulos se convierte en solamente…Justin. 

Justin, el chico que se coló bajo mi piel, el que trajo a mi cielo un montón de caleidoscopio de colores vertiginosos. 

Justin, el que lleva todo un bosque de secretos detrás. 

Suelto un suspiro, sin despegar mis ojos de los suyos, son dos arenas movedizas hundiendo mi alma. 

—Me he comportado como un idiota, he faltado a mi palabra en cierto sentido, pero soy del tipo que le gusta arreglar sus errores de cualquier modo. Lo arreglaré. —La yema de sus dedos largos fueron a parar a mi mejilla y mi barbilla, su mirada se compenetró. —Y para mí no hay otra opción más que la de quedarme….A tu lado. 

No sé si confiar esta vez. Mi yo subterráneo estaba ya imaginando las mil formas de devorarlo a besos, regocijarse en sus brazo fuertes, perdonar lo que sea lo tenía tatuado en la maldita frente, me imagino que si yo no amarrara a mi yo subterráneo tendría fotos de Justin pegada en la habitación, lloraría como una nena por todos los momentos de “Esto no puede ocurrir” y el ciclo se hubiera repetido más veces. Mi orgullo era más fuerte, soberbio y represor. Estaba increpando desconfianza en este momento. Sin embargo cabía ese latido en mi interior que gritaba “perdónalo”, porque con él, Satterville es menos gris, el bosque menos solitario, y hacia sonreír a la solitaria chica de cabello morado, espantaba los tormentos de mi mente torcida. Ese latido que quería a Justin, mi ser entero lo quería, cerca, besándome, hablándome, abrazándome, sus ojos observándome, protegiéndome, todo él lo quiero. Y pesar de todo, sé que en el fondo, siempre regresará. 

—Quédate. —dije en un susurro. En realidad era orden. 

—Me quedaré. 

Su pulgar perfiló mis labios lentamente, como si quisiera guardar en su huella el tacto de mi piel. Trago saliva. Lo necesitaba. 

Tomo los bordes de su chaqueta, me inclino en la punta de mis pies, empujándolo contra mí. Al momento en que nuestras narices se rozan inmediatamente después nuestras bocas se abrazan. Atrapo su labio superior y él mi inferior, acoplándonos como un rompecabezas. 

The Monster (Justin bieber & ___)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora