Capitulo 25

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Es como si toda la tensión, la alarma y el pánico se asentaran en todo mi cuerpo, es como si apareciera esa típica música de película de terror con violines intensos. 

Un sudor gélido emergió en mi nuca. Y en mis pulmones ya no hay aire. 

Me quedo congelada, viendo aquella sombra inmóvil en el rincón de mi habitación. No se mueve ni un ápice, pero sé que no es solo una sombra, es como una masa de aire oscura configurada como la silueta de una persona. Pero es una persona, que aunque no pueda ver si tiene facciones, siento su mirada en mí. Una sensación pesada, vertiginosa envuelve el ambiente. Asfixiante, como si cada partícula de materia estuviera completamente seca. 

Mi sudor aumenta, mi pulso es un golpe ensordecedor en todas mis venas. 

“No te acerques al Monstruo” 

Escucho un susurro llegar a mis oídos. 

“¡¡No te acerques al Monstruo!!” Gritó la sombra, en un aullido espeluznante y atronador. 

Pegué un salto, tragando un fuerte suspiro. Me tapo los oídos, mientras sigo escuchando susurros desde la sombra…múltiples murmurios que se meten en mi cabeza. Se explayan las voces, lo embargan todo, no puedo callarlo. 

¡Quiero que pare! 

“¡Él es mío!”

“¡Me pertenece!” 

“Su alma es mía” 

“¡Solo mía!” 

Son como rezos que aluden por toda mi habitación. La sombra grita. Susurra. Murmura. 

— ¡Basta! ¡Cállate! —Le grito a la sombra. 

“Es mío” 

“Mío, mío, mío”

La voz de la sombra se convierte más diabólica. 

Un escalofrió tiembla en mis vertebras. 

— ¡Basta! 

“Mío, solo mío” 

“Mío. Mío. ¡Mío!” 

Un sonido desgarrador me turba por completo. 

Como si miles de uñas fueran arrastradas por una pizarra. Como si miles de puertas de madera rechinaran al mismo tiempo. Miles de alaridos. 

“Te mataré” 

La última amenaza se escucha entre el ruido. Sutil, sigiloso. 

Es entonces, cuando la angustia me cala la garganta. 

Va a matarme. 

Quiere matarme. 

— ¡Nooooooo! 

La puerta se abre de un sopetón. 

Y todo se vuelve silencio. 

La figura difuminada de mi madre aparece en el umbral. 

Yo soy un manojo de nervios, terrorífico pánico y pálpitos en todo mi cuerpo. 

Sus manos agarran mi rostro. 

—¡_______! ¡Dios mío! ¿Qué te ha pasado? Tranquilízate, cariño. 

Alzo mi vista tortuosa hacia ella, mientras me muerdo los labios. Mi respiración está en una carrera motora. 

—Estas llorando, hija. Fue solo una pesadilla, por favor calma, cariño. Estoy aquí para ti…

Soy consciente que mi madre está allí sosteniéndome, mirándome preocupada. Agarro sus manos que acunan mi rostro, y las apretó para asimilar que es la vida real. Que por lo menos estoy segura. Con ella todo se vuelve seguro. Nada se ha distorsionado. Por lo menos no mi habitación, ni mi cama, ni mi madre.

The Monster (Justin bieber & ___)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora